Rechazamos acusación de los EE.UU. contra la República Dominicana por supuesta discriminación a los haitianos
 

En otro capítulo más de la vasta conspiración antidominicana, los EE.UU., actuando como los amos, dueños y jueces absolutos del mundo, han acusado a nuestro país de practicar la discriminación y persecución contra los haitianos y sus descendientes, que buscan imponerle al país que son dominicanos y no son haitianos.

Ironía ésta que se articula a costa del buen nombre de la República Dominicana. Nadie con menos aval moral y con hoja de actuaciones en contra de los derechos humanos a escala mundial como los EE.UU., lo que es fácil comprobar sin siquiera recurrir a su centro de torturas en Guantánamo, Cuba.

Lo otro que hay que destacar, para demostrarlo, es el curioso hecho de que los EE.UU. no son firmantes de la Carta de los Derechos Humanos de San José de Costa Rica, base de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, y se niega arrogantemente a firmarla, aunque imponen que la sede de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos funcione en territorio norteamericano para así manejarla a su entera y exclusiva conveniencia, en tanto restringen, las autoridades norteamericanas, drásticamente el acceso, por parte de los dominicanos y demás latinoamericanos a su territorio.

La paradójica condena de los Estados Unidos de Norteamérica a la República Dominicana por estar violando, desde el punto de vista de sus intereses particulares de gendarme internacional, los derechos humanos a los haitianos, es un hecho insólito, y es parte de la práctica de injerencista e intruso que los EE.UU. llevan a cabo, en estrecho e íntimo maridaje espurio con la Iglesia Católica-Vaticano, y sus placeres comunes de destrucción del Estado y la Nación dominicanos, para el saqueo sin tropiezos de nuestras riquezas, pero previamente y de paso fusionarnos con Haití. Y finalmente crear así una de sus más vivas reservas de mano de obra barata o a precio de vaca muerta sin mayores compromisos.

 

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