La bancarrota de la credibilidad gobierno de Rafael Hipólito Mejía y del Estado ante las masas

 

Si algo está contribuyendo a la falta de credibilidad del poder gubernamental, es que sólo actúa para favorecer los intereses de los monopolios explotadores extranjeros, particularmente españoles y norteamericanos; ese algo no es otra cosa que la duplicidad engañosa, burlona y mentirosa que caracteriza y distingue a su excelencia el Presidente de su Poder Ejecutivo, el Perito Agrónomo egresado del Politécnico Loyola de los jesuitas en San Cristóbal, bachiller Rafael Hipólito Mejía.

Lo de "no estoy con la reelección"; "la reelección es cosa de bandidos" que decía y repetía cuando todo el mundo sabe que fue él mismo en persona quien reimpuso la reelección con una mostrenca Reforma Constitucional al vapor y en yola.

"Voy a resolver el problema energético para acabar con esta pendejá". Y se pliega por entero a los monopolios españoles contra el pueblo; les crea a los monopolios españoles y yanquis un cuerpo policial para reprimir con toda ferocidad a la población consumidora y, por demás, nombra como su responsable al reenganchado general Guerrero Peralta, implicado en el asesinato del profesor universitario Narciso González y que además es empleado privado encargado -óigase bien- de la seguridad personal del jefe del consorcio eléctrico español en el país, FENOSA. Ley, batuta y constitución; juez y parte.

"Yo no me voy a meter en la elección de los jueces de la Junta Central Electoral", cuando todo el mundo sabía que ya Rafael Hipólito Mejía había urdido todo un complot para darle un golpe de fuerza y de hecho un Golpe de Estado o asalto bonapartista a la Junta Central Electoral.

"Eso del retiro de los diputados y senadores opositores de las Cámaras es puro ayante y aguajes. A quien no asista a las sesiones no les pago. Aquí no hay ninguna crisis política ni la habrá".

Para ahí mismo, sin arrugársele la cara, salir diciendo: "Voy a gobernar a decretazos limpios" ¡Oh! ¿y no dizque no existía ninguna crisis? De ahí la pregunta. ¿Y por qué esa amenaza del autogolpe de Estado para declarar el Estado de Emergencia y pasar a gobernar a decretazos limpios?

"Estoy dispuesto al diálogo". Luego dice que no. Finalmente dice que lo acepta y al momento de inaugurarlo proclama: "A mi nadie me impone nada, puesto que no acepto imposición". Más aún, sale a la carrera para un acto divisionista del PRD y antidiálogo y además de decir que nunca, en ningún gobierno del PRD las relaciones han sido mejores con este partido que con el suyo, y ahí arremete contra el diálogo y de hecho contra la existencia misma de dicho PRD.

La situación ha llegado al punto de que él se jacta de ordenar que el Jefe Policial pisotee la ley y la Constitución prosiguiendo las ejecuciones y fusilamientos; que Candelier pisotee todas las leyes de tránsito cometiendo abusos, atropellos y excesos, o bien él mismo, el bachiller perico, perdón, perito agrónomo, reclamando del tránsfuga desertor socialpistola y reformista social cristiano, Quico Tabar, que meta preso al que no haya pagado los impuestos a tiempo, sin reparar en lo que establece la ley al respecto.

Parece ser que la falta de carácter y comedimiento han llegado a límites tan escandalosos, que son sus mismos funcionarios que se ríen de él, y pretendiendo llamar a la cordura, dicen socarronamente, como le oímos decir a Hugo Tolentino: "No le hagan caso a Hipólito, ustedes saben que él habla así, ustedes saben cómo es el señor Presidente".

¡Cuidado!, decimos nosotros, y preguntamos: ¿Acaso el Presidente del país no debe caracterizarse por su cordura? ¿acaso el equilibrio en la compostura no es uno de los rasgos requisitos más exigido de un Presidente de un país? ¿Es que se está diciendo que a su excelencia, el señor Presidente bachiller Rafael Hipólito Mejía hay que reconocerle y aceptarle que es huérfano tanto de cordura como del equilibrio emocional necesarios?

 

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