ENTIERRO CADÁVER MALOLIENTE DEL BOSCHISMO

El boschismo tiene como su elemento corromper y contaminar a los pueblos y a las clases trabajadoras, en particular a la clase obrera además de las intrigas, los prejuicios, la arrogancia y el bastardo sentimiento del menosprecio de la gente del pueblo

Temístocles Montás Domínguez, en vez de presentar una propuesta, una plataforma de realizaciones factibles de ser llevadas a cabo, erije la mezquina propuesta de pactar todos contra Leonel Antonio Reyna

26-06-2019 

El cadáver maloliente, del que se efectúan tardíamente las exequias fúnebres, que nadie se preste a engaños, no es sólo de las ambiciones aberradas del sepulcro blanqueado, el Gánster Murmullo, Dañino Medina, y sus vanas y pretenciosas intenciones, compartidas por sus carteles delictivos facinerosos, de continuar depredando al pueblo y al país, y por lo que buscaron hasta reformar, mezquina y caprichosamente, la Constitución, sólo para satisfacer esa viciosa meta, a pesar del empantanamiento de miseria, pobreza y endeudamiento colosal del país y la nación, mucho más allá de sus posibilidades de pago, montando una maquinaria de narcotráfico, lavado de activos  y de sicariato, como parte de la instauración del terrorismo de  Estado;  junto con todo esto, el cuerpo del cadáver maloliente, del que se celebran las exequias mortuorias, abarca mucho, pero mucho más allá, puesto que el boschismo, y todos los secuaces de éste, han fracasado: concitando en su contra el repudio de todo el país y la nación con el pueblo dominicano; y esto ocurre. paradójicamente. aún y cuando, ni el país ni la nación ni el pueblo estén conscientes de esa avasalladora realidad.

Es el colapso, bancarrota, quiebra y desbarajuste de la farsa del boschismo y su leproso moral Juan Bo; creación del imperialismo, de la oligarquía y sus lacras  como de sus privilegios, al igual que de los sectores parasitarios, especuladores, supersticiosos y oscurantistas; cuyo único afán es mantener en pie, sobre las espaldas del país y del pueblo dominicanos, su oprobioso régimen de explotación y opresión; y  sobre tod o de más y más miseria y pobreza  sellada con la argamasa más sólida: ignorancia garrafal y supina; combinada con las peores miserias humanas: envidias, resentimientos y retorcimientos, bajas pasiones, ignominias, mentiras, calumnias, concupiscencia; todas esas lacras, sabandijas y alimañas, de que se compone el boschismo. Su protagonista mismo, el leproso moral, siempre estuvo más consciente que nadie de que él no podía ser el creador de ningún pensamiento moralmente sano ni de naturaleza honesta y honrada; porque él mismo, como leproso moral, apenas alcanzaba el nivel de una lacra social.

Su presentación y su oferta, como el portador de la renovación moral y social de la nación y el pueblo dominicanos, cabe decirse que es el núcleo y la espina dorsal de la conjura del imperialismo yanqui, la CIA, su Departamento de Estado y la Iglesia Católica-Vaticano, junto con las perversas confesiones protestantes; consistente en engañar al pueblo y al país, pintando de honrado al antípoda de la honradez; creándole una falsa aureola de sabiduría, siendo huérfano de sapiencia real. Su savia y sustancia no son otra cosa que las taras, reminiscencias repugnantes de las secuelas de la época de la libre concurrencia y los tiempos de máximo esplendor del individualismo medieval, renovado y pintarrajeado, para hacerlo menos aborrecible, por el capitalismo primario y hasta primitivo de sus momentos pre-monopolistas, escenario de la lucha de todos contra todos; que no es, como hemos venido repitiendo, sólo una batalla librada entre las diversas clases sociales, sino que se trata de una batalla, una guerra salvaje, como si se tratara de estar inmersos en una salsa, en la que los mismos integrantes de una clase son compelidos y obligados a enfrentarse a muerte entra sí.

Batalla ésta en la que unos se interponen en el camino de los otros, y cada cual trata de derribar a su vecino y ocupar su lugar.

Son los tiempos que recuerdan y reproducen, en el escenario social, la vieja lucha por la supervivencia de las especies en el orden del campo de la naturaleza, en la que sólo sobreviven los más aptos, en tanto los menos aptos sucumben y tienen obligatoriamente que desaparecer.

