DELEZNABLES SEUDO EMPRESARIOS SE AFANAN POR APUNTALAR LA FARSA DE LA REPRESENTATIVA

Atizan la firma de un acuerdo con el FMI como el de Ecuador mientras respaldan el fraude del Dañino Medina y la Junta Central Electoral en las viciadas primarias del Pálido Pelegato Boschista

14-10-2019

 

Carlos Marx, el 11 de diciembre del 1848, escribió en un periódico prusiano-alemán, un breve estudio de lo que había sido la revolución democrática europea de mitad del siglo XIX; precisamente Prusia (Alemania), en comparación con las originales revoluciones europeas verdaderas, que serían: la inglesa (burguesa) de 1648 y la francesa de 1789, en la que la burguesía francesa, aliada al pueblo, luchó contra la monarquía, contra la nobleza feudal y contra la iglesia dominante.

Y decía el maestro Carlos Marx, un maestro y profesor, de verdad y no de pacotillas, ni usando esa condición de fatuos para encubrir miserias humanas ni mucho menos tapar desvergüenzas e ignorancia supina, como es el caso escandaloso del leproso moral Juan Bosch, y su supuesto título de “profesor”, sin saberse de qué, ni sobre qué, ¿profesor de qué?

Decía Carlos Marx, que en ambos procesos revolucionarios, 1648 en Inglaterra y 1789 en Francia, “la burguesía era la clase que encabezaba realmente ambos movimientos”.

Pero, comparándola críticamente con la revolución democrática de Prusia, de marzo del 1848, el genio de Marx se agigantaba, empleando ese lenguaje rebosante de sabiduría, que ignoraba todo lo mundano y mezquino, para adentrarse en las profundidades de lo oculto, pero conocible por la inteligencia humana con sólo estar impulsada ésta por las convicciones revolucionarias socialistas proletarias.

Y, subrayaba, que la burguesía inglesa y la francesa, cada una en sus respectivos procesos, rebosaban infinito orgullo, por hallarse en la cima de la creación; mientras que los prusianos o alemanes de Berlín, en el 1848, apenas tenían por única ambición ser un anacronismo. Su luz era como la luz de los lejanos luceros que llega hasta nosotros, los habitantes de la Tierra, 100 mil años después de esos luceros que la emitían haberse apagado.

La llamada revolución de marzo de 1848 de Prusia era, en miniatura -como todo lo que ella era-, uno de esos luceros para Europa. Su luz era la del cadáver de una sociedad putrefacta desde hacía mucho tiempo.

Cuando el leproso moral Juan Bosch regresó a este país, tras su larga trayectoria de traiciones y felonías contra la ingenua Nación Dominicana y sus anhelos de obtener libertad, justicia y democracia, llegó con un fardo de libretos y guiones elaborados por la CIA y el Departamento de Estado del imperialismo yanqui para, en vez de coadyuvar al favorecimiento de esos objetivos, añorados por el pueblo dominicano y la ingenua Nación quisqueyana, estafarlos a ambos, y darles carne de gato muerto por liebre y carne de perro por carne de chivo.

En vez de libertades públicas, conquistas y objetivos de derechos democráticos, hacerlos correr en pos de una estafa, con una democracia bastarda y apócrifa, como es la seudo-democracia colonialista y de tutores extranjeros, que es la llamada democracia representativa; que es la más completa y cabal negación y atropello de la democracia, con su contenido de objetivos y conquistas alcanzados, como de derechos democráticos, admitidos y reconocidos por el Estado, aunque tenga este Estado un carácter burgués; del que es huérfano ese invento colonialista, producto de la doctrina Monroe de “América para los norteamericanos”; y, nuestros pueblos y países, el patio trasero del imperialismo norteamericano.

Ya, hasta los propios agentes públicos de la CIA y de los Estados Unidos en el país, como es el caso de Rosario Espinal, al tiempo de negar que la democracia representativa tenga algún contenido y significación reales y concretos, hace poco confesó, en declaraciones emitidas a través de la letrina del periodismo amarillo “Hoy”, que la democracia, su democracia representativa, sólo consiste en formas y normativas sin ningún contenido material; y llegó a decir que era exactamente idéntica a la alucinación religiosa, producto de esquizofrenia paranoica de la existencia de su dios Jesucristo, que sólo y únicamente existe en la mente enfermiza y desequilibrada de pacientes siquiátricos ocultos o no declarados.

