Espuria sentencia caso Baninter no recae sobre los tres infelices venales juezuchos sino que retrata catadura ignominiosa de la Judicatura de la injusticia dominicana

 

La sentencia emitida por el tribunal de lo que es la Judicatura en el país lo que no es -esta Judicatura, no nos estamos ni mucho menos nos interesa referirnos ni hablar de otra- ni la sombra de lo que se supone ha de ser la Justicia, dicha sentencia, en sí misma, es la más fiel y exacta fotografía y retrato al desnudo del envilecimiento y la corrupción rampante que predomina en esta Judicatura con juezuchos -dejemos a un lado lo de jueces, que ninguno llena los requisitos del estándar requerido para ser tales-, exactamente juezuchos proclives a la venalidad y arrastrando a cuestas un personal e individual historial completo, desde sus ancestros familiares directos o más cercanos, que culmina en una trayectoria de fieles lacayos al Poder de la oligarquía y en especial a los cuerpos coercitivos criminales-delincuentes, bases fundamentales del Estado como órgano de las clases reaccionaras explotadoras y opresoras y, por sobre todo, lacayas incondicionales y genuflexas redomadas ante el imperialismo norteamericano y sus monopolios, así como jueces y componentes de la Judicatura totalmente vasallos incondicionales de la espuria y parasitaria Iglesia Católica-Vaticana que es tan espuria y moralmente tan insolvente como degradada que posee una Suprema Corte como el máximo órgano de la Judicatura y, por lo tanto, rectora de todos los tribunales y jueces que la componen, que se ha atribuido carácter vitalicio, lo que, de hecho, es la negación absoluta de todo visus o indicios democráticos en ella, como un Presidente que, además de caracterizarse por provenir de una familia cuyo padre y su tío -el hermano de aquél- eran, o tal vez siguen siéndolo a través de sus descendencias, los testaferros de una parte del capital de los Trujillo, en particular, del de Héctor Bienvenido Trujillo Molina (alias Negro), es un verdadero ignorante culturalmente, lo que suple con el otro componente de su conducta, que es la de sirviente abyecto de los intereses de la reacción oligárquica, de los monopolios, hechos a base de la corrupción más inescrupulosa, como es el caso de los Hazoury y de los mismos Báez Romano, Báez Figueroa y Báez Cocco -de la familia criolla de los Corleone del patio- y que él mismo, esto es, el mismo Jorge Subero Isa, el impenitente usurpador y detentador de la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia, se ha autodefinido, en entrevista pagada al periodista amarillo y policial Melvin Mathews, como el primer servidor del capital financiero monopolista presente y por llegar a la República Dominicana, y como el garante a toda prueba de su fidelidad perruna de lamerle los pies a esos amos que él reconoce como los suyos y de estar dispuesto, como siempre ha hecho, a emprenderla a dentelladas indiscriminadas y criminales contra el pueblo-nación dominicanos, puesto que, de todos modos él (Subero Isa) no es más que un representante de la peste árabe en el país y gitano o ciudadano roma, esto es, apátrida, y su cargo está sólo a disposición de los EE.UU. a través de su Embajada y sus representantes en el país, lo cual expresó sin ambages y sin pero que valga -tal cual consta en aquella inolvidable como antológica entrevista de marras-, o bien, a disposición de los Arzobispado y Episcopado católicos en el país, representados, el primero, por el alias Cardenal, el nombrado Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, y el otro, por el pedófilo y homosexual, como depravado sin fronteras, el también alias monseñor Ramón Benito de la Rosa Carpio, quienes, en comunidad con el Embajador del Papa, el siciliano-yanqui Timothy Broglio, son los verdaderos dueños esclavistas y archi-parásitos del pueblo, y amos de este desgraciadísimo país.

Si miramos hacia el Primer Suplente del Presidente de la Suprema Corte de Justicia, que es el Dr. Rafael Luciano Pichardo, a pesar de reconocer en él a un sólido profesional del Derecho, cosa que no ocurre con el Presidente de la Suprema, hemos de subrayar que, precisamente por ser un profesional del Derecho en este país y poseer este derecho un carácter de clase, dado que es el reflejo de los intereses de las clases explotadoras y opresoras nativas como del capital financiero internacional, entiéndase de los monopolios, y de la Iglesia Católica-Vaticano, como que está sometido a todo un sistema de subyugamiento, se tiene que el Dr. Don Rafael Luciano Pichardo, está comprometido con una práctica e intereses sociales que lo hacen una ficha más del actual proceso de descomposición de la Judicatura y sociedad dominicanas que las distancia, por su carácter espurio, de las más sanas y progresivas aspiraciones de Justicia, de verdadera Justicia, en el país.

