Pervertidos e hipócritas curas y obispos católicos encabezan campaña para criminalizar a los médicos por atender a mujeres en situaciones de aborto, no obstante ser el cristianismo y la parásita e infame Iglesia Católica los primeros y mayores genocidas contra la humanidad en toda la historia

 

Cuando la Iglesia Católica-Vaticano, que es la institución que más crímenes y asesinatos masivos e individuales ha efectuado en contra de la humanidad y, por lo tanto, es la primera y mayor ge-no-ci-da, no siendo igualada, equiparable ni comparable a ningún asesino ni criminal, ya sea éste una persona particular, un jefe de gobierno o militar, o si no, un régimen como los nazi-fascistas de Hitler, Mussolini, Franco, Trujillo, Strossner, Pinochet, Videla, Duvalier o George W. Bush, si no Tony Blair, reiteramos, cuando se escucha a voceros de la Iglesia Católica-Vaticano, que es la institución más criminal y sanguinaria en la historia de esta naturaleza, hablar del supuesto carácter criminal del aborto, inventarse toda una falacia compuesta de elucubraciones y fabulaciones hasta mágico-religiosas y supersticiosas para distorsionar la naturaleza y alcances reales de esa práctica y colocarla al nivel de lo más abominable y hasta equiparable en magnitud criminal y asesina como anti-humana a su propia infame naturaleza (de la Iglesia Católica-Vaticano) y de todo el cristianismo, no sólo mueve a sospecha y termina por despertar toda la suspicacia posible, sino que mueve a formular toda suerte de teorías en busca de encontrar una explicación racional y acorde con la lógica formal y dialéctica de las cosas.

Ciertamente que, como afirmaba en su desquiciado y hasta absurdo por reaccionario racionalismo idealista metafísico Federico Nietzsche, lo irracional no niega de por sí la existencia real de las cosas, o bien, como con su sorprendente en su poco común perspicacia Engels insiste en que, casi siempre, aún el mayor disparate esconde o encierra una verdad.

Y si bien no existe ni hay otra cosa que no sea el afán oscurantista y reaccionario de la Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo por defender tanto el parasitismo como su intrínseca condición infame, dentro de su carácter parasitario e infame no es dable descartar en forma absoluta y del todo, alguna validez, aún sea para sus mismas alienaciones y aberraciones, a la irracional oposición de la Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo al aborto, bajo las condiciones y circunstancias en que éste se puede producir o efectuar.

Y, efectivamente, el hecho de que sean los especímenes de la fauna parasitaria sacerdotal cristiana católica de naturaleza tal como las de Luis Rosario y el obispo Pablo Cedano Cedano, quienes insistan en efectuar las más frenéticas como fanatizadas campañas anti-abortistas del coro que batutea en sus prácticas supersticiosas mágico-religiosas el llamado Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, de quien abundan los elementos que lo sindican envuelto en una tan activa como licenciosa vida sexual, que incluye no pocos episodios violentos, los que llegado el momento pondremos detalladamente en conocimiento de la opinión pública de manera directa y sin preámbulo para poner a prueba la democracia y el Estado de Derecho en el país.

Esa prensa venal y amarilla, escrita, radial y de televisión, que es casi absolutamente propiedad de la Iglesia Católica-Vaticano y su infame comportamiento parasitario respecto a la sociedad y al pueblo dominicanos, no repara hasta en presentar la odiosa como vil exhibición de canallesco mercenarismo, de manipulación carente de todo pudor, como la que el miércoles 16 del corriente mes de agosto de 2006 presentara la letrina pestilente “Hoy” (¿acaso te suena esto como estridente, pervertido hipócrita Fausto del Rosario Adames, en tu adocenado miserable mercenarismo eclesiástico jesuita?) en su Pág. 13, donde, bajo el manipulador titular de “Hay confusión sobre texto aprobado del Código Penal”, la inmunda rata proveniente de las conocidas alcantarillas de aguas negras del emepedé y hoy corresponsal palaciego de dicha letrina del Opus Dei que dirige el ex del SIM, el continuador de las infamias de Cucho Alvarez Pina -el Cuchito Alvarez Pina (Dugan)-, Manuel Jiménez -un carajete en todo el sentido despectivo de esta palabra- trata de enlodar, quitándole certeza y precisión a la lucha progresista y científica del Colegio Médico Dominicano (CMD) y de la Asociación de Clínicas Privadas (ANDECLIP), que preside el doctor Rafael Mena, en contra del monstruoso Código Penal confeccionado en materia del aborto por Arnaiz, el Cardenal, el Nuncio Apostólico, Pelegrín Castillo, que estipula la condena penal y criminal de todo médico que asista a una mujer envuelta en proceso abortivo por las causas y condiciones que fuera.