Bosch vino al país en el 1961 a intoxicar al pueblo dominicano y a hacerlo víctima, tanto de un engaño como de una monumental estafa; y por ello, ese leproso moral se empeñó, junto a sus amos y compinches, en pasar de contrabando la estafa de una supuesta validez de la democracia representativa; igual que como dijera que la Alianza para el Progreso, los Cuerpos de Paz, instrumentos de informantes y delatores de la CIA, como la organización tipo las actuales ONG’s, llamada CIDES, eran magistrales medios de fomentar el progreso y la democracia representativa para el pueblo y los países. Véase el capítulo XVI del libraco repulsivo del leproso moral Juan Bosch, “Crisis de la Democracia en Santo Domingo”, año 1964, elaborado con la asesoría y compartido con el leproso moral del frente cultural y político de la CIA, Luis Muñoz Marín, del que Juan Bosch regresó al país como su enviado en el 1961.

Carlos Marx, en el artículo publicado en la “Nueva Gaceta del Rin” desentrañó el nocivo papel y la perversa labor de esas carroñas inmundas, tomando como prototipo a la carroñosa burguesía prusiana de mediados del siglo XIX; y  resumiendo la naturaleza oprobiosa de ésta, como es el caso de los abominables hombres de empresa y esa nefasta desvergonzada y descarada corporación del parasitismo y el oscurantismo retrógrado cavernario, resumió así Carlos Marx sus conclusiones, con las siguientes memorables expresiones:

“La burguesía alemana se había desarrollado con tanta languidez, tan cobardemente y con tal lentitud, que, en el momento en que se opuso amenazadora al feudalismo y al absolutismo, se encontró con la amenazadora oposición del proletariado y de todas las capas de la población urbana cuyos intereses e ideas eran afines a los del proletariado. Y se vio hostilizada no sólo por la clase que estaba detrás, sino por toda la Europa que estaba delante de ella. La burguesía prusiana no era, como la burguesía francesa de 1789, la clase que representaba a toda la sociedad moderna frente a los representantes de la vieja sociedad: la monarquía y la nobleza. Había descendido a la categoría de un estamento tan apartado de la corona como del pueblo, pretendiendo enfrentarse con ambos e indecisa frente a cada uno de sus adversarios por separado, pues siempre los había visto delante o detrás de sí misma; inclinada desde el primer instante a traicionar al pueblo y a pactar un compromiso con los  representantes coronados de la vieja sociedad, pues ella misma pertenecía ya a la vieja sociedad; no representaba los intereses de una nueva sociedad contra una sociedad vieja, sino unos intereses renovados dentro de una sociedad caduca; colocada en el timón de la revolución, no porque la siguiese el pueblo, sino porque el pueblo la empujaba ante sí; situada a la cabeza, no porque representase la iniciativa de una nueva época social, sino porque expresaba el rencor de una vieja época social; era un estrato del viejo Estado que no había podido aflorar por sus propias fuerzas, sino que había sido arrojado a la superficie del nuevo Estado por la fuerza de un terremoto; sin fe en sí misma y sin fe en el pueblo, gruñendo contra los de arriba y temblando ante los de abajo, egoísta frente a ambos y consciente de su egoísmo, revolucionaria frente a los conservadores y conservadora frente a los revolucionarios, recelosa de sus propios lemas, frases en lugar de ideas, empavorecida ante la tempestad mundial y explotándola en provecho propio, sin energía en ningún sentido y plagiando en todos los sentidos, vulgar por carecer de originalidad y original en su vulgaridad, regateando con sus propios deseos, sin iniciativa, sin fe en sí misma y sin fe en el pueblo, sin una vocación histórica mundial, un viejo maldito que está condenado a dirigir y a desviar en su propio interés senil los primeros impulsos juveniles de un pueblo robusto; sin ojos, sin orejas, sin dientes, una ruina completa: tal era la burguesía prusiana cuando, después de Marzo, se encontró al timón del Estado prusiano”.