La selección y clasificación de estas actitudes, de índoles casi homicida por necesidad, es lo que contienen los guiones y libretos que elaboraban y elaboran la CIA, el imperialismo y sus agencias de lacayos desalmados, poniéndolos en manos de éstos; para que con ellos, y gracias a esas primitivas actitudes que conforman el darwinismo social, destinado a corromper y contaminar a los pueblos y a las clases trabajadoras, en particular a la clase obrera, para que, empantanados en ese lodazal  de miserias humanas, envidias, de ambiciones personales demenciales, jamás pudieran alcanzar la conciencia científica de las causas objetivas y materiales de sus desgracias y males.

El boschismo tiene, como su elemento, todo eso, más las intrigas, los prejuicios, la arrogancia y el bastardo sentimiento del menosprecio de la gente del pueblo; como del privilegio particular de los boschistas de usarlos y exprimirlos,  como si fueran limones, los cuales, una vez exprimidos, son arrojados como gollejos al zafacón de la  basura.

Así como el Gánster Murmullo, el Dañino Medina, y sus compinches de sus distintos carteles grupales de sus socios, familiares directos, y de sus familiares indirectos por ser de la familia Montilla etc., etc., dedicados al narcotráfico, al tráfico de influencias, al lavado de activos y al apuntalamiento de prácticas del hampa, los que, de ese submundo de alimañas y sabandijas, lanzaron la particular aventura suya, la de las supuestas candidaturas suyas como alternativa en caso de que se les pelara el billete de la aventura de la segunda reelección del capo Murmullo, presentan como rasgo común, entre todos, que ninguno elabora ni presenta plataforma alguna; todos se definieron como continuadores de la obra o el desastre de su capo el Gánster Murmullo, Dañino Medina.

Y todavía peor. Al momento en que naufragan y se van a pique las pretensiones de modificar la Constitución para dar paso a la segunda reelección  de esta carroña y tripa vacía del Gánster Murmullo el Dañino Medina, esos rastreros y delincuentes incorregibles se reunieron, entre contentos, anonadados, y fingiendo hipócritamente lamentar que el Gánster Murmullo el Dañino Medina admitiera que no aspiraría a ser candidato para el 2020; y, el ser más abyecto, y más aberrado como desalmado, y señalado como un maricón a toda banda, Temístocles Montás, mostrando su falta de decoro y todo cuanto signifiquen escrúpulos, formula la propuesta que da cuenta  de su orfandad absoluta de una concepción definida y, por lo tanto, de principios; y, como oportunista, corrupto, ladrón y marica, del que el chisme y las intrigas son sus elementos, hace la propuesta de unificarse todos alrededor de un punto: Todos a una contra Leonel Antonio Reyna y sus planes de volver a la Presidencia de la República.

Y, lo peor de todo, no es que alguien que se jacte de dirigente político, indudablemente sin ninguna calidad ni nivel que le otorgue dicha categoría, como es Temístocles Montás Domínguez, en vez de presentar una propuesta, una plataforma de realizaciones factibles de ser llevadas a cabo, erija, en lugar de esos requisitos elementales de principio, la susodicha mezquina propuesta, de pactar todos contra Leonel Antonio Reyna.

Y si todo eso se considera lo peor, que no tenía otra bajeza y rastrería que la igualara, se tiene que el conjunto de "caga la traba" del boschismo danilista proclama que acoge esa miseria humana evacuada por esa sabandija de Temístocles Montás.

Y no es que el capo di tutti cappi tenga un valor cualitativo diferente a las carroñas del conjunto de los otros pre-candidatos, sino que, el hecho de que este conjunto, al parecer, lo acogiera como su divisa de batalla, lo mismo que diversos especímenes de la fauna de traidores, hechuras del leproso moral, por espía pagado de la CIA y agente político mercenario del imperialismo, Juan Bo, y que por igual cerraran filas alrededor de ese desatino producto de las miserias humanas y la condición de victimas del chisme y de todo tipo de bajeza, que son su real elemento, no se puede pasar por alto, ni mucho menos menospreciar, puesto que ese fenómeno da cuenta de la indigencia ideológica y el rastrerismo politiquero de los boschistas.

Y es que, efectivamente, como hemos estado insistiendo, el leproso moral fue exactamente eso y no otra cosa; un filisteo oportunista, repetidor y defensor de los libretos de la CIA y del imperialismo para atar a las masas trabajadoras a su atraso e ignorancia; con las que el leproso moral articulara su supuesta concepción del boschismo, del que hoy se efectúan, tardíamente, sus exequias mortuorias como un cadáver apestoso y maloliente.

 

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