Los planes conspirativos se anidan en el mismo Palacio Nacional

El traidor revisionista Carlos Dore Cabral, la represión y ley mordaza contra la libre expresión y manifestación en el caso de la otra feria, ordenada por el nefasto y ambicioso cardenal Nicolás de Jesús -Hildegrando Borgia- López Rodríguez

 

Ya finalizado agosto, tenemos que el traidor revisionista Carlos Dore Cabral (confeso y formal agente de la CIA norteamericana desde mediados de la década del ’80 cuando se declarara consultor de la Agencia Internacional de Desarrollo (AID) de los Estados Unidos en el país, y hoy de los más íntimos y allegados al flamante, in fraganti tantas veces como flagrante otras más, dentro del mismo tipo de actividades anti-nacionales y anti-populares, como de acumulación de una vertiginosa fortuna para su patrimonio personal Leonel Antonio Fernández Reyna) ha declarado que son parte de una conspiración golpista contra el gobierno y el Estado de Derecho los actos coercitivos, represivos, como los efectuados por la P.N. cumpliendo órdenes superiores el sábado 26 de agosto para impedir una pacífica reunión de jóvenes que se proponían, y así lo habían anunciado, efectuar una Feria resaltando el lado oscuro, compuesto por las miserias, atrasos y pobreza que padece la población y que el neoliberalismo sólo contribuye a acentuar.

Pero obviamente que los que conspiran y montan intentos ya comprobados de Golpe de Estado están en el Palacio del gobierno actual, y sobre todo en la Iglesia Católica, que con su Poder tricéfalo, con el que como parásito insaciable succiona los recursos financieros y de todo tipo del pueblo, puesto que son (los de la Conferencia Episcopal, cuyo representante lo es Benito de la Rosa Carpio, alias obispo de la sub-zona operacional del cartel catolicista denominada Diócesis de Santiago; el Arzobispado de Santo Domingo, que es el órgano del poder personal del repugnante personaje a todas luces prisionero de la estulticia, Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, y la Nunciatura, cuyo cabecilla, Timothy Broglio, un espécimen siciliano nacido en los EE.UU., es el representante directo del Papa en el país), los que han montado el coro que, pública y directamente, demanda la instauración de una formal dictadura que sustituya a la fracasada democracia y a su cantaleteado Estado de Derecho, y lo cual vino a ser reafirmado por el gángster eclesiástico del mismo pelambre, el marrano monseñor Agripino Núñez Collado, al momento de anunciar la puesta en vigencia del Estado de Sitio decretado e impuesto a la vez por el Presidente del Poder Ejecutivo, el nombrado Leonel Antonio Fernández Reyna, formalmente estableciendo (tal cual recogieron en sus primeras páginas los periódicos amarillos comerciales diarios, que como instrumentos venales del poder mediático habían venido preparando con noticias sensasionalistas el terreno) que en este momento dado las libertades democráticas serían eliminadas para poder contrarrestar la delincuencia y la violencia que la crítica situación económica genera en las esferas de la sociedad.

Esto último acaeció el día domingo 23 del mes de julio de 2006. Pero ya el 7 de mayo del 2005 apareció un fatídico decreto emitido por el actual gobierno y, por lo tanto, con la firma de puño y letra del incumbente del Poder Ejecutivo, Leonel Antonio Fernández Reyna, en el que se imponían serias y terribles e inaceptables coacciones a la libertad de prensa, como la auto-censura y la censura misma en forma directa y expresa, lo que los medios de difusión de prensa acogieran en sus respectivos espacios. Este decreto, apenas 13 días más tarde, esto es, el 20 de mayo, el incumbente del Poder Ejecutivo lo derogó. Y previo, en sucesivas declaraciones, había establecido que, bajo ninguna forma, él podía ser partidario de tan grandes monstruosidades anti-democráticas contenidas en el decreto de marras contra la libertad de prensa con la que se decía comprometido.

En el curso de los 13 días que van del 7 de mayo al 20, salió a relucir que el decreto en cuestión y que fuera derogado como ya hemos dicho, fue obra de un grupo de funcionarios palaciegos y allegados tanto a éstos como al nombrado Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, entre ellos, el mismo Consultor Jurídico Pina Toribio, alias German Monster, además del chacal, calié y palero Vincho Castillo Rodríguez y uno de sus críos, el nombrado Pelegrín Castillo Semán y otros, que se confabularon, en asociación de malhechores, para hacer que el incumbente del Poder Ejecutivo firmara el Decreto, metiéndolo de contrabando en un voluminoso número de expedientes aprobados y listos para ser firmados, sin que Leonel Antonio Fernández Reyna estuviera al tanto de lo que, efectivamente firmaba, en el escritorio de su propio despacho presidencial.

Así como se comprueba que éste, Leonel Antonio Fernández Reyna, por lo menos en este caso, no estaba involucrado y que ahí no operaba con sus formas hipócritas y taimadas de la gatica de María Ramos que tira la piedra y esconde la mano, puesto que denunció el hecho de la trama efectuada, de la que vino a percatarse con el escándalo subsiguiente que inmediatamente generó la publicación del dichoso Decreto apócrifo del 7 de mayo, de igual modo resultó en extremo fácil y simple ubicar que toda la trama y el hecho del Decreto apócrifo -cuasi falsificado- provenía del despacho del nombrado Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, con la participación del franquista opusdeista Francisco Arnaiz, puesto que ambos, desde antes del 7 de mayo, venían frenética y compulsivamente reuniendo como borregos y ovejas a los directivos y dueños de medios de prensa para el mismo Cardenal, tal y como se hacía constar, comunicarles el contenido del Decreto a publicarse de manera que, bajo dicha forma, hacer que los medios de prensa acogieran la censura y la ley mordaza. Esto, además de que dicho Decreto-censura y eliminador de la libertad de prensa, sería totalmente coherente con la obsesión del nefasto Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, alias el Cardenal, de imponer cuanto antes una dictadura, ya que, según su mentalidad, efectivamente tan parasitaria y vividora como retardataria, ultra-reaccionaria y oscurantista, la democracia y el Estado de Derecho son basuras que han fracasado estrepitosamente.

 

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