Como se sabe y se comprueba a cada día, los inútiles güevones, y vividores del Estado y a costillas de la sangre y sufrimientos del pueblo y el encarnizamiento de la Nación por el imperialismo y la Iglesia Católica-Vaticano, y que se hacen llamar “hombres de empresa”, que no sólo se agrupan en partidos que son los tradicionales corrup-partidos del sistema, sino en instituciones corporativas patronales como CONEP, ANJE, la Asociación de Industrias de la Región Norte, la Asociación de Empresas de Zonas Francas de Santiago, la ASONAHORES, como la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), Asociación de Empresas Industriales de Herrera, como la Asociación de Empresas Industriales de Haina y otros vividores y verdugos; que en realidad son parte del narco, del contrabando, del lavado de activos fruto de esas y otras actividades delictivas, bajo el disfrute del privilegio de la impunidad; como tan perfecta y exactamente se palpa con la historia, no sólo general, sino individual, personal y particular de esos eunucos buenos para nada; como es el caso de Frank Rainieri y la bastarda esposa suya Haydée Kuret, como de los hijos de ellos; que, como dice el axioma, de tal palo tal astilla, e hijo de gato caza ratón, de quienes su historia da cuenta de que de cualquier código de valores morales, personales y sociales, no hay un solo delito, incluido el asesinato para el despojo de legítimos dueños de sus propiedades, como la práctica de las miserias humanas más bajas, de las que sobredimensionan, sublimizan y enaltecen las basuras telenovelas o culebrones. ¿Cuál de dichas prácticas abominables, por amorales y anti-éticas, en la dimensión que se quiera, no han cometido Frank Rainieri y Haydée Kuret, la bastarda?

Hay una novela silenciada, pero que está impresa, escrita por un fino intelectual higüeyano que recientemente falleciera, Santo Canela, titulada “Huellas en la Punta del Sol”, que retrata los crímenes cometidos por los Rainieri Kuret.

Pero si hiciéramos otro tanto con Lisandro Macarrulla, el de la ruta española de las traiciones; o bien, si lo hiciéramos con la inescrupulosa y desalmada tumba blanqueada de CONEP, la flamante Elena Villeya de Paliza, con un historial a cuestas, casi exactamente el mismo de Haydée Kuret la bastarda, pero paradójicamente casi a la inversa; o bien  la Circe Almánzar  de núcleo familiar de los leprosos morales de la CIA desde el CIDES en Costa Rica; que son criaturas mostrencas, obra del neoliberalismo y las operaciones de la superestructura AID, USAID, CIA, agencias financieras norteamericanas como el FMI, Banco Mundial, el BID, etc.; que los encontramos en medio del colapso del régimen neoliberal globalizado y teocratizado del Gánster Murmullo, el Dañino Medina y su corporación de carteles de todo tipo, insistiendo en avalar y apuntalar la supervivencia de la estafa democracia representativa colonial, del orden de la Doctrina Monroe; como es la espuria Junta Central Electoral, en la que están la Iglesia Católica-Vaticano y el Opus Dei metidos de cuerpo entero, como la USAID-CIA y la Embajada yanqui.

Esos grupos de supuestos empresarios, todos de la más inconsistente naturaleza, están dando por un hecho la próxima firma de un acuerdo financiero-económico con el FMI, que ya lo había venido promoviendo; que es casi el mismo que el FMI impuso al Ecuador, con su Presidente, la traición en silla de ruedas, Lenín Moreno. Y ya se conocen los resultados y el olímpico como majestuoso rechazo de parte del pueblo ecuatoriano; y el traidor en silla de ruedas prácticamente en el suelo.

Esos grupos de descuartizadores del país, de la Nación  y del pueblo, grupos de sujetos deleznables, sin dignidad nacional, entreguistas, de lacayos y sirvientes redomados del imperialismo yanqui, de sus monopolios y su política de subyugamiento de los países, pueblos y naciones, conculcándoles su autodeterminación, como su soberanía y su territorialidad nacional como cuestión general de la existencia del Estado Nacional, República Dominicana. Ahora, en la crisis del fraude y abusos del Gánster Murmullo, Dañino Medina y sus carteles del narco-lavado y contrabando, corporación criminal de comercialización y tráfico de todos los delitos habidos y por haber, esos supuestos empresarios depravados, descarados y desvergonzados, sólo atinan a opinar para justificar todas las transgresiones sistematizadas por la Junta Central Electoral contra los derechos constitucionales.

CONEP pide respeto por el resultado de las primarias y apoyo y respaldo a la Junta Central Electoral; y la banda de ASONAHORES, con el capo criminal Frank Rainieri, junto a la Haydée Kuret, la bastarda, que han debutado como parte de la intimidad del Gánster Murmullo y su corporación de carteles, afirman: “Hay que unirse ahora más que nunca, en apoyo al corrupto gobierno del Gánster Murmullo”.

Insistimos y alertamos que lo que se está cocinando es la imposición de la firma de un acuerdo con el FMI tipo el de Ecuador; con eliminación de los subsidios de electricidad, pasos en la privatización del agua potable y, en general, reforma del Código de Trabajo, con la eliminación de las más importantes conquistas laborales, etc.

 

 

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