¿Vidas paralelas entre Nerón y Leonel Antonio Fernández Reyna?
Ocurrentes coincidencias
entre ambos personajes Por extraño que pueda parecer, entre Nerón Claudio, del que se han dicho tantas mentiras y al que se le han atribuido tantas y tan grandes monstruosidades verdaderas, de un lado, y el Presidente actual de la República Dominicana y del Pálido Pelegato, al parecer hay muchas coincidencias, además de la fecha común de nacimiento, la cual, extrañamente, comparten. Según un acta de nacimiento de Leonel Fernández, de las dos que le atribuye poseer Julio César Valdez, biógrafo suyo y autor, en este sentido, del polémico ensayo que salió a la luz pública editado bajo el título de “Yo fui amigo de Leonel Fernández”, éste nació el 25 ó 26 de diciembre de un año de la década del ’50, bajo la dictadura de Trujillo, y su padre legal lo sería el matón, entonces cabo Fernández, de la Fuerza Aérea Dominicana, y chofer del marido de la hija del dictador Trujillo con La Españolita (nombre de guerra de la tercera esposa del dictador, María Martínez Garrigosa), el tristemente célebre por criminal, el coronel León Estévez, Pechito, que tuvo distinguida y tétrica participación en las horripilantes torturas y asesinatos masivos de los expedicionarios de Junio del ’59 de Maimón, Constanza y Estero Hondo, así como de los sobrevivientes de la acción del 30 de Mayo, como anteriormente se le ubica como de los perpetradores del asesinato del oficial de la Fuerza Aérea Dominicana, el joven Awak Canaán, de quien la bestial ninfa Angelita Trujillo Martínez estaba perdidamente atraída, pero que Awak Canaán se negaba a establecer esas relaciones amorosas o del tipo que fueran, puesto que se encontraba próximo a contraer nupcias con una agraciada joven de San Francisco de Macorís, pueblo natal de ambos novios. Pechito León Estévez era de los edecanes militares asignados por el dictador a su hija, poco agraciada de cara y cuerpo y aún más aborrecible por los retorcimientos y aberraciones de que hacía gala como expresión de su alma. Y no tuvo ningún problema en acceder a dar cumplimiento al deseo depravado de la hija del dictador de asesinar a aquél de quien se enamoraba y éste se resistía a acceder a sus juegos sexuales. Hoy día, León Estévez (Pechito) es diácono, o sea, cura auxiliar de la Iglesia Católica en un templo suyo cercano a los predios o en el entorno de Arroyo Hondo, en donde opera como auxiliar del conocido cura golpista del ’63, Marcial Silva. Por su parte, Nerón Claudio nació 18 días antes de las calendas de enero, esto es, conforme el calendario juliano. Dentro de dicho calendario sería el 14 de diciembre de dicho calendario, fecha esa que, para buscarle su equivalente en el calendario gregoriano, que es por el que nos regimos en Occidente en la actualidad, sería suficiente, a aquel 14 de diciembre juliano, sumarle 11 días más, y tendríamos como fecha el 25 de diciembre actual, que es la fecha del nacimiento de Nerón, y que es la fecha también del nacimiento de Leonel Antonio Fernández Reyna. Claudio realmente no era el apellido que le correspondía a Nerón por su padre biológico, puesto que era hijo de Enobarbo y de Agripina. Pero como ésta terminó siendo la esposa de su hijastro Claudio, quien ascendió al trono tras la muerte de Cayo Gallo, mejor conocido por Calígula, Claudio, que no tuvo hijos, adoptó a Nerón y al morir Claudio, heredó Nerón el puesto de Emperador. Pero al expresar que Nerón Claudio nació 18 días antes de las calendas de enero, según el calendario juliano vigente en aquella época, Nerón Claudio, visto a la luz de aquél, habría nacido un 14 de diciembre del calendario juliano o pagano, como hemos ya dicho, pero lo significativo de esto es que tanto Leonel Antonio Fernández Reyna como Nerón Claudio, el Emperador romano (alrededor del que se han tejido tantas disímiles leyendas), tienen ambos dos fechas de nacimiento, aunque de manera diferente. Lo de las dos fechas de nacimiento de Leonel Antonio Fernández Reyna lo sostiene quien así lo afirma en su mencionado ensayo “Yo fui amigo de Leonel Fernández”, en el que dice que de acuerdo a otra acta, que también posee Leonel Antonio Fernández Reyna, el nacimiento de éste habría sido en junio y no en diciembre.
