RUBEN TOYOTA

Flamante senador por Hato Mayor encabeza banda de invasores de tierra como actividades del bajo mundo mafioso transgrediendo derechos legítimamente adquiridos

04-10-2013

 

Hay que prestar cada vez más atención al carácter de banda mafiosa y hampones politiqueros, como de gángsteres del bajo mundo, de los pálidos pelegatos boschistas, sobre todo de su llamativo elenco en el lenocinio que se ha dado en llamar Cámara o lenocinio de Senadores.

No sólo porque ahí están crápulas inmundas paranarco-terroristas y archi-corruptas de una pudrición amoral como Félix Bautistas y los Prim Pujals, sino que ahí, junto con éstos, hay contrabandistas, traqueteros y hasta, según se dice, su fuente de enriquecimiento por excelencia está en el cauce accidentado del río en permanente crecida del narcotráfico, el lavado de activos, el contrabando, la evasión masiva al pago de los tributos fiscales, como las pistas clandestinas para el aterrizaje en la extensa zona de Hato Mayor, Miches, Higüey, La Romana, etc., que es el caso del flamante empresario Rubén Toyota o Rubén Darío Cruz Ubiera, senador por Hato Mayor.

Este turpén, además de todo esto y junto a que, dentro del hemiciclo, es poco menos que un cero a la izquierda, usa los privilegios del cargo para crear bandas de cuatreros, de invasores de propiedades, integrados por grupos de malandros, narcotraficantes y asaltantes, o sea, todo tipo de actividades delictivas, logrando ubicar, para presentar prueba, el caso de su asesor legal, Ramón Fernández, que usa las bandas de invasores de tierras en proceso de saneamiento, para, aprovechando la protección del capo senatorial Rubén Darío Cruz Ubiera, o el alias Rubén Toyota, organizar las invasiones de terrenos ocupados y obtener al vapor autorización de deslinde para llevar a cabo éste en tanto el terreno está ocupado por los invasores de tierras, pagados por este abogado, del equipo del gángster senador Rubén Toyota.

Al momento en que quienes, habiendo comprado los terrenos y ocupándolos por más de 30 años, proceden a concurrir a la Fiscalía encargada del paraje, como es el caso de Villa Mella, que pertenece a la Fiscalía de la Provincia Santo Domingo, el Fiscal, que es el ayudante del Procurador Fiscal de la Provincia Santo Domingo, rechaza sin pensarlo dos veces, y sin importarle las leyes que rigen la cuestión del uso y propiedad de las tierras, la acusación contra los invasores de tierras de Ramón Fernández, bajo el simple alegato de que éste posee una autorización para deslinde, y que no importa dónde lo haga, y que el que no esté conforme, lo que tiene que hacer es buscar armas y entrarle a tiros, a diestra y siniestra, a los que han penetrado en el terreno que tenía cercado.

Es evidente que hay una flagrante confabulación que empieza, en este caso, con el flamante senador de Hato Mayor y gran comerciante-importador y distribuidor de piezas de vehículos de motor Rubén Toyota, de éste se extiende la red a su agente abogado Ramón Fernández, y de éste a los cabecillas de los invasores, salidos de las cárceles por delincuentes de profesión, y a la vez pasa por el mismo despacho del Ayudante Fiscal, en este caso de la Provincia de Santo Domingo, de nombre Porfirio Estévez, que lo damos a conocer a todo el país para que se conozca cómo opera el Ministerio Público y la Procuraduría del país, bajo el signo oprobioso del Pálido Pelegato Boschista.

 

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