BARRIENDO UN POCO DE BASURAS IDEOLÓGICAS Y SUS REPRESENTANTES

Sin misterios ni espíritus flotantes

Las condiciones materiales de la opresión y explotación determinan y conforman la voluntad de lucha de los hombres

 

Ultimamente viene recrudeciéndose la inconsistente manía de repetir que ya no existen las ideologías ni éstas gravitan sobre las sociedades, de las que a su vez fabulan que de su seno -de las sociedades capitalistas divididas en clases- ha sido desterrada la lucha de clases, en los mismos instantes en que sus autores se masturban, precisamente en el plano ideológico, para falsificar los hechos, distorsionar situaciones, tergiversar las bregas históricas, y, en fin, para servir ideológicamente a los enemigos y verdugos del pueblo y del país.

Esos señores han devenido en bandas de mercenarios y turiferarios que han estado cantaleteando, en forma destemplada y con argumentación carente de solidez y sin consistencia, que se está en un mundo sin ideologías y que éstas -las ideologías- habiendo supuestamente desaparecido con la llegada, desde el derrumbe del bloque del social-imperialismo soviético, del fin de la historia, de la no existencia, supuestamente, según ellos, de clases antagónicas y contrapuestas, han dado lugar a un mundo imaginariamente sin ideologías; obvio es que dichos señores no han obtemperado para dar paso a la sensatez ni a la objetividad que demanda partir siempre de la realidad de las cosas y de los hechos, así como demandando que se erija la realidad de las condiciones materiales en que se desenvuelven las sociedades, cual que sea su ubicación a escala universal, y la de este país, República Dominicana, en particular, en la premisa y punto de partida para enjuiciar o ponderar racionalmente situaciones del pasado o del presente, y que dicho principio se haga extensivo para lo porvenir.
Y resulta evidente que esa misma banda de miserables mercenarios del pensamiento y de la propaganda más desvergonzados del imperio- capitalismo norteamericano y europeo, como de sus consorcios monopolistas y de la nefasta como parasitaria Iglesia Católica-Vaticano y todo el cristianismo, lo que reivindica y elabora no es más que, precisamente, la más repugnante y asquerosa ideología reaccionaria y mercenaria del capital financiero internacional que, a nombre del indiferentismo ideológico y de hacer ideología por encima de la ideología, como apologista y difusora -la susodicha banda de facinerosos ideológicos- al servicio de la explotación y opresión de los pueblos, al tiempo que propugna, dicha banda, con histérica desesperación, para desmoralizar a las masas de los pueblos, que cada vez se aproximan más, empujados por la fuerza inexorable de los hechos, al convencimiento o toma de conciencia y educación de la necesidad de la lucha sin cuartel contra el imperialismo de los EE.UU. y la Unión Europea, como en contra de sus compartes de la Iglesia Católica-Vaticano y las sectas evangélicas, lo que se sintetiza en luchar hasta el fin contra el neoliberalismo, que es la única salida viable de la disyuntiva de aceptar ser aniquilados, o luchar para vivir y reorganizar la sociedad y el país bajo la bandera del socialismo y la autodeterminación del pueblo trabajador y pensante.

Esa banda de gallaretas y cotorras amaestradas, como cebadas en la traición y en la infamia, está formada en este caso por rufianes como Andrés L. Mateo, Diógenes Céspedes, Tony Raful (sin más), el pedófilo nihilista y anarquista Pedro Peix, así como por personajes como el que sólo es posible de definir por la palabra tenebroso, el nombrado Manuel Gómez Pieterz; pero además dicha banda recluta, para usarlos, a jóvenes que, por ingenuidad o atolondramiento y lógicas ambiciones personales por escalar posiciones, lógico esto por ser parte de la ideología misma del sistema, se prestan a ello, como Salim Ibarra, que se puso a repetir sandeces de muchacho ignorante y de pan a mitad de tiempo, como esas de que Marx ni el neoliberalismo poseen ideología, o las sandeces que, por ser tales, no dejan de ser hartamente reveladoras, de que fueron haitianos infiltrados en el país los que pidieron al dictador haitiano Boyer invadir y adueñarse de la República Dominicana en el 1822, todo sólo para ocultar que fue la Iglesia Católica, en la persona del Arzobispo Valera, el autor directo del llamado y de la misma conspiración para que Boyer invadiera el país en el 1822, aunque después lo negara, igual a como Imbert Barreras solicitara y pidiera la intervención norteamericana en el 1965 para después endilgarle, dicho oneroso pedido, a otros.