Pero no sólo hay coincidencia del tipo formal, sino
que hay otras coincidencias igualmente significativas entre ambos
personajes. Para los creyentes en la astrología y supercherías por el estilo, lo que es compartido, de una u otra manera o medida, por todos los religiosos, Julevno, en su obra “Tratado de Astrología”, Tomo I, en “La Casa IX del Cielo”, dice que es a la estrella Zosma, delta de Leo, a la que corresponden todos los nacidos el 25 de diciembre, y que éstos son característicos por su “egoísmo, impudor, inmoralidad, peligro de envenenamiento y perturbaciones cerebrales”. Esto es, según hace prever la tradición de la paganística y el mundo pagano. Cabe señalar que quien más profundamente conociera a Nerón, que fue Séneca, le definió su meta (no sabemos si conociendo lo que advertían los astrólogos), que lo de la gatica de María Ramos de tirar la piedra y esconder la mano le quedaba como un cuento de Caperucita ante la magnitud de la realidad, diciéndole: “Te has propuesto, César Nerón, una meta que ningún príncipe ha logrado jamás alcanzar: la inocencia de todos tus crímenes”. Leyendo a Suetonio en “Vida de los 12 Césares” encontraremos la paradoja de cómo éste subraya que para Nerón resultaba traumático el tener que firmar las penas de muerte dictadas por el Senado de Roma; que el Senado se quejaba de la forma en que Nerón le daba largas al asunto, buscando rehuir tener que hacerlo. Y de cómo Nerón se lamentaba y maldecía diciendo que le resultaba inaceptable que con esa mano creada por los dioses para la literatura, la poesía y las bellas artes, tuviese que firmar actos tan infames y bestiales como los de la pena de muerte dictada por el Senado del Imperio. Pero, ¿y Leonel Fernández? ¿Su caso no tiene ese mismo tono paradójico? ¿Acaso no es con la misma mano que escribiera todos aquellos artículos aparecidos en Vanguardia, órgano del Pálido, denunciando la injerencia y la expoliación del imperialismo yanqui y de sus monopolios con la que, a partir del 16 de agosto del 1996 procedió a enajenar, para ser entregadas a la voracidad despiadada de esos monopolios de los EE.UU. y de la Unión Europea, el otro gran bloque imperialista, las riquezas nacionales y el patrimonio estatal, acareando así hambre, miseria y muertes como nunca antes en la historia nacional? Leonel Antonio Fernández Reyna, con la misma mano que escribiera muchos artículos contra la corrupción y la degradación moral, y particularmente de la actividad política por parte de Joaquín Balaguer y los presidentes Antonio Fernández y Salvador Jorge Blanco del PRD, al emplear como sistema el soborno, ¿no fue con esa misma mano que en las pasadas elecciones se distinguió como el primer lider (¡y qué lider!) representativo de todas y las más grandes y peores lacras del sistema de corrupción, compra de voluntades políticas, y toda clase de sobornos vergonzosos y nauseabundos?
Todo esto hecho al por mayor y al detalle, valga la
pena subrayar. Habría que esperar unos cuantos años, ciertamente que serían mucho menos que lo que se esperó con el caso de Nerón Claudio, para ver hasta de qué crimen no se acusará posteriormente, como parte de su biografía, a Leonel Antonio Fernández Reyna, nacido el 26 de diciembre, igual que Nerón Claudio. Y de ahí que nos resuene en los oídos la interrogante: ¿por qué caminos misteriosos Lucius Domitius Abenobarbus, Emperador bajo el nombre de Nerón César, pasó a ser, del hombre dulce y pacífico que era, el personaje monstruoso y escandaloso de sus últimos años? Los que oímos a Leonel Fernández Reyna en aquel memorable discurso en el Palacio de los Deportes, citando a clásicos autores griegos y romanos, pensamos que no estaría mal que él mismo emprendiera el estudio de aquellas antiguas culturas, para encontrar la respuesta a esta interesante interrogante.
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