Las escabechinas criminales ordenadas por el disoluto Leonel… Reyna al cirujano sanguinario jefe policial Guzmán Fermín superan triplicando la cantidad de ciudadanos asesinados por el tirano alimaña Joaquín Balaguer en los 12 años

17-07.2008

 

La prensa amarilla adicta al régimen luce desesperada, pues ha tenido que admitir, en contra de los intereses y manipulaciones de la Policía Nacional y su maniático cabecilla Guzmán Fermín, que los cuatro ciudadanos muertos recientemente en Villa Duarte, ciudad capital, fueron ejecutados cruel e inhumanamente.

Pero esto la Policía Nacional y sus multiplicados y proliferados escuadrones de la muerte lo están llevando a cabo todos los días y en todas las provincias del país, ejecutando a un ciudadano aquí, otro allí y de cuando en vez, cada vez con mayor frecuencia, lo hace por 3 y 4 juntos, como quien dice, por docena sale más barato.

Por ejemplo, se conocía de la masacre de Macorís del Este, y luego la que efectuó, con una escabechina de sesos y vísceras en Macorís del Norte, pero esa prensa ha callado que, precisamente entre las batidas de fusilamientos efectuadas en los dos Macorís por la P.N. y sus matones, en La Romana llevaron a cabo otra escabechina esos matones de Guzmán Fermín, que en realidad cumplen órdenes del disoluto desgobernante apátrida Leonel Antonio Reyna.

Cada una de estas masacres representa una nueva escalada terrorista y represiva con carácter de Estado asesino y, por lo tanto, recayendo sobre el apátrida desgobernante Leonel Antonio Reyna, y poseen sus peculiaridades propias.

Por ejemplo, un corresponsal nuestro en La Romana entró en contacto con el padre de uno de los jóvenes ejecutados por la P.N. en esa localidad, a principios del presente mes de julio, quien le expresó que, aunque su hijo era un muchacho dedicado a la mala vida, él entiende que se estaba en un Estado regido por leyes e instituciones donde no existe la pena de muerte ni los fusilamientos; peor aún, sin que un tribunal conozca los cargos ni mucho menos.

Agregándonos que recién se levantó ese día un relacionado le comunicó que, desde la Jefatura policial, el Comité de Ejecuciones de la P.N., que personalmente dirige Guzmán Fermín, en estrecha comunicación con el disoluto desgobernante este, había ordenado darle muerte ese mismo día a su hijo, y, en efecto, esa misma noche, a las 11.00 P.M., lo ejecutaron fríamente y con las manos en la nuca.

Los crímenes policiales de Macorís del Este tuvieron este sello. Y lo mismo fue con los elementos de las ejecuciones de La Caleta, Boca Chica.

Estamos de hecho ante y bajo un gobierno terrorista y criminal que recurre a ordenar asesinatos masivos ininterrumpidos, violándose todo el andamiaje jurídico-institucional, como recurso desesperado, y en confesión directa de su incapacidad para lograr que la sociedad, sus leyes e instituciones funcionen según se ha establecido constitucional y legalmente, y de hecho se trata de pruebas irrefutables de la bancarrota de un gobierno que juró proteger a la ciudadanía y garantizarle su bienestar, que indudablemente ha caído en forma abrupta en el fracaso y el descrédito, demostrando adolecer de una profunda ineptitud.

Pero como Leonel Antonio Reyna es un palidista pelegato, su máxima expresión, en él se sintetizan todas las lacras y aberraciones de conductas que ese conglomerado se sabe posee en abundancia.

Dada su información, que combina con sus aberraciones, lo que complica de manera grave la cuestión así como así, volvemos a resaltar el hecho de que, según las cifras y los hechos, este Leonel Antonio Reyna ha resultado más criminal, asesino, corrupto, irresponsable y ambicioso que el que se tenía como el arquetipo del tirano sangriento y desalmado, la alimaña Joaquín Balaguer.

Ahora los asesinados por la P.N. triplican, cuando menos, todos los muertos de los 12 años.

 

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