Cuando el tendero bastardo, disfrazado de intelectual, filósofo e historiador, Tony Raful (sin más), sin mamá ni papá, sólo como una asquerosa basura, en verdad un miserable mercenario de pies a cabeza, se aventura, por ejemplo, a tratar de elucidar lo concerniente a la llegada de los expedicionarios de Junio del 1959 en busca del derrocamiento de la dictadura de Trujillo, así como en relación al Movimiento Clandestino 14 de Junio de Enero del 1960 y tanto en la reacción sangrienta de terror y muerte del régimen de Trujillo que, de paso, repitió su vieja historia asesinando a las hermanas Mirabal y al chofer que les acompañaba, Rufino de la Cruz, como a otros acontecimientos posteriores, lo que en verdad lleva a cabo, además de mostrar en toda su desnudez y con toda crudeza su rastrero embrutecimiento y envilecimiento, por vía de la práctica continua, por parte suya, de las infamias más repugnantes es que carece de la formación cultural mínima apropiada para ser un intelectual y ser capaz de razonar y discernir, por lo que su pretendido estudio histórico deviene en un lodazal en que prima tanto la especulación, lo ilusorio como la vulgaridad y la trivialidad, para conformar un verdadero producto ideológico contrarrevolucionario y metafísico, tal cual sería un verdadero ejemplo y paradigma tardío de lo que Marx y Engels rechazaron, terminando por destrozar, a los que llamaron los Ideólogos Alemanes o la Sagrada Familia.

Con preguntas llenas de melancolía pusilánime, que más que hacer reflexionar y discernir en el ejercicio de razonar lleva a quien lo lee a albergar un grimoso sentimiento de pesar, pero que objetivamente sirven las mismas para poner de relieve la falta de consistencia y contenido intelectual del rufián Tony Raful (sin más), éste encabeza su articulejo “La Raza Inmortal del 14 de Junio” del día 5 de junio, en la sentina de excrementos "Listín Diario" diciendo:

“¿Por qué los seres humanos ofrendan sus vidas a cambio de ideales, de principios de justicia, de sueños de redención? ¿Qué extraño mecanismo acciona sobre las decisiones de luchar por sociedades donde no haya miseria, dolor, y crímenes? ¿Qué motivación tan grande debe haber para que se abandonen los placeres de la existencia, posiciones, logros y se decida a correr todos los riesgos con el objetivo de liberar su Patria del cruel tirano que la oprime?”.

No cabe duda que este sujeto, cada vez más despreciable, cree que sus melancólicas interrogantes lograrán ocultar el fondo real de los asuntos vulgarizados por él.

Y por ello es que, como se puede leer en sus palabras, habla de honor, justicia, libertad y demás cosas por el estilo, y todas en abstracto, como si los hombres y mujeres envueltos en los hechos, y asesinados, no fueran hombres reales y concretos, que luchaban por objetivos reales y concretos, mediante acciones y actividades concretas, en busca del derrocamiento de la dictadura del régimen oprobioso y criminal de Trujillo, que existió durante 31 años y algo más, con el respaldo del imperialismo norteamericano y sus monopolios, como de la Iglesia Católica-Vaticano hasta el momento en que a sus intereses -nada espirituales ni piadosos, sino financieros, monetarios, parasitarios y retardatarios- les convenía desprenderse del dictador, tal cual en efecto aconteció.

Este miembro del coro del patio de la banda financiada por el imperialismo, que tiene una cantaleta sobre la supuesta inexistencia de ideologías en el mundo actual para, bajo dicho espurio sonsonete, meter de contrabando su malhadada ideología, consistente en una retahíla hecha de cobardías y elucubraciones pusilánimes, presentada como la única buena y válida, sin embargo, como resultante, queda en evidencia que sólo recurre al viejo truco de querer evaluar el carácter y significado histórico de las acciones y actividades de los hombres, a la luz de las ideas abstractas y divisas también abstractas con que éstos las presentan, incurriendo en la nociva práctica no sólo de aceptar como bueno y válido lo de que cada quien es juez de sí mismo, sino además de juzgar los períodos y momentos de la historia de un país, o a escala universal, no por sus condiciones materiales de existencia, sino por las ideas, filosofías e ilusiones que de dicha época o período históricos se hicieron las mismas clases que ocupaban en ella el papel dominante.

Lo peor de todo es cuando todo esto se lleva a cabo, como ocurre con el bastardo Raful (sin más), como un acto de miserable mercenario al que el disoluto Leonel Antonio Fernández Reyna le ha sobornado a sobreprecio para que despliegue toda su capacidad de calumniar y tejer infamias.

