EL ENGENDRO FASCISTA DEL LEPROSO MORAL JUAN BOSCH DE LA DICTADURA CON RESPALDO POPULAR LO DESNUDA EN SU OPORTUNISMO Y SU FALTA DE PRINCIPIOS ETICOS

Estamos viviendo en carne viva la aplicación de dicho engendro en el desgobierno criminal, corrupto y anti-nacional del gangster Murmullo Dañino Medina y su vaho a tiburón podrido del Pálido Pelegato Boschista

23-06-2016

 

Bajo una atmósfera contaminada y sobresaturado del tufo nauseabundo a tiburón podrido, que es consustancial a todo lo que dice, habla, anuncia, programa, el inescrupuloso fantoche Presidente el Gángster Murmullo, el Dañino Medina; reelecto por medio de la más descomunal farsa electoral y el correspondiente fraude, con prostitución y desnaturalización del sufragio electoral, convirtiéndolo, de medio idóneo de la democracia, en el procedimiento expedito predilecto de los protagonistas de la vida del hampa y sus gángsteres, cimbreándose en su bajo mundo y haciendo gala de sus repugnantes procedimientos de actuación; la caricatura de dictador ha prescrito que la población debe esperar, pasiva e indiferentemente, que por su solemne voluntad despótica absolutista, disponga la nueva escalada de cargas e impuestos fiscales, con que dicha población, condenada a la más absoluta pasividad, debe pagar, no sólo el saqueo por parte del mismo Presidente reelecto, sino de todos sus familiares como de sus funcionarios de todas las áreas de la administración pública y de cada uno de los tres Poderes del Estado; que en las administraciones pálidos pelegatos boschistas, desde la del capo di tutti cappi, Leonel Antonio Reyna, hasta la presente que se reedita, lacayos del imperialismo y de sus monopolios internacionales, así como serviles del parasitismo de la Iglesia Católica-Vaticano y de las sectas protestantes, que constituyen el aquelarre oscurantista supersticioso, de la peste del cristianismo, alrededor del oprobioso modelo del neoliberalismo económico clericalizado.

La única novedad y lo que le otorga un gran atractivo a la insustancial y vacía, carente de toda inteligencia, como ocurre con todo lo que hace, dice o eructa como pensamiento, con un profundo vaho a tiburón podrido, el Gángster Murmullo, Dañino Medina, frase de éste de: “La población debe esperar sentada y no desesperarse ni preocuparse por la reforma fiscal que inevitablemente le caerá en las espaldas de manera implacable. Es que, analizándolas y ponderando las implicaciones de las palabras de este burócrata y desalmado como hipócrita cabecilla de la banda de malandrines, pillos y malhechores, que se ha proclamado reelecta y dispuesta para continuar en sus tropelías contra el pueblo y la nación, en lo concerniente, principalmente, a su soberanía, independencia y autodeterminación, pues su entreguismo y lacayismo no tienen padre ni madre, como tampoco punto de comparación, en la historia de la traición de gobiernos contra la República Dominicana; hay que llegar a una muy importante conclusión, que es la que dice que las administraciones pálidos pelegatos boschistas, lacayas y vilmente sumisas ante el imperialismo y su socio número uno, que es la parasitaria y retrógrada sanguijuela oscurantista Iglesia Católica-Vaticano, son pasos congruentes y coherentes que apuntan directamente a la realización y mantenimiento de la tristemente famosa reedición de la doctrina nazi-fascista y falangista corporativista de Hitler, Mussolini, Franco y la Iglesia Católica en España, al igual que de las legiones de dictadores latinoamericanos de los siglos XIX y XX en América Latina, sobre el Estado y el papel de las masas, resumida, sintetizada y concretizada la doctrina de marras, sobre el Estado y las masas populares, en el célebre adefesio teórico de pacotilla del leproso moral, por espía pagado de la CIA y agente a sueldo del imperialismo yanqui, Juan Emilio Bosch Gaviño, de la dictadura con respaldo popular.

La nomenclatura íntima, que resume el significado específico y concreto de este adefesio mostrenco, de doctrina del Estado y el papel de las masas con relación a dicho órgano coercitivo-administrativo de opresión y explotación, es bien definida: se justifica, se defiende y se aboga por el carácter opresor y explotador del Estado, en sus roles de gestor y núcleo de la coerción y la represión sobre las masas de explotados y oprimidos; en tanto éstas, que constituyen la población, no pueden más que jugar un papel pasivo e indiferente respecto a los desmanes y comprobados planes de acentuación, intensificación y ensanchamiento de la explotación y opresión; de la que se están llevando a cabo los preparativos para ser elevada a los máximos e insoportables niveles, en aras de acrecentar las ganancias y beneficios de los capitalistas, de los sectores bancarios, especuladores, estafadores, como parasitarios; y, al mismo tiempo, condenar a las masas a una situación inmisericordemente de miseria y pobreza.

