JUAN BOLIVAR DIAZ SANTANA

Vulgar sirviente sumiso del capital Opus Dei-Pepín Corripio es beneficiario de la despreciable corrupción del nepotismo como privilegio asqueante por su condición de peón a través del Banco de Reservas

12/08/2013

 

Todo cuanto lleva y ha llevado a cabo Juan Bolívar Díaz Santana, ese rufián y palurdo, tan torpe y zafio que en él sólo queda espacio para el mercenarismo, como periodista a sueldo del magnate Pepín Corripio. opusdeísta y representante de un oscuro como tenebroso patrimonio financiero que huele y estila sangre y lodo, de los que se acuñaron y derramaron en la Guerra Civil española desatada por las fuerzas del fascismo-hitlerismo católico nacional y monárquico, encarnadas en los terratenientes, el capital financiero amasado y engrosado a costa de la esclavitud colonial y el saqueo de los territorios colonizados en ultramar, y en el antro de la superstición más cavernaria y el oscurantismo más abyecto, cuya fuente es la Iglesia Católica-Vaticano, lleva impregnado el sello de la infamia y la ignominia, que de paso, le ha venido quedando impreso en su propio rostro de estúpido y depravado cretino, incapaz de presentar una sola idea propia, una iniciativa independiente del capital opusdeísta-Pepin Corripio, el parasitismo antinacional y antipopular, consustancial con el clericalismo cristiano católico, en la reafirmación de su condición inveterada e inalienable, como rasgo distintivo suyo, del rufián y vil mercenario Juan Bolívar Díaz Santana, de periodista amarillo, de a tanto por línea como un perfecto "penny a liner", que no hace periodismo para informar, sino que se prostituye a nombre del periodismo, actividad ésta convertida en un verdadero lenocinio, como la vida y la pasión de la sabandija que es Juan Bolívar Díaz Santana.

En este país ha sido puesto en claro, que el nepotismo es una tara atávica, reflejo de la mentalidad o expresión práctico-social e ideológica de las reminiscencias y rémoras del régimen medieval-clerical; legado colonial y esclavista-feudal, oscurantista y cavernario, del que la Iglesia Católica-Vaticano y esa peste de opio de la humanidad que es el cristianismo católico apostólico y romano, como por igual lo es el de las sectas protestantes, desde los pentecostés, calvinistas, luteranos,  cuáqueros, pietistas, testigos de jehová, mormones, episcopales, etc., que son las cuevas pestilentes y retrogradas reaccionarias, en las que se atrincheran como un todo, y desde las que mantienen como  fanáticos antidiluvianos, el bombardeo contra todas las iniciativas nacionales y patrióticas que transitan por el camino de la búsqueda de la liberación nacional y la emancipación social, objetivos estos en aras de los que las fuerzas progresistas, democráticas, revolucionarias, patrióticas y socialistas marxista-leninistas, reclamamos un Estado de Derecho, de respeto a las libertades y derechos democráticos de la población, sin privilegios ni impunidades, sino en el que todos seamos iguales ante la ley y la constitución, y estas sean iguales, equitativamente iguales, en su letra y en su espíritu, y no, como hipócrita y alevosamente, ocurre en este Estado retrógrado, de franco carácter de siervo del imperialismo y de la Iglesia Católica-Vaticano.

Y es con la meta oprobiosa del apuntalamiento de la prevalencia de esta indigna y asqueante situación, de privilegios e impunidades para los grupos económico-sociales sostenedores y auspiciadores del régimen oligarquía vigente, que el depravado rufián Juan Bolívar Díaz Santana lleva a cabo su inevitablemente corrosiva e indecente labor de cagatinta, como plumífero mercenario, venal y, por lo tanto, mendaz.

