Capitalistas se hacen la boca agua con los fondos de pensiones

De nuevo demostrado son los trabajadores los que crean la riqueza

 

La cuestión de quién crea las riquezas en la sociedad dominicana, si los inversionistas capitalistas explotadores o las clases trabajadoras, representadas por la clase obrera, queda resuelta, y la verdad de que son los trabajadores y no la burguesía quienes lo hacen se demuestra en el hecho de que ya el Fondo de Pensiones posee más de 20 mil millones de pesos y los capitalistas y sus bancos se lamen la boca pensando en disponer de esos más de 20 mil millones de pesos.

Riquezas sólo crean la naturaleza y las clases trabajadoras, demuestra en forma irrebatible Carlos Marx en los capítulos “La reproducción y la circulación capitalistas” de su obra “El Capital”.

Y aunque con gran unilateralidad, como ideólogo de la burguesía y del capitalismo, Adam Smith no deja de reconocerlo, y por ello empieza su célebre obra “Las Riquezas de las Naciones” afirmando, citamos textualmente: “El trabajo anual de cada nación es el fondo que la abastece originariamente de todas aquellas cosas necesarias y útiles para la vida social”.

Hay que resaltar que la acusación que constantemente viven propalando con toda maldad los capitalistas y sus ideólogos, como son los economistas, políticos y curas anticomunistas y neoliberales, de que los marxistas se apropian del fruto del trabajo de los obreros, al tiempo que hunden a éstos en la más espantosa miseria y ola de padecimientos, no es más que una vulgar coartada de su parte para ocultar el carácter parasitario, improductivo e inútil de la burguesía, la cual supervive a costa de apropiarse del fruto del trabajo social de las clases trabajadoras. Y es así que los más de 20 mil millones de pesos que los trabajadores dominicanos han logrado acumular como fondo para sus pensiones al final de su vida activa en la producción, esos ideólogos del capitalismo ya tienen montada una amplia campaña para que esos 20 mil millones de pesos y tantos muchos más, siempre producidos por los trabajadores, les sean entregados a los capitalistas para hacer sus, óigase bien, sus inversiones.

¿No está más que soberanamente confirmado aquí que esta sociedad capitalista se sustenta en la explotación y robo del tiempo trabajado y no pagado a los obreros, además del uso de lo que la clase de éstos ahorra a costa de hambre, miseria y sufrimiento indecibles que, como ahora, será empleado para las inversiones de los capitalistas?

Está claro que desde todo punto de vista, si alguien está de más, esa es la clase de los capitalistas. En esto radica nuestro convencimiento de que el triunfo de la causa del socialismo sobre el capitalismo es nada menos que inevitable.

 

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