La doctrina que se ventila en el adefesio mostrenco de la dictadura con respaldo popular, se corresponde con la concepción con que un leproso moral, sirviente, como miembro de los órganos de espionaje del sistema capitalista en general, pero especial y particularmente, del imperialismo yanqui, del capital financiero internacional y de la burguesía social-reformista traidora y oportunista; haciendo, además, de político a sueldo, no sólo de las falsas ilusiones del reformismo, sino propagandista y apologista, en el plano ideológico y político, de las estratagemas y engañifas de que, por todos los medios y apelando a todos los recursos que le facilita el mismo sistema de explotación y opresión, como son los vicios, la corrupción, la religión, buscando anestesiar y hacer narcómana a la población, que ésta se haga cada vez más indiferente e indolente, hasta ante su cada vez más insoportable situación económico-social; esto es, víctima de una acrecentamiento aplastante de su pobreza, su miseria y su estado generalizado de desamparo.

El paso dado, en el momento de máxima desesperación, por el Pálido Pelegato Boschista, bajo la iniciativa del capo di tutti cappi, esto es, el gánster más gánster hasta que Al Capone, que es el inescrupuloso y desalmado Leonel Antonio Reyna, poniendo todos y cada uno de los órganos del Poder, sus mecanismos, con sus resortes de operaciones, en manos de la banda de facinerosos e inescrupulosos goliardos pálidos pelegatos boschistas, que forman sus estamentos de funcionarios; y que ya Andrés L. Mateo ha tenido la justa perspicacia de definir como “el sistema de castas”, que se ha creado y que opera desde el seno de la corporación nazi-fascista que es el Pálido Pelegato Boschista, hacia, contra y sobre la sociedad, como contra la población y sus derechos democráticos; pero que es ese mismo Andrés L. Mateo quien, de manera usualmente en el inconsecuente en él, se acobarda, vacila y le tiemblan las rodillas; no atreviéndose a reconocer públicamente, ni a afirmar, que de lo que se trata es de la materialización y realización de la bastarda teoría oportunista-revisionista y traidora del leproso moral, Juan Emilio Bosch Gaviño, al que le encantaba llenarse la boca nombrándolo como profesor Juan Bosch, ejemplo ético, paradigma, etc.

Hay que atribuirle un papel decisivo al engaño y confusión que los mecanismos de la CIA, del imperialismo, del Departamento de Estado, de la USAID, como de la prensa amarilla, venal y mendaz, bajo el control e influencia común de los jesuitas-opusdeistas franco-falangistas, en colusión con las tergiversaciones, adulteraciones, falsificaciones y transgresiones de la doctrina y principios del marxismo-leninismo, del socialismo científico, blanco de una conspiración mundial, y que fuera iniciada y entronizada por los renegados revisionistas de la pandilla traidora al socialismo y al marxismo-leninismo de Jruschov, Brézhnev, Andropov y comparsa, que culminó con la destrucción de la URSS y la restauración del capitalismo, el neo-zarismo y la explotación y la opresión en la otrora patria del socialismo.

Fue después de 15 años que el viejo, y reconocido como tal, espía de la CIA y agente político del Departamento de Estado yanqui, y fiel a su doctrina de América Latina y El Caribe, patio trasero del imperialismo yanqui, Juan Emilio Bosch Gaviño, que éste, con el apoyo de los corrup-traidores hermanos Castro y los guevaristas como foquistas debraístas, dio inicio a una campaña de engaños, de embellecimiento de las prácticas imperialistas y criminales de los yanquis y sus lacayos, abiertamente reaccionaria.

Para su campaña, el leproso moral, espía pagado y agente político a sueldo de los monopolios internacionales, e integrante del frente político anti-comunista de la CIA, Juan Emilio Bosch Gaviño, elucubró todo un conjunto de reedición de las teorías reaccionarias, apadrinadas por el nazi-fascismo, en todas las que sobresalía un feroz contenido anti-comunista bajo el sello indeleble de la guerra fría. La dictadura con respaldo popular, en la que se pretendía restaurar el viejo y obsoleto dogma, contrario al materialismo histórico, de que las masas eran un elemento pasivo, mientras que las grandes personalidades y los héroes individuales, que aspiraban a ser aquellas grandes personalidades, eran los protagonistas de la historia y el progreso, y no las grandes masas populares; los pueblos en una palabra.

El leproso moral Juan Emilio Bosch Gaviño, consciente de su papel, quiso, como todos los espías pagados, levantar una muralla entre Carlos Marx y Vladimir Ilich Lenin; y así se decía: soy marxista, pero no leninista; con lo que confesaba que no aceptaba el papel que, conforme al materialismo histórico, Lenin le reconocía, por convicciones marxistas, al proletariado y al resto de los trabajadores.