¿Quién puede recordar una participación desinteresada de este perdulario del servilismo abyecto, que es Juan Bolívar Díaz Santana, este peón y rastrero inmundo, de un nivel de inteligencia racional que avergonzaría a cualquier persona de una verdadera cultura elemental, que tiene como su único y exclusivo principio hacer que el pueblo mendigue y esté siempre de rodillas ante sus verdugos y círculos de contingentes que viven a costa del pueblo, como sus sagrados parásitos?

¿Cuándo y en qué momento y lugar, este corrupto, puesto que en Juan Bolívar Díaz Santana todo el contenido y significado de su labor es de envilecimiento de la población y a la vez darle patente de corso a la existencia y perpetuación de este régimen oligarquía de privilegios e impunidades, cuya fuente de ambos tipos de estas ignominias es, ante todo y sobre todo, la Iglesia Católica-Vaticano y el Concordato, el Vicariato Castrense y el Programa Nacional de Educación Católica o Patronato Nacional San Rafael?

Es bien revelador y de un irrefutable contenido concreto, que lo acredita de un sólido poder de convencimiento, que estos rufianes de la especie del granuja y rufián amoral que es Juan Bolívar Díaz Santana, tanto desde "uno más uno", como de empuercar temas y embarrar páginas de las letrinas amarillas de la  prensa mercenaria, nunca han reclamado que se le reconozca y se le devuelva la dignidad soberana al Estado Dominicano, a través de declarar y oficializar constitucionalmente, que se trata de una institución secular y laica.

Es un hecho incontrovertible, que la soberanía intrínseca de todo Estado nacional, sólo puede verificarse, como prueba de su existencia, en el ejercicio de su autodeterminación y respecto, a la vez, por su parte, de la población sobre la que ejerce su poder.

Como es harto conocido, la Iglesia Católica-Vaticano y sus legiones de parásitos y chupadores de sangre, de ventosas infinitas, conculcan la soberanía del Estado, al igual que la autodeterminación del pueblo; y nunca, esa basura, babosa, hombre de paja y mezquino trepador y cazador de oportunidades personales, ha emitido siquiera un quejumbroso lamento de desaprobación a esta situación, que es causada por el olímpico parasitismo, oscurantista y supersticioso, del opio de la humanidad y su institución, que es la Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo, con su instrumento que es el Concordato.

Hay de por medio el perverso interés en crear la falsa idea de que el rufián, perverso e ignominioso Juan Bolívar Díaz Santana, que está involucrado en toda la infamia de que es copartícipe, lo hace por puro amor al arte o por una equivocada creencia moral y por principios etéreos dogmáticos, a los que se ha atado como escape a su tragedia existencial. Pero nada más falso y alejado totalmente de la realidad y de la honrada verdad.

Para prueba, he aquí esta contundente relación de hechos; y dígase si no se trata si no de un burdo y asqueante nepotismo, que todo el mundo repudia y condena cuando se trata de casos de gentes que tienen esos vínculos espurios, propios de un submundo más envilecido y asqueroso que el bajo mundo del gansterismo y de la cosa nostra siciliana; pero que se calla por parte de gente mercenaria, de su propia bastarda estirpe, como Nuria Piera y Alicia Ortega. Nepotismo como aberrada práctica de privilegios que, en este caso, éste, como coralario de la corrupción, se escenifica desde que el pálido pelegato boschista, se hizo del poder en el Banco de Reservas.

En este, encontramos el siguiente listado que retrata, hasta las sucias y apestosas vísceras, al sepulcro blanqueado de Juan Bolívar Díaz Santana:

- Ada Wiscovitch Carlo de Díaz Santana (Miembro del Consejo de Directores del Banco de Reservas).

- Miriam Díaz Santana (Directora del Banco del Reservas).

- Arismendy Díaz Santana (AFP Reservas).

- Juan Gabriel Díaz Wiscovitch (Hijo de Juan Bolívar Díaz Santana y Ada Wiscovitch).

- J. Y. Michelén. (Hijo de José Michelén y Ada Wiscovitch).

- Una hija adoptiva de Juan Bolívar Díaz Santana e Isis Duarte.

 

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