La tal seguridad jurídica de Jorge Subero Isa es exclusiva a favor explotadores
 

La justicia dominicana, abordada como el Poder Judicial del Estado Dominicano, está, igualmente que este mismo órgano del que ella (la Justicia) forma parte, profunda e irremediablemente contaminada e infectada de enfermedades que le impiden desempeñar el papel que siempre, con las mejores intenciones y el mayor optimismo esperanzador, se ha esperado que cumpla: que aporte a la población, a la sociedad, a la República y al país entero, lo que de la Justicia se ha esperado y se anhela obtener, pero que nunca se logra; y que ahora, en estos tiempos tan confusos, violentos y borrascosos, se ha denominado, seguridad jurídica, sin especificar para quienes, da que pensar que se trata de otra engañifa más del imperialismo y el neoliberalismo, en maridaje con la Iglesia Católica-Vaticano.

Jorge Subero Isa, que encarna la frustración más terrible vivida por la sociedad y el país dominicanos en los últimos 15 años en materia judicial, se ha dado ahora a la incalificable tarea de hablar y dar a entender que su nefasta labor dejó instalada esa justicia confiable, segura, legítima y apetecida. Que lo hecho por él y su jauría de usurpadores es el cuerpo mismo de la seguridad jurídica, pero que al echarlo del Poder Judicial, todo lo que hizo ahora se desmorona como un castillo de arena.
Jorge Subero Isa no quiere, o finge no acabar de entender el tremendo daño que hizo con su usurpación y manipulación espuria como perversa del Poder Judicial y del ejercicio privatizador de la Justicia