Paíno Abreu Collado confirma boschismo es otro de tantos sistemas subjetivos pequeño-burgueses y reaccionarios sin relación con la realidad y contrarios a la ciencia

 

Indudablemente que hay cuando menos y ahora mismo dos bandos dentro del palidismo pelegato. Pero, de los dos, siendo ambos innegablemente boschistas, ¿cuál es el peor o cuál es el más oportunistamente podrido?

¿El de los pálidos pelegatos de la banda de Leonel Fernández-Dañino Murmullo Medina o el de Mirinda Fernández Mirabal y los Paíno Abreu Collado, Yermemos Forestieri, Paolo McKinney?

El boschismo es la ideología del oportunismo en ejercicio de la traición, y como ideología de las de viejo tipo, es ante todo enemiga de la cientificidad y sólo refleja mezquinas interpretaciones de la realidad vista por conveniencia y no importándole ni la objetividad ni el curso progresivo de la historia.

Paíno Abreu Collado acaba de decirlo al dejar como tácito, obvio o sobreentendido que en los estatutos de los pálidos todavía no conversos en pelegatos, como ocurre ahora después del período ‘96-2000 y en lo que va del 2004 al 2005, allí se dice -cita Paíno Abreu los estatutos del Pálido- que el boschismo es “un conjunto de principios, de interpretaciones de acontecimientos históricos, sociológicos… bla, bla, bla”, y muchas mierdas en abstracto más. Pero como se ve, ni ahí ni en ninguna parte, los seguidores del gran rufián y architraidor Bosch se atreven a atribuirle a su ideología -que es el boschismo elaborado por él- ni carácter científico ni objetivo -esto es, que reconozca la realidad como algo que existe independientemente de la subjetividad o del personaje pensante- ni materialista, sino sólo reivindica su carácter interpretativo en cualquier campo social, lo que de hecho es equivalente a reconocer que el boschismo no es más que otra de las tantas posibles ideologías como interpretaciones acomodaticias e interesadas parcializadamente de los fenómenos que se producen y desarrollan en los distintos terrenos sociales, más el método para efectuar esas ideologías o interpretaciones subjetivas, por lo que el boschismo es otro de esos tantos sistemas subjetivos pequeño-burgueses y reaccionarios creados en base a principios absolutos y universales, tan abstractos que no existen, y por ello los boschistas tienen como ideología el embarre de porquerías sujeto al axioma individualista de que cada quien tiene su verdad de las cosas y que de éstas hay tantas verdades como personas o individuos las razonan y las piensan.

¿Qué es todo eso sino pretextos para las traiciones al por mayor y al detalle?

Si se hace una apuesta y se tira una moneda para decidir cuál de los dos bandos del boschismo es el más podrido, la resultante será la siguiente disyuntiva, o la moneda cae parada sin acostarse para ningún lado, o se queda suspendida en el aire y no llega a caer, pues ambos son iguales e idénticos entre sí.

Cuál de los dos más perniciosos de esos dos sectores de los pálidos pelegatos.

Pero ambos tienen sus particularidades. Por ejemplo, el de Jaime -Mirinda- David, está acostumbrado en forma especial a vivir del sacrificio de los otros, sacrificio para el que ninguno de ese bando tiene madera pero sí se creen superiores para usufructuar, por ejemplo, los sacrificios hasta de vidas humanas y muchas torturas padecidas, no en aras de continuar esa lucha y llevarla, desarrollándola, hasta planos superiores, sino para venderse y venderle al enemigo y verdugo el estandarte de esa lucha y de aquellos sacrificios en los que a tantos se les arrancó la vida, si no jirones de ella.

Por su parte, el grupo de Leonel Fernández-Dañino Murmullo Medina se presenta con la particularidad de la falta de escrúpulos a la hora de la seducción por engrosar sus patrimonios personales; son trujillistas e hijos de los más crueles y terribles asesinos de Trujillo.

Por ello Leonel Fernández se dijo con toda franqueza boschista y vinchista.

Esto no se acaba aquí. Seguiremos.

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