Pero no es lo mismo que ocurre cuando presionamos y hacemos correr a la vez el bisturí del cirujano que explora, sólo con interés científico y buscando servir a la vida y no a la muerte, sin ningún interés mezquino de por medio, sino como el Ariel que flota en el aire como espíritu puro en representación de los más elevados ideales de la sociedad y las nuevas clases sociales que, sintiéndose aplastadas y a la vez asfixiadas por el oscurantismo de la interminable noche de la superstición y la más vil como abyecta e infame persecución y constreñimiento, que se tornan cada vez más y más insoportables, del medievalismo feudal catolicista y protestante, enarbola como su bandera, con las consignas “libertad, igualdad y fraternidad”, inmortalizadas por la gran Revolución Francesa del 1789 y expandidas a partir de ahí por todo el mundo, hasta hundir el viejo régimen y hacer surgir el régimen burgués de la libre empresa, y que hoy, por cierto, transformado ya en un obstáculo, como un sistema obsoleto, se resiste a desaparecer y busca sobrevivir, empleando todos los procedimientos más aborrecibles de opresión y explotación de los que, en aquel lejano pasado, dijo haber abjurado, y es ahí cuando ese bisturí se tropieza con el corazón mismo del tumor canceroso, que vuelve inútil todo empeño de corrección por vía de la persuasión; se trata de que, por ejemplo, la Segunda Vicepresidente o Segunda Suplente del Presidente de la Suprema Corte de Justicia, la nombrada Eglys Margarita Esmurdoc de Salazar, no sólo es la formal y reconocida esposa de un zar de la peor corrupción imperante en el pasado gobierno del Përrodé encabezado por Rafael Hipólito Mejía, esto es, de Hernani Salazar, sino que, por sobre todo, su principal y más importante actividad es la de ser prestamista usurera a un nivel tal que el monto de su capital, personalmente colocado en las actividades de la usura personal, hace unos 8 meses atrás, era de los 40 millones de pesos, por los cuales devengaba no menos de 10 millones de pesos al año, sólo de los intereses, ya que los suyos son préstamos al módico 27%, lo que representa un monto de intereses mensuales de casi un millón de pesos, siendo, como se confirma al comparar, una suma superior al sueldo devengado por ella como juez de la Suprema Corte, de ahí que su actividad principal no sea la de ser juez, sino estafadora prestamista individual, contraviniendo y pisoteando, en forma desalmada, todo código moral o todo precepto que tenga relación con la honradez y la decencia.

Jorge Subero, que le gusta hablar taimadamente de honradez, decencia, moralidad, etc., cualquiera puede llegar a creer que está al margen totalmente de esta apestosa situación, sin embargo, nos consta y tenemos evidencias en abundancia, de que Jorge Subero Isa está completamente en conocimiento de la situación esta de que su Segunda Suplente es una vulgar prestamista, como que posee vínculos tan espurios que la descalifican para garantizar cualquier proceso que busque instaurar la decencia, la honradez, la honestidad, en el campo de la Judicatura para la obtención de una verdadera Justicia, y es este chiquero de cerdos revolcados en sus mismas inmundicias que se nos pasa de contrabando como Judicatura, pero jamás Justicia.

Y es que debe saberse que esta situación ha sido puesta en conocimiento de no pocos miembros de la misma Suprema Corte de marras, y, después de varias exploraciones hechas, hemos arribado a una espeluznante como bochornosa conclusión, consistente en que, al parecer, todos y cada uno de los jueces vitalicios de la Suprema Corte, incluidos los más ancianos, son clientes habituales de Eglys Esmurdoc y su hijo de su primer matrimonio, que es otro reconocido Wall Street del mundo siniestro y tan minuciosamente disecado por Honorato de Balzac, que a lo largo de toda su existencia fue víctima de estos despreciables especimenes antisociales que forman la asqueante fauna de los prestamistas y los usureros estafadores, empezando por los bancos privados.

La mostrenca sentencia del caso Baninter, la analizamos en otro trabajo, pero con este comentario lo que hemos querido subrayar es que se cometería un error imperdonable si todo lo redujéramos a fallas y actitudes unilaterales de los tres infelices juezuchos que emitieron tan desafortunada sentencia que, no cabe dudas, es un retrato fiel, exacto, irrefutable, equivalente al mapa del genoma de la Suprema Corte, cuyo DNA delata una aberración insalvable.

 

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