El maridaje de Rafael Hipólito Mejía-Leonel Fernández vaticina grandes calamidades seguirán aplastando al país y al pueblo

 

La reunión que como dos compadres y compañeros de comunes correrías sostuvieron el día 31 de julio Rafael Hipólito Mejía, el cabecilla de este desgobierno que ha hundido al país en la mayor crisis económico-social de los últimos 42 años y sometido a las masas de ciudadanos trabajadores a la miseria más espantosa y al hambre y desprotección social jamás conocidas por los últimas 2 y media generaciones de dominicanos, estimadas éstas en unos 30 años cada una, y Leonel Fernández Reyna, quien fuera el artífice, con su gobierno del 1996 al 2000, de la creación de las bases materiales para la ocurrencia del desastre que ahora vivimos, es un indicativo no inequívoco, claro, contundente y demoledor de que Leonel Fernández es igual que Rafael Hipólito Mejía, y que ambos sólo son dos agentes lacayos títeres del imperialismo y enemigos del pueblo y el país. Que nadie se preste a engaños.

Leonel Fernández es un politiquero barato y rastrero, sí rastrero, puesto que sólo sabe ir a rastras por el suelo, detrás de la politiquería barata y siempre dispuesto a maridajes espurios e indecentes con los explotadores y los monopolios extranjeros, tal y como lo hizo del 1996 hasta el 2000, y, aún más, aliándose para reivindicar al tirano alimaña.

Lo de la llamada cumbre a que Leonel Fernández llama e invita a Rafael Hipólito Mejía es una reunión de los tiburones y sus agentes políticos destinada a trazar planes y tramas de cómo hacer un festín de carne, sangre y hueso de este martirizado pueblo.

La gente tiene en ese compinche que la prensa amarilla propiedad de los peores explotadores y agentes extranjeros celebra, una prueba definitiva de que el asunto sólo se encamina a resolverse si las masas rompen con todos estos politiqueros baratos, y emprenden su propio camino en forma independiente. ¡Piénselo!

Rafael Hipólito Mejía y Leonel Fernández son las dos caras de la misma moneda; son cepa y cepillo o bien son dos de los tres que con Eduardo Estrella echaron al pobre Pedro-Juan, que es el pueblo-país, en el pozo de las infamias y de los traiciones.

Ya es tiempo de que usted, ciudadano, abra los ojos y no se deje coger otra vez de pendejo.

 

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