Lo que ocurre con lo de ponerse a juzgar, con ausencia de seriedad y profundidad científica, lo de la expedición del ’59, como lo concerniente al Movimiento Clandestino 14 de Junio, y a los otros acontecimientos, envolviéndolos a todos apresuradamente en un amasijo gelatinoso de superficialidades, de palabras vacuas y expresiones empalagosas de carácter melancólico, que tanto gustan a los social-traidores y agentes mercenarios y tránsfugas contumaces, como es este sujeto Tony Raful (sin más), es que sólo así pueden sostener su intento criminal de ocultar las condiciones ignominiosas materiales bases de los mismos, de las que hoy día, gentes desaprensivas, como el mismo Tony Raful (sin más), son partes, cómplices y mercenarios, y cuya actividad se reduce a tratar de justificarlas, como a abogar para que se mantengan en pie y continúe existiendo por más tiempo el mismo régimen de opresión y explotación de aquel entonces, como es tan fácil de demostrar, a pesar de que la historia bien entendida y mejor interpretada ha decretado el carácter obsoleto y retardatario del actual régimen económico-político y social.
En la denuncia y crítica a las nocivas especulaciones que, como parte de esta banda de marras, hiciéramos el día 6 del mes de junio, resaltábamos que, en forma sorprendente, el oportunista y renegado ex militante del disuelto partido capitulacionista dominicano (p“c”d), Andrés L. Mateo, hablaba de que el régimen de Trujillo no poseía una ideología concreta, “aunque sí puntos de encuentros, que legitimaban un poder despótico”, con lo que a lo mejor quiere decir que al parecer estaba dicho Poder establecido en las nubes y no sobre la sociedad y el pueblo dominicanos.

Así como destacáramos en esa ocasión que, para tratar de darle sostén a esas elucubraciones y especulaciones necias suyas, de carácter nocivo y metafísico, no reparaba Andrés L. Mateo, en ignorar que, como bien especifica y concretiza Marx, sobre las estructuras económicas de producción se edifica una superestructura jurídica y política, a la cual corresponden formas de conciencia social, como son el sistema estatal y de gobierno, cuya expresión jurídica básica sería la Constitución, pero que además, en la superestructura hay un armazón, estructurado por leyes sustantivas y adjetivas que son, a su vez, la directa expresión jurídica de las diversas formas de propiedad, los criterios y prácticas artísticas y estéticas, como las ideas filosóficas y las concepciones religiosas (submundo ideológico) predominantes y muchas veces preferidas por el régimen en forma abierta, y como en todo esto y en cada una de esas esferas particulares de la superestructura general -que es donde se define la ideología de un régimen económico-social- de la que sus elementos más sobresalientes y fundamentales o básicos son, precisamente, el Estado y su ordenamiento jurídico, en lo que la dictadura de Trujillo no era la excepción, resulta una verdadera babosada afirmar que el régimen de Trujillo no poseía ideología. ¿O es que acaso esto no era y sigue siendo lo más definido, con carácter y contenido ideológico y práctico despótico, absolutista y tiránico, además de ladrón, criminal, inescrupuloso y amoral en el régimen de Trujillo?

¿Cómo hablar y empecinarse en omitir el definido e inocultable carácter ideológico burgués-terrateniente, explotador y opresor, amen de oscurantista, como régimen teocrático, conforme la ideología fascista del nacional catolicismo, consustancial con el régimen de Trujillo y rematado en el Concordato?

Incorporemos, insertando en su lugar, como eslabón de esta espuria cadena, compuesta de mercenarios del decadentismo y la desfachatez prostituida, al nombrado Manuel Gómez Pieterz, que a lo mejor pocos conocen, por tratarse de una de las peores y más nocivas como siniestras sabandijas que, como tal, fue balaguerista, proveniente de los predios del oscuro y turbio como contrarrevolucionario y mercenario trotskismo de la IV Internacional, del de Silvio Frondizi y Marco Kaplan de la Argentina de la década del ’60.

Y aquí volvamos de nuevo sobre Andrés L. Mateo y Tony Raful (sin más) junto a Manuel Gómez Pieterz, para destacar el empeño de todos ellos en cuanto a prescindir, al momento de abordar asuntos históricos, políticos y culturales en general, de las condiciones materiales en que se desenvuelven dichos asuntos, condiciones éstas que son representadas por el régimen ese que operaba gravitando decisivamente sobre todas ellas, que ocurrían y acontecían precisamente en el marco histórico-concreto de la dictadura de Trujillo, por lo que -insistimos y subrayamos- lo suyo es una labor puramente ideológica, marcadamente contrarrevolucionaria, como parte de la nociva labor programática general trazada y desplegada, en contubernio con los monopolios mundiales, por el Perrodé, cuyo núcleo y objetivo central es desmoralizar, confundiendo a los jóvenes y a las gentes del pueblo que se muestren interesados en la comprensión y estudio de estos asuntos de tanta importancia.

