Tropas yanquis llegan al país junto con el Cardenal Martino de la Curia entiéndase mafia Vaticana católica
 

Revela la magnitud de las amenazas y los peligros que se ciernen sobre nuestro pueblo y país (nación) la coincidencia nada casual de la llegada de tropas militares norteamericanas, para ser estacionadas en la frontera, y la del Cardenal de la Curia romana del Vaticano, Martino, demandando piedad y aceptación, por encima de las necesidades y posibilidades de la República Dominicana, para Haití y los invasores haitianos.

La gravedad del peligro de estas presencias y de las actividades que despliegan en territorio nacional en el mismo momento, proviene no sólo de una simple coincidencia (ya que en este caso no hay nada casual sino que luce previa y cuidadosamente preparada), sino que se torna mayor cuando hay de por medio, tanto las estúpidas palabras del Cardenal del patio, Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, de que desconoce que tropas norteamericanas están en el país por no haberlas visto con sus propios ojos, confundiendo así su original imbecilidad interesada con que el pueblo-país le van a aceptar su burda patraña, como el reclamo desesperado del otro Cardenal, de que los dominicanos acepten la fusión y la presencia masiva de los indeseables haitianos, bajo el alegato de la parábola del buen samaritano que, supuesta e imaginariamente, acepta al extraño sin importarle sus intenciones, ni lo que represente, y todo ello bajo el falaz pretexto de que no nos importe el color de la piel, la nacionalidad ni la condición legal o ilegal del extranjero, en evidente e inocultable alusión a los haitianos, sobre todo cuando esa apología nociva para el país la despliegan bajo el capítulo de: ¡Piedad para Haití!, ¡Piedad para los haitianos!; además estando de por medio la trascendental sentencia de la Suprema Corte de Justicia, que declara no dominicanos a los haitianos nacidos aquí con sus padres haitianos ilegalmente residiendo en la República Dominicana.

Estos son los pormenores de los pretextos de los tan siniestros como mentirosos prelados católicos, a los que sólo les interesa y les importa seguir viviendo parasitariamente de los pueblos y países, particularmente de los dominicanos, pormenores que, dicho sea de paso, ponen en claro el carácter siniestro, antidominicano y antinacional de sus planes.

Por parte de las tropas militares norteamericanas que, de hecho, están invadiendo a la República Dominicana y se estacionan en la Provincia de Barahona, están también los falsos pretextos, con fines de engañar y hacer que el país y pueblo dominicanos se duerman, pierdan la vigilancia, no se pongan ni en pie de alerta ni de lucha en defensa de su territorio, de su soberanía nacional ni de su país, por lo que, a una sola voz y en forma de coro, la directora de la Agencia Internacional de Desarrollo (AID), Elena Brineman, que encabeza dicho organismo del espionaje y la descarada injerencia en los asuntos internos de la nación dominicana, y el odioso gángster puertorriqueño que hace de Embajador del genocida gobierno norteamericano que preside George W. Bush, cantan la canción para dormir niños, de que esas tropas militares están aquí sólo con fines humanitarios, de construir clínicas y escuelas o hacer puentecitos y rigolas, pero sin dar detalles de por qué el desembarco tanto de vehículos y blindaje de guerra como de tanques, carros de asalto, bazookas, cañones y toda suerte de equipos militares ofensivos con los cuales no se hacen clínicas, no se dan asistencias médicas, no se construyen escuelas ni se imparte docencia.

 

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