El engaño gubernamental del crecimiento económico para negar que en las calles “no hay un chele”
 

Por más que el gobierno, ya sea a través de sus funcionarios, cada vez más desautorizados por sus mismas incompetencias e incapacidades demostradas en sus mismas gestiones, como son los casos del sujeto del Banco Central, Valdez Albizu, o del borracho Vicente Bengoa, si no el cocinero Toribio del Banco de Reservas, o bien el baña-santos Camilo de la Superintendencia de Bancos, pretenda contrarrestar la verdad de la contracción económica comprobada en el colapso de la economía familiar y empresarial, con un mercado desplomado en el que las actividades se reducen en más de la mitad de años anteriores, la realidad se impone y la gente sufre los embates de la miseria, del hambre y de la insolvencia para enfrentar las enfermedades y el desenvolvimiento de su vida.

Lo del crecimiento económico es un bulto y un cuento más de los que el felón agente espía Juan Bosch hizo adictos a sus fanáticos palidistas en su consagración como sacerdotes de la traición. La verdad comprobada es que no hay dinero circulante en manos de la gente, y con ello el mercado de consumo cotidiano y de sostenimiento se ha venido a pique, de ahí que no sea verdad, sino mentira, lo del crecimiento, a menos que no se trate del aumento palpable de la miseria y del hambre.

Los mismos economistas neoliberales no adictos a las tramas y engaños palidistas, han puesto el dedo en la llaga al dar a conocer que la metodología empleada por los gobiernistas para tratar de contrabandear lo del crecimiento económico de 4.5%, que es otra gran estafa, consiste en utilizar como punto de comparación una tabla o muestra del año 1970, por lo que es a todas luces obsoleta y demasiado vieja, casi de cuando amarraban a los perros con longaniza.

Otra cosa que esos economistas neoliberales no afectos al gobierno han puesto a relucir es que el respaldo que dio el FMI a la aventurera afirmación gubernamental de que habían obtenido un descomunal crecimiento económico de un 4.5% fue el resultado de las máximas de los comerciantes más estafadores, como las de que “con el que está pagando no se discute” y “el cliente siempre tiene la razón” aunque sea lo contrario, puesto que “el que firma el cheque es el dueño del baile”; sin embargo, el mismo día siguiente de ese supuesto respaldo, que debe entenderse como un acto de politiquería fondomonetarista, los técnicos y funcionarios del FMI enviaron una comunicación al gobierno exigiéndole que no les repitan el purgante, ya que si les daban otra dosis se la iban a vomitar encima, y que se ponga en práctica la metodología convenida a nivel internacional, que se conoce con las siglas de SCN93, que es la que debieron emplear, y no lo hicieron, para evaluar la variabilidad económica real del 2005 de enero a marzo, comparado con enero-marzo del 2004, con lo que el 4.5% de crecimiento, bien puede caer a descrecimiento de 1 ó 2 y pico de %.

 

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