“Primera Dama” exhorta a la familia a consumir la droga del alcohol

 

Rafael Hipólito Mejía parece que no tiene el menor sentido de lo que representa la condición de Presidente del país y, en consecuencia, la de Primera Dama de su esposa.

Esto así, puesto que no parece cosa de sano juicio ver cómo la que se denomina Primera Dama y que encabeza organismos de beneficencia y dice estar a favor de las buenas costumbres y la moral, que se dice consumada cristiana, que asiste a misa diariamente, en donde desayuna con una hostia que representa el cuerpo de su dios, cristo, repetimos, no parece cosa de sano juicio ni tener sentido común que la Primera Dama de un país asista a la celebración de la puesta en circulación de una nueva variedad de estupefaciente y droga conocida como ron, aunque se titule “Imperial 21”.

El alcohol o aguardiente, no importa la marca ni las virtudes que sus negociantes o adictos llamados alcohólicos le atribuyan, es y seguirá siendo una droga, un maldito flagelo que envilece a sus adictos.

Los efectos catastróficos de la droga conocida como ron o aguardiente son devastadores y aquí, en República Dominicana, tiene más de un millón de dominicanos sometidos a su adición. Es, para nosotros, la droga masiva más perniciosa que hay en el país.

Ver a doña Rosa Gómez de Mejía, esposa de Rafael Hipólito Mejía, celebrando la puesta en circulación de el ron “Imperial 21” de Barceló, para que toda la familia se emborrache con ese ron, con esa droga, es demasiado decir.

Exigimos respeto y altura en los puestos que representan la dignidad de la Nación. Lo que se está viendo, ¡jamás se había pensado ni siquiera imaginado!