Pero, por igual, el leproso moral, el traidor y felón espía pagado de la CIA así como agente a sueldo de los gobiernos norteamericanos y de la dictadura de Trujillo, Juan Emilio Bosch Gaviño, trató en vano de presentar al marxismo como un asunto exclusivamente de interpretación, que nada tenía que ver con las cuestiones prácticas y concretas de la política y la táctica en el proceso revolucionario dominicano, latinoamericano y mundial.

El castro-guevarismo-debraísmo, como variante empedernida del revisionismo, y enemigo a ultranza del marxismo-leninismo y del materialismo histórico, siempre le hicieron coro al felón, y le celebraban todos sus adefesios y disparates teóricos anti-comunistas como ingeniosidades, cuando en verdad siempre fueron ridículas payasadas de un ignorante perverso y supino de la doctrina socialista del comunismo.

Los vínculos de todo el adefesio seudo-teórico y en verdad propaganda soez anti-comunista y contra-revolucionaria, cocinada y divulgada con bombos y platillos por los reaccionarios y burgueses contra-revolucionarios de la peor laya, que se agrupan, peyorativamente, bajo el prostituido lema del boschismo, con el régimen burgués y la explotación, como con la opresión, que encierra y arrastra consigo el régimen capitalista; sobre todo cuando él mismo, el leproso moral, Juan Emilio Bosch Gaviño, era y fue un espía pagado de la CIA y agente mercenario a sueldo del imperialismo yanqui, comprobadamente desde el 1940 hasta el día de su muerte.

En el orden de la doctrina política no es un secreto que, conforme su concepción, compartida por la CIA, la política, sostiene el felón leproso moral Juan Emilio Bosch Gaviño, es una actividad exclusiva de la burguesía; en tanto a las masas les asigna el papel de guanajo que respalda las ejecutorias de sus propios verdugos en su propio perjuicio. Dictadura con respaldo popular, que por su nomenclatura es claro e irrefutable que no es lo mismo, ni se parece, a la dictadura popular o poder popular.

La doctrina de las dictaduras con respaldo popular empieza, cabe decirse, en la época moderna del período de la contemporaneidad, con la dictadura de los yunker en Prusia con Bismarck a la cabeza, a partir del 1861.

Pero ya este tipo de dictadura tenía su primer precedente en la dictadura de Luis Bonaparte, instaurada en Francia tras la derrota de la revolución burguesa de forma, y proletaria por sus fuerzas motrices, de obreros y campesinos, como pequeño-burgueses urbanos de Francia en 1848, traicionada por la burguesía social-reformista.

¿Qué fueron el bonapartismo en Francia del 1849 al 1870, y el bismarkismo en Prusia a partir del 1861?

Fueron regímenes absolutistas, autocráticos y despóticos, sustentados en la coalición de la burguesía comercial y bancaria como usurera y los terratenientes, que eran arrastrados por los primeros; y estableciéndose, para garantía de esa alianza, un supuesto régimen jurídico de leyes, que no eran más que una máscara. O sea, eran dictaduras despóticas y absolutistas, de mano de hierro, recubiertas con leyes y hasta con un Congreso, y algunas veces hasta por Constituciones; siendo sobre éstas y bajo este tipo de farsa y sainete político que se llegó a fraguar y popularizar la célebre frase, repetida por déspotas y autócratas, sin ninguna convicción ni vocación democrática y mucho menos popular, de que la Constitución no es más que un pedazo de papel.

De esos regímenes bonapartistas y bismarquianos surgieron más adelante los regímenes fascistas, como el de Benito Mussolini desde el 1923, que fue una feroz dictadura fascista católica; como el régimen nazista hitleriano en Alemania, con Adolfo Hitler y el apoyo incondicional de la Iglesia Católica-Vaticano.

Todos los regímenes absolutistas y despóticos bajo el signo del bonapartismo y el bismarquismo, como el mussolinismo, fascismo y el hitleriano católico-nazista-fascista, estaban íntimamente apoyados y respaldados por la Iglesia Católica-Vaticano y, sobre todo, por los jesuitas. Himmler, el de la SS, era formalmente un sacerdote jesuita, como Fran Von Popen, el ideólogo y jefe espiritual de la Gestapo nazi, era un prelado jesuita, claro de la Iglesia Católica-Vaticano.

Otro tanto sucede con el falangismo-fascismo católico español de Franco, los jesuitas y el Opus Dei.

Si pasamos revista con las dictaduras de los Somoza en Nicaragua, de Strossner en Paraguay, Trujillo en República Dominicana, Rojas Pinilla en Colombia, Pérez Jiménez en Venezuela, Perón en la Argentina, eran regímenes dictatoriales despóticos criminales y lacayos del imperialismo yanqui, de cuyo ejemplo y semejanza, el leproso moral nutrió, conoció y armó su dictadura con respaldo popular; que esas bandas pálidos pelegatos boschistas, con Leonel Antonio Reyna, capo di tutti cappi y el Gángster Murmullo, Dañino Medina, han estado entronizando en el país.

 

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