CRIMINAL BESTIALIDAD HAITIANOS CONTRA DOMINICANOS

Es estimulada por los círculos de agentes del imperio-capitalismo y la protección de la parásita anti-dominicana Iglesia Católica, su orden mafiosa de los jesuitas y su prensa mediática como por los politiqueros de los tres partidos del sistema

Dominicano: ¡No te dejes coger asando batatas!

08-05-2009

 

Fue enterrado en San Cristóbal, lugar del que era oriundo, el ciudadano dominicano José de los Santos, quien fuera asesinado en Mao por tres haitianos, apenas el 27 de Abril del 2009, mediante el predilecto método de esos extranjeros, ingratos y malagradecidos, consistente en el cercenamiento de la cabeza a machetazos, en un horrendo hecho criminal, perpetrado por estos haitianos, que se le habían colado en su pequeña parcela, tras, hipócrita y alevosamente, rogarle que les permitiera estar ahí durante dos o tres días, a lo que, muy cándidamente, José de los Santos, exhibiendo la famosa hospitalidad de los dominicanos, accediera, aduciendo que él se sentía consternado ante la tragedia del pueblo haitiano y de esos ciudadanos que vagan por el territorio nacional.

Al pasar varios días, y al llevar más de 15 días los haitianos en su propiedad, que a su vez albergaban furtivamente a cuantos compatriotas suyos se dejaban caer en la parcela de José de los Santos, éste les dijo a los haitianos que deseaba que buscaran otro lugar a dónde irse a refugiar, pues ya él no podía seguir brindándoles albergue; solicitud ésta que tuvo por respuesta una ola de ira criminal de parte de los tres haitianos, quienes, acto seguido, sacaron sus filosos machetes y le cercenaron, sin más para allá ni más para acá, la cabeza, que al momento de ser encontrado el cadáver del ciudadano dominicano decapitado por los haitianos la cabeza se encontraba a no menos de 8 metros de distancia.

José de los Santos deja en la orfandad a cinco niños dominicanos, de quienes el mayor tiene apenas unos trece años de edad.

Pero, sorprendentemente, los órganos de la prensa amarilla y venal, que está al servicio de los verdugos del pueblo y del país, no han dedicado ni una miserable línea para dar la información respectiva, como tampoco las autoridades dominicanas de los podridos pelegatos, ni los perrodé, ni los corruptos y prostitutos del partido de sabandijas reformistas, han dicho ni esta boca es mía, de que José de los Santos, ciudadano dominicano y padre de familia ejemplar, fue alevosamente decapitado por vándalos haitianos.

No se trata sólo del caso de la barriada de Herrera, en Santo Domingo Oeste, que ocurrió el 2 de Mayo, como venganza de un alevoso crimen perpetrado por un haitiano que le cercenó la cabeza a Pascual de León Lara, otro ciudadano dominicano, e hirió a la vez gravemente a machetazos a un primo de la víctima, Anderson Lara.

Se trata de hechos diferentes, pues el asesinato y decapitación de José de los Santos ocurrió exactamente el 27 de Abril, o sea 4 ó 5 días antes del asesinato de igual forma de Pascual de León Lara, a manos también de otro haitiano.

EL asesinato y decapitación de José de los Santos, ciudadano dominicano, ocurrió en Mao, Provincia Valverde.

Como se puede fácilmente apreciar, se trata de que los haitianos son como fieras al acecho de la primera oportunidad para asesinar, en forma despiadada y cruel, al primer dominicano que tengan la oportunidad de hacerlo.

El asesinato éste en Mao, por parte de tres haitianos, del ciudadano dominicano José de los Santos tiene, además del silencio cómplice revelador de los medios de la prensa escrita, radial y de televisión, como las auténticas letrinas pestilentes y nauseabundas del Listín, Hoy, El Nacional, El Caribe, La Información y los carabelitas apéndices respectivos, como el Diario Libertino y El Día (que están controlados y bajo el dominio de la Iglesia Católica-Vaticano a través del Opus Dei, como ilustra el caso de Pepín Corripio), el hecho significativo de que los asesinos corrieron a refugiarse en la iglesia católica de Dajabón, bajo la protección del rufián cura jesuita Rufino Martínez, para así la Iglesia Católica-Vaticano darle impunidad y ponerse a incitar sus mecanismos espurios, como Amnistía Internacional, para que presenten sólo una cara, en forma en extremo unilateral y apasionada, de la tragedia que ha caído sobre los dominicanos como una plaga apocalíptica.

El podrido y disoluto, como corrupto, corruptor y sanguinario que preside el desgobierno dominicano, nos estamos refiriendo al nombrado Leonel Antonio Reyna, del que no tenemos la certeza de que sea dominicano, una vez que se tiene la fundada sospecha de haber jurado, en un momento determinado, por la bandera norteamericana, ha demostrado hasta la saciedad no importarle que asesinen y masacren a los dominicanos. Y es que ese mismo sujeto carga, como si tal cosa, con mucho más de 15 mil dominicanos asesinados por acciones criminales de la Policía Nacional y otros órganos oficiales bajo su mando.

Ese carajete incompetente y analfabeto cultural que hace de  Presidente del lenocinio congresional, que se dice Senado de la República, éste es el adocenado y delicado Reynaldo Pared Pérez, habla de desproporcionada la protesta interesada y estimulante de la criminalidad del los haitianos contra los dominicanos en nuestro mismo territorio nacional, y de paso dice deplorar la forma como fue muerto el haitiano en Herrera, pero silencia, ignora, se arrodilla y asume poses indecorosas ante el asesinato de Pascual de León, el 1ro. de Mayo del 2009 en Bayona, como de José de los Santos, cuatro días antes, en Mao, el 27 de Abril.

Los agentes clericales y de la CIA de Amnistía Internacional ven racismo y xenofobia desbordados en los dominicanos, acusaciones falaces que esos antros usan como chantaje y extorsión para desmoralizar y hacer bajar la guardia a los dominicanos, pero nosotros, como buenos dominicanos, a todos esos que azuzan y alientan los desmanes de los haitianos, bien podríamos mentarles su maldita madre.

Nosotros les transmitimos a los dominicanos el siguiente y sano mensaje: Que no se dejen coger de pendejos, que recuerden la filosofía de la supervivencia de que, para que el muerto sea de mi casa, que sea del vecino, y sobre todo si se trata de un tan perverso como ingrato y alevoso vecino, como han demostrado ser los haitianos.

La cruz, como dicen los supersticiosos en sus textos más apreciados por ellos mismos, es un símbolo azaroso y maldito, por lo que es un símbolo anatematizado, de ahí que no la queremos en nuestras casas, que se quede en la de los malos vecinos.

Dominicano, ¡que no te cojan asando batata!

 

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