Lejos de ocurrir como especula en sus bajas disquisiciones de diletante contumaz Tony Raful (sin más), hay que concebir que los expedicionarios de Junio del 1959, embarcados en la tan audaz como heroica empresa de buscar el derrocamiento de la dictadura por esa vía, sin reparar en las condiciones político-sociales imperantes en el país, no estaban impulsados por ideas abstractas de justicia, igualdad y fraternidad, sino bajo la influencia material y concreta, asimilada por ellos según su percepción, del mandato histórico que expresaba la necesidad de un cambio sustancial en las formas y el contenido de las relaciones sociales de producción, que son las que marcan y deciden el carácter y naturaleza de las estructuras sociales imperantes, bases verdaderas y únicas de la sociedad de entonces y de ahora mismo; y que fue el influjo de esa necesidad histórica social, expresándose por medio de los hombres y mujeres del conglomerado social que las producen, que obligaba a hacer conciencia de la insoportable situación predominante y, a la vez, a actuar en concordancia, desplegando bregas y luchas para alcanzar la meta visualizada, esto es, para derrocar la dictadura, representada, más que en la persona del dictador y tirano, en las estructuras de Poder despótico y absolutista, con su consiguiente y adecuado ordenamiento (o superestructura) político y jurídico, reflejado a su vez, fehaciente y cabalmente, en sus formas ideológicas y en la conciencia de éstas, en resumidas cuentas, en las formas de propiedad, que vienen a ser los elementos fundamentales para definir el carácter de las relaciones de producción imperantes, con su Poder político y su expresión jurídica.

Bajo la guía del punto de vista de Carlos Marx, resulta en extremo de fácil comprensión el problema de porqué los hombres se ven precisados a luchar impulsados por fuerzas materiales, que no son en realidad tan ocultas y mucho menos son espíritus que flotan en el aire y poseen a los hombres en determinadas circunstancias; y todo ello, aún a riesgo de las peores consecuencias. Así se explica, y fácilmente se comprende, sin tener que recurrir a supersticiones ni a presunciones especulativas de carácter espiritista o misterioso, como hace el estúpido y canalla Tony Raful (sin más).

Y para barrer de un escobazo a toda esa banda de turiferarios, recurramos al examen lógico, a la luz del materialismo histórico de Carlos Marx que dice:

“En un cierto grado de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o con aquello que no es más que su expresión jurídica, las relaciones de propiedad dentro de las cuales se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, esas relaciones se transforman en trabas para esas fuerzas. Entonces se abre una época de revolución social. Con el cambio de las bases económicas, toda esta colosal superestructura se ve trastornada más o menos rápidamente. Cuando se consideran tales trastornos, siempre se debe distinguir entre el trastorno material de las condiciones económicas de producción -que se pueden comprobar por ciencias de la naturaleza- y las formas jurídicas, artísticas, religiosas o filosóficas, las formas ideológicas, en una palabra, a través de las cuales los hombres toman conciencia de ese conflicto y lo llevan a cabo, esto es, lo resuelven”.
Como se puede apreciar, Marx expresa “…las formas ideológicas", en una palabra, que es a través de las cuales los hombres (esto es, el conglomerado social de hombres concretos y en forma general e indiscriminada respecto a clase alguna) toman conciencia del conflicto crítico y actúan en consecuencia para resolverlo. Subrayando en forma previsora que no se puede juzgar a un hombre por lo que éste piensa de sí mismo, como tampoco se puede juzgar una época de crisis y conflicto por su misma conciencia, esto es, por las ideas que de esta crisis posea la clase dominante, cuyas ideas son también las hegemónicas.

Al Marx expresar en forma general que los hombres adquieren conciencia del conflicto y actúan prácticamente para resolverlo, lo que a su entender se ha de lograr más temprano o más tarde, puesto que nunca y en ninguna época los hombres se han planteado metas que no puedan ser alcanzadas, está expresando claramente que, en línea general, se refiere al conjunto de las masas de hombres y mujeres oprimidos, explotados y subyugados, incluidos los mismos estamentos del régimen perjudicado por las estructuras económicas y políticas hegemónicas, conjunto del que queda excluido el reducido y exclusivo grupo de la clase dominante, y, por lo tanto, encontrándose el pueblo y sus masas divididos en clases, cada una de éstas adquirirá conciencia y luchará conforme sus intereses y el grado de percepción que de éstos posean sus líderes u organizaciones dirigentes.

 

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