Acentúase pobreza corroborando es ley inseparable del capitalismo

 

Cada día y cada semana es más firme y definido el panorama de la acentuación del deterioro del nivel y de la calidad de vida de la población dominicana tanto de ningún recurso, como de escasos, de pocos o de no muchos recursos.

En este proceso de aceleración del proceso de empobrecimiento de la población, intervienen variados factores, que son los que, en conjunto, operan para que se materialice lo que Carlos Marx definió con precisión científica como proceso inevitable de depauperización de las masas trabajadoras bajo el sistema capitalista de explotación.

Devaluación del peso dominicano, alza de precio en los artículos de consumo masivo y cotidiano, aumento del número de la población desempleada, quiebra masiva de los pequeños negocios y pequeños centros de producción, imposibilidad de parte de esas masas de sufragar el costo de la vida.

Entrando en la tercera semana del mes de octubre en curso, sólo hasta el pasado mes de septiembre el peso se había devaluado de por sí en un 11%.

Los negocios electrodomésticos denunciaban una reducción de un 30 al 40% en sus ventas.

Los comercios de comestibles al detalle daban cuenta de que, donde lograban vender 2,000 pesos diarios, apenas y con mucha dificultad llegaban a 1,500, y esto con un aumento en los precios de los artículos de un 20 y muchas veces de un 25%.

A todos esos males se suma y se convierte de inmediato en un factor determinante, el costo de los servicios de energía eléctrica, que ha aumentado de un 50% y hasta un 200%, si no un 300% en muchos casos.

Las clínicas privadas aumentaron a su vez sus precios de servicios en un 20 y un 25% en relación a como los ofertaban hace apenas un mes atrás.

Los medicamentos han incrementado sus precios hasta en un 35%.

El gobierno de Rafael Hipólito Mejía y Domínguez, el PPH y el PRD, que está al servicio de los monopolios extranjeros y la banca privada, sin importarle para nada las deplorables condiciones de vida del pueblo trabajador, se han alarmado en forma amenazante ante la denuncia hecha desde diversos litorales de la oposición de la falta de liquidez bancaria y de la paralización económico-comercial imperante. Pero aquí no vale arrugar el pico, aquí hay que pitar.

 

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