Demostrado el ardid de los mercenarios pro-haitianos de construir un lecho de Procusto para sus objetivos de propiciar la destrucción de la nación Dominicana Así lo hace Santiago Castro -Colón-

Los seudo intelectuales de la haitianización peñagomista se revelan en su condición de agentes del imperio capitalismo y de la depravada Iglesia Católica

14-01-2011

 

Prosiguiendo con su vagabundería  seudo histórica, el rufián Santiago Castro Ventura -Colón-, con un pro-haitianismo de pura cepa peñagomista, y tan aberrado como extravagante, sobre la historia patria y la proclamación de la fundación de la República Dominicana, lo que aconteció por primera vez en el 1821 y volvió a reafirmarse el 27 de febrero del 1844, con idénticos rasgos comunes con el hecho del 30 de noviembre-1ro. de diciembre del 1821, en el que, José Núñez de Cáceres proclamó la fundación de la República Dominicana como nación libre y soberana, conforme al manifiesto hecho público para la ocasión; hay que destacar la serie de subterfugios y sofismas para manipular y llevar a cabo su acción criminal a lo Procusto del mencionado Santiago Castro Ventura -Colón-.

En cuanto a esto no hay Juan tutía ni pero que valga. Santiago Castro Ventura Colón apela al subterfugio de escudarse en que, según dice, “los documentos históricos aclaran”, y parapetado en ese endeble argumentajo con el que pretende sustituir el hecho objetivo de que, formalmente, gústenos o no nos guste, se proclamó, el 30 de noviembre-1ro de diciembre del 1821, la fundación de la República Dominicana por Núñez de Cáceres; lo que de hecho es, haciéndole una concesión gratuita en el mejor de los casos, un sofisma barato que, como tal, apenas alcanza apariencia de verdad; puesto que, así como las palabras no son los hechos, igualmente, no son los documentos históricos, que contienen opiniones y puntos de vista de otras partes interesadas, los que de por si pueden anular un hecho histórico comprobado y concretamente efectuado y real, como fue, que el 30 de noviembre-1ro. de diciembre del 1821 se proclamó la fundación de la República Dominicana como libre e independiente.

Como por igual es inconsistente y únicamente podría tener valor de gregarismo oportunista y arribista de parte del haitianófilo, de razones perfectamente conocidas, Santiago Castro Ventura Colón, el recurso de denostar contra Núñez de Cáceres y sus colegas, que el 30 de noviembre-1ro. de diciembre del 1821 asumieron la condición indiscutible de patriotas, independientemente del gusto y los pareceres de los Santiago Castro Ventura -Colon-; como de la presumida finalidad con que aquellos llevaron a cabo su proclamación de la Republica Dominicana libre e independiente; el hecho de “no respaldar al inmenso Simón Bolívar”, según palabras textuales del haitianófilo de marras; ya que ello no altera, ni le da ni le quita, la naturaleza ni el significado de su acción patriótica del 30 de noviembre-1ro. de diciembre del 1821; igual que sucediera, y es fácil de comprobar en extremo, con no pocos hechos de la proclamación  de independencia de otros países de América; volviendo a recordar el ejemplo, digamos, usando esa palabreja pegajosa, que tanto gusta a ciertos tipejos, de emblemático, del esclavista norteamericano, aun después de declarada la independencia de los Estados Unidos, y hasta murió siendo esclavista de primera línea, Tomas Jefferson, creador de la formula de: democracia, gobierno del pueblo y para el pueblo.

El bolivarismo ha sido puesto de moda por el chavismo en su defensa de la soberanía venezolana y el derecho del chavismo a desarrollar su proyecto patriótico de capitalismo de Estado proteccionista. No obstante, nadie puede ocultar que el bolivarismo de Hugo Chávez, le queda grande y es no menos que un purgante de aceite de vitriolo para los haitianófilos, particularmente de los de la corriente peñagomista, una vez que José Francisco Peña Gómez es el primer discípulo y continuador, como relevo, en los sucios menesteres como espía a sueldo de la CIA y agente apagado del Departamento de Estado, del quinteto tristemente famoso de Rómulo Betancourt,  Pepe Figueres, Raúl Haya de la Torre, Luis Muñoz Marín y Juan Emilio Bosch Gaviño, todos espías de la CIA y agentes pagados del imperialismo norteamericano, que, como en el caso de Carlos Andrés Pérez y del otro agente de la CIA-Iglesia Católica Vaticano, Rafael Caldera, del Copey, son execrados por el bolivarismo, como las gentuzas de la peor ralea en su inigualable entreguismo lacayuno de fidelidad perruna ante el imperialismo norteamericano.

Prosigamos pues, en el ajuste de cuentas o disecación y disección de este rufián haitianófilo que, sin escrúpulos, echa mano, tanto a los sofismas como a una ensarta de subterfugios baratos para exhibir con todo descaro su desvergonzado espíritu anti-dominicano y de patricida pro-hatiano asqueroso.   Cuando Santiago Ventura Castro Colón se hace la interrogante ¿cuál es el propósito del movimiento del 1ro. de diciembre del  1821?, al que se niega dominar proclamador de la fundación en dicha fecha de la República Dominicana libre e independiente, tal cual lo hiciera en manifiesto público con letras negras sobre papel blanco.

Lenin, de quien no hay que pronunciar elogios pues obra como teórico organizador y revolucionario práctico, lo dice todo y más, siempre sostuvo que la única política justa, es la que se basa en principios, y que uno de estos principios es que los movimientos históricos y de carácter político, se juzgan por el contenido de su propaganda, de lo que expresan y por lo que llaman a luchar, las intenciones ocultas, Lenin las deja para los tartufos y los intrigantes de profesión como el siniestro Fuché de la post revolución francesa del 1789;  y al respecto, estigmatizó a esos inquisidores de intenciones o los vendedores de disfraces de ovejas entre los lobos, con una expresión cuya contundencia, aún hoy repercute, y es la que expresa que, de buenas intenciones está pavimentado el camino hacia el infierno.

 

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