Y dicho sinvergüenza, bueno para nada e insignificante trepador, Manuel Jiménez, escribe que en visita a Palacio de Gobierno, a donde fueran invitados por el tal Humberto Salazar y quien los recibiera acompañado del hijo del chacal Vincho Castillo, el agente de todo lo malo, Pelegrín Castillo Semán, los doctores Enriquillo Matos y Rafael Mena “descubrieron” (escribió así para tratar de ridiculizarlos y colocarlos como patanes ignorantes) que su lucha contra la penalización del aborto según el Código Penal carece de base puesto que su idea no se corresponde con el Código Penal aprobado por el Congreso.

Y vaya usted a ver que de parte de Humberto Salazar, que es un sujeto que cuando usted quiera saber a qué huele un pedazo de hiena en putrefacción sólo piense en dicho personaje y ya obtuvo la percepción olfativa por la que siente curiosidad y del digno hijo de que padre, que es el chacal Vincho Castillo, Pelegrín Castillo Semán, lo que hubo no fue otra cosa que un intento precisamente abortado de ridiculizar, por orden de la Iglesia Católica-Vaticano y las fuerzas de las cavernas, a las que responden dichos funestos personajes de la peor laya, lo cual dejó por resultado el desenmascaramiento de la burda trama y les salió el tiro por la culata en dicha trama puesta en escena.

Pero no nos distraigamos más y volvamos a la cuestión de la verdad que puede haber en la insistencia de la Iglesia Católica-Vaticano y de los personajes como los nombrados Luis Rosario y el general Pablo Cedano Cedano, obispo del Arzobispado del llamado personaje Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, alias el Cardenal católico del patio.

Resulta que en realidad la Iglesia Católica-Vaticano, con su proclamación del celibato y la prohibición del matrimonio de los sacerdotes y monjas, deja sentadas las bases para que, al prohibirles la condición animal-humana a los curas y monjas, éstos se convirtieron en sujetos escenarios portadores de todo tipo de aberraciones sexuales, especialmente la homosexualidad y el lesbianismo, así como de la pedofilia y el bestialismo, si no de un amasijo único de todo eso a la vez.

Y es ahí que, desde que se instituyera el celibato por el monje Hildebrando (Papa Gregorio VII), cuya amante principal lo era la virago Matilde Canosa, en cuyos brazos muriera loco después de haber sido destituido de Papa (por loco precisamente), los curas y monjas, arrastrados por la homosexualidad excuba e incuba, hayan venido erigiendo en una aberrada utopía suya, que un homosexual, macho o maricón, quede preñado por una acción milagrosa por vía de un homosexual excubo o bugarrón y todo con la intervención de la mano milagrosa de su dios.

Esa utopía, que al parecer se ha vuelto obsesiva y delirante en los curas que, como Luis Rosario, o el general Cedano Cedano, obispo auxiliar de la corte del Cardenal, éstos no la abandonan, e inmersos en la estulta práctica supersticiosa suya, les resulta efectivamente monstruoso y criminal que aborte una mujer, que tan normal como natural queda preñada, cosa que ellos no logran, y así terminan por condenar en esa forma tan irracional, ilógica, anti-científica, disparatosa y desenfrenada el aborto.

50 años, desde que conocemos a Luis Rosario, ha estado tratando de lograrlo, y todos los esfuerzos le han resultado en vano. La naturaleza tiene sus leyes y no dios. No importan los maestros Bass, los Tábaro, los Arcadio el policía, ni Andujar el otro cura, ni Villegas y todo el que llega, las leyes de la naturaleza actúan objetivamente.

Y si a Luis Rosario, al que tan bien conocemos, todo le ha resultado fallido, ¡ay! del pobre obispo general Cedano, van más de 60 años en esas y todo ha sido en vano.

¡Oh, mujeres, como las envidiamos! ¡Ay, si todo ser humano pudiera salir preñado y parir! ¡Qué felices seríamos todos!

Esta bien podría ser la gran verdad que subyace oculta allá en lo más hondo del tremendo disparate y enmarañado punto de vista reaccionario y oscurantista con que la Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo satanizan la práctica histórica del aborto bajo todas las formas, ya fuese indeseado o una preñez resultado de violación, o por preñez que arriesga la vida de la mujer que lo porta, o simple y llanamente, por el hecho de que no quiere tener un hijo en tales o cuales condiciones.

Es que la Iglesia Católica-Vaticano, que no acepta las leyes de la naturaleza ni de la continuidad y preservación de la especie humana. Aunque el cristianismo primitivo le rinde culto en realidad al misterio de la vida cuya fuente y medio es el semen, agua de vida, según la leyenda mítico-religiosa pone en boca del imaginario Cristo, el paulinismo ha buscado siempre acabar con la vida y se ha inventado que las relaciones sexuales son pecado o transgresiones a su moral religiosa, pero en realidad todo se sintetiza y resume en tres grandes verdades: que el cristianismo, como religión, siempre ha sido reaccionario; que la Iglesia Católica y el cristianismo son el baluarte de la opresión; y que siempre se han opuesto a la ciencia y a la libertad del hombre.

 

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