El verdadero objetivo del llamado Seminario Guerra Abril convocado Secretaría FF.AA. es ocultar naturaleza coercitiva FF.AA. y P.N.

A pesar de reformas y supuestos cambios ¡Todo sigue igual!

 

La Secretaría de las FF.AA., que ocupa un general de apellidos Soto Jiménez, proveniente de una familia de alabarderos y confidentes del SIM de la dictadura de Trujillo, esto es, criado con la leche de la tiranía esa, y reforzado con la de la dictadura de Balaguer de los 12 años, organizó un Seminario en torno a la Guerra de Abril del año 1965, con el objetivo de alimentar la falsa imagen de que la naturaleza de las FF.AA. (es decir, el conjunto de instituciones armadas como los ejércitos de tierra, aire y mar del Estado) han cambiado de naturaleza y de carácter.

Como es natural, allí estuvieron haciendo coro y corroborando su carácter de renegados y traidores a la causa popular y revolucionaria, personajes oportunistas, esto es, revisionistas, como Fidelio Despradel, Narciso Isa Conde, Fafa Taveras, Chaljub Mejía y muchos fuiches como Roberto Cassá, y el clan de los archi-renegados revisionistas de los Rubén Silié, Wilfredo Lozano, César Pérez y demás del desaparecido y disuelto partido capitulacionista dominicano (pcd), grupo de mercenarios al servicio de la desaparecida Unión Soviética, la que les pagaba por sus servicios como agentes contrarrevolucionarios en el país.

Pero de ese evento también hay que hacer constar que en él se encontraron tránsfugas de toda la naturaleza, como es el caso del tal Cabito Gautreaux Piñeiro, ex-trujillista, hijo de chivato de Barahona del Servicio de Inteligencia Militar (SIM); y de ese evento ha quedado en claro que lo del 24 de abril se planificó y se efectuó no como una revolución, sino como un Golpe de Estado sin mayores pretensiones por sus organizadores; que el factor que permitió transformar aquel Golpe de Estado militar en algo diferente y de carácter revolucionario y popular, con profundas raíces históricas, fue el levantamiento y participación de las masas populares por su propia cuenta y cuando se dieron las condiciones, creadas éstas por el resquebrajamiento de las FF.AA., órgano fundamental del Estado de las clases explotadoras y del imperialismo yanqui, siendo ésta la experiencia fundamental; la otra es que fueron las masas en armas las que aportaron el carácter revolucionario popular a abril del ’65, e incluso fueron esas masas las que impusieron el sello de lucha patriótica de resistencia a la invasión norteamericana, puesto que las llamadas fuerzas del PRD, que representaba Peña Gómez, solamente se preocuparon de robar y de buscar dónde estaban las Embajadas, a donde se metían cada vez que había un combate. De ello, ese tránsfuga y traidor Peña Gómez es un ejemplo viviente: se asiló seis veces durante el gobierno de Ciudad Nueva.

Por otra parte, una experiencia que merece ser tomada en cuenta es que una vez que el curso del proceso tomó cuerpo y hasta hoy día, se sustituyó el papel del pueblo en armas por supuestos héroes personales como Caamaño, Montes Arache y demás, pero incluso en este ámbito excluyendo al capitán Mario Peña Taveras, que en realidad sí jugó un papel estelar desde el punto de vista del pueblo en armas, ya que, siendo de extracción campesina de la zona de San Juan de la Maguana (Hato Nuevo) adoptó tres posturas, desde el mismo inicio del movimiento, que determinaron su rumbo revolucionario y popular: a) Fue Mario Peña Taveras quien entregó armas al pueblo la noche del 24 de abril, abriéndole a los ciudadanos los depósitos de armas del Campamento Juan Pablo Duarte del Km. 9 de la carretera de ese mismo nombre; b) Fue Mario Peña Taveras quien dispuso y efectuó, por encima incluso de su mando superior en rango, el apresamiento del Estado Mayor de las FF.AA., por oponerse al movimiento de vuelta a la democracia y c) Fue ese mismo capitán Mario Peña Taveras, quien ordenó en la Embajada Americana, a sus tropas, disparar sobre Donald Read y su gente si éste concurría a pretender negociar a nombre de la República Dominicana y de la democracia. Pero todo esto, aún en el Seminario, se oculta y se calla.

De ese Seminario en cuestión, hecho con el objetivo de hacer creer que la naturaleza y fines de las FF.AA., como órgano principal del Estado, es distinta hoy a su carácter de órgano represivo contra las masas populares de ayer, aquí hemos de reafirmar que eso es una farsa, y que las instituciones estatales, civiles y militares, se definen y se seguirán definiendo, a la luz de la ciencia histórica, por los intereses a los que sirven y contra quiénes actúan, es decir, al servicio de quién están.

La mona, aunque se vista de seda, mona se queda.

Si no, he aquí tres interrogantes que sirven para esclarecer el caso.

¿O acaso los Candelier y los nuevos genocidas de Mata Redonda, ya no están en las FF.AA?

¿O acaso lo de Jarabacoa, el 16 de mayo en la tarde, fue pura coincidencia y casualidad, donde están involucrados más de 25 militares de las FF.AA., en el asesinato de dos disidentes del PRD que se habían pasado al Partido Reformista Social Cristiano?

Y una última pregunta: ¿Acaso esto no dice que esas FF.AA. son y serán lo que siempre han sido?

 

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