Conciertos de faranduleros y cantantuchos mercenarios tipo Juanes o Alejandro Sanz sirven al imperialismo y sus títeres para instigar agresiones contra los países y pueblos que luchan por su soberanía y autodeterminación

 

La farándula está siendo empleada, en forma audaz, como instrumento ideológico-político de las estrategias del imperialismo neoliberal y globalizado, particularmente de la política del genocida George W. Bush, que los españoles, ya sea del Partido Popular de Arnaiz o Rajoy, como del Presidente español Rodríguez Zapatero, y la Iglesia Católica-Vaticano, respaldan de manera desfachatada y depravada para agredir a los países y pueblos soberanos.

Para secundar la tesis desconocedora de la soberanía nacional de los países y pueblos, así como para pisotear su autodeterminación, como quien no quiere la cosa, los payasos y degenerados cantantuchos metrosexuales, como uno llamado Alejandro Sanz y el otro Juanes, han estado organizando supuestos conciertos en las zonas aledañas a la frontera de Colombia con Venezuela, para desde allí difundir chácharas que realmente no son otra cosa que provocaciones en contra del gobierno revolucionario de Chávez, así como verdaderas campañas de insultos contra la Venezuela bolivariana.

Junto a esos manidos conciertos de provocaciones contrarrevolucionarias y de alabanza a la degeneración y a las aberraciones, en Venezuela y en Colombia, como aquí, en el país nuestro, se han montado las correspondientes chácharas, con los más recalcitrantes contrarrevolucionarios y agentes del imperialismo yanqui, para la difusión de teorías reaccionarias en contra del respeto a las fronteras y a las soberanías nacionales correspondientes.

Se ha estado difundiendo que las fronteras deben ser desconocidas y violentadas flagrantemente cuando, según la voluntad de los reaccionarios, esas se emplean para llevar a cabo actos contrarios al orden establecido, o sea, al orden deseado por los reaccionarios y explotadores, siendo sólo aceptadas cuando las fronteras sirven a esos reaccionarios para ellos actuar como chivos sin ley.

Los conciertos de marras de los degenerados Alejandro Sanz y el tal Juanes se titulan “Fronteras para la Paz”, dando a entender que si caprichosamente un Uribe o un Bush, en sus afanes expansionistas y de saqueo, deciden que tal frontera sirve a sus contrarios, sin contemplación deben proceder a la agresión.

Ayer repetían a coro: “Jesucristo es paz”, ahora han cambiado y bailan y defienden “Jesucristo y la paz de dios descansan en los paramilitares y los genocidios, como el que llevan a cabo George W. Bush en Irak, Afganistán y Palestina”.

¡Qué cuestión! Estos viles mercenarios, aquí y allá, verdaderamente que se la traen.

Son prostitutas vulgares para quienes lo suyo es: por la plata baila el mono.

 

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