Leonel Antonio Reyna entrega Banco de Reservas de la República a la Iglesia Católica-Vaticano para sus actividades de lavado y narcotráfico Caso Arturo Del Tiempo Marqués y las Torres Atiemar Opusdeístas de Participación Ciudadana copan sus estructuras administrativas - AHORRISTAS Y DEPOSITANTES DEBEN ESTAR ALERTAS Y VIGILANTES -
La Iglesia Católica-Vaticano y el Opus Dei, al asaltar la administración del Banco de Reservas de la República, lo convirtieron de inmediato en instrumento de sus actividades de lavado de activos y cobertura del narcotráfico, en estrecha e íntima coordinación con el cabecilla del gobierno Pálido-Pelegato Leonel Antonio Reyna, tal y como lo confirma el caso del préstamo de 10 millones de dólares a Arturo Del Tiempo Marqués (Atiemar). Si el crack Baninter, y con parte del monto a que ascendió lo desfalcado ahí se adquirió "Listín Diario C. por A.", a fin de lavarlo, lo que ha contribuido a poner en claro que es la Iglesia Católica-Vaticano y el Opus Dei, como el alias Cardenal, el grupo responsable de dicho crack Baninter; el caso de Arturo Del Tiempo Marqués, por su parte, del complejo de Torres Atiemar, su captura en España al momento de llegar a dicho país con un furgón con 1,200 kilogramos de cocaína, llevado desde puertos dominicanos, ha traído como resultado la comprobación de que la Iglesia Católica-Vaticano, su Opus Dei y el alias Cardenal, al tener el control de la administración del Banco de Reservas de la República, han estado usando dicha importantísima institución financiera para sus actividades de lavado de activos y como pantalla del narcotráfico, que son dos actividades que tienen categoría 1A para la Iglesia Católica-Vaticano, el Opus Dei y el ambicioso alias Cardenal católico del país, como lo corrobora el vínculo de Agripino Núñez Collado con Quirino Paulino Castillo. Y esas son las mismas actividades en que está involucrado el gobierno del disoluto Leonel Antonio Reyna. El Banco de Reservas ha sido convertido en una guarida de la Iglesia Católica-Vaticano y del Opus, donde sus cuadros, que operan como integrantes y directivos de sus círculos de presión (como es el caso de Participación Ciudadana), se refugian en los cargos claves de la administración de dicho banco, para garantizar que la Iglesia Católica-Vaticano y el Opus Dei realicen efectivamente allí sus actividades ilícitas de lavado y narcotráfico. Por la parte del gobierno está el Ministro de Hacienda, el degenerado Mamo Bengoa Albizu, como Presidente, Mícalo Bermúdez, de la misma ralea, como Vicepresidente, y de ahí en adelante aquello se desgrana así: Daniel Toribio (Opus Dei), Melba Barnett (Opus Dei y ex-Coordinadora General de Participación Ciudadana), Argentina Matos (la hija del agente del espionaje y asesino -mató a sangre fría a la madre de ésta-, como ladrón y mercenario del alias cardenal Leonardo Matos Berrido), Arismendy Díaz Santana, Miriam Díaz Santana (mercenarios ambos y la última ex-Coordinadora General de Participación Ciudadana), Ada Wiscovitch de Juan Bolívar Díaz Santana (Opus Dei y mercenario de la peor y más baja ralea), quien había sido esposa de José Michelén, el ladrón de Inespre en el gobierno de la Ucamaima y del Perrodé Salvador Jorge Blanco; Juan Gabriel Díaz Wiscovitch (hijo de Juan Bolívar Díaz Santana y la Wiscovitch, ex de Michelén), también J. Y. Michelén W., hijo de esa, pero con José Michelén, lo mismo que una hija adoptiva de Juan Bolívar Díaz Santana de cuando estuvo casado con la agente del Departamento de Estado norteamericano Isis Duarte, son algunas de las figuras que, al servicio de la Iglesia Católica-Vaticano y del Opus Dei, componen los mecanismos de manejo del Banco de Reservas, claro, en coordinación con el gobierno, a través del Mamo Bengoa Albizu y la Mícalo Bermúdez. Melba Barnett (igual que Miriam Díaz Santana) fue Coordinadora General de Participación Ciudadana, y es aquella sofisticada Coordinadora General de Participación Ciudadana de pelo blanco cuidadosamente manejado, de figura vampiresca, que había desplazado como amante del alias Cardenal a la Rosa María Vicioso, ex-esposa del empresario que cometiera suicidio, Juan Mallol. La Barnett había desempeñado igual papel con el empresario de Jesucristo y hombre del bajo mundo del hampa, el alias monseñor Agripino Núñez Collado. Se pasó varios años en Roma cultivándose como agente del Vaticano. Se le define como una yegua estéril que gusta pasear a jinetes que usan sotanas, sean tonsurados, o que, por haber sido seminaristas de término, que en el último momento se acobardaron y no recibieron los hábitos, son especie de curas civiles o secretos, y que son tan indolentes y desaprensivos como los sacerdotes católicos investidos. Es una especie vernácula de Matilde Canosa, aquella brava dama, devota de la causa papal hasta el punto de las armar tomar, y que fuera amante preferida del monje siniestro Hildebrando, que al alcanzar el Papado adoptó el alias de Gregorio VII, que fuera declarado loco, y muriera delirando en los brazos de su amada, la que, al morir Gregorio VII, se hizo amante de su sucesor, así como de dos o tres papas más. No obstante cabe resaltar que la yegua estéril Melba Barnett es específicamente Directora General de Administración y Control de Riesgos del Banco de Reservas, cargo que, como su mismo nombre demuestra, para ocuparlo se requieren muchas horas de vuelo y servicios a sectores y círculos muy encumbrados, que en su caso específico se trata de la alta jerarquía del parasitismo de la Iglesia Católica-Vaticano, preferiblemente del alias Cardenal como del Opus Dei y sus sucias actividades financieras. Resulta muy llamativo el hecho de que Melba Barnett haya pretendido explicar que el préstamo del Banco de Reservas le fue hecho no a la compañía del supuesto Grupo Inmobiliario P&P, sino a la empresa Prado Universal, pantalla del narco-grupo y de las narco-actividades de lavandería y blanqueo. Esto de por sí huele a una coartada gangsteril que de antemano tenían elaborada estos tiburones de la Iglesia Católica-Vaticano y del gobierno del indudablemente pontífice de la corrupción y de la pudrición, como de los crímenes de lesa humanidad, Leonel Antonio Reyna, para ser empleada en caso de la ocurrencia de un percance, tal y como ha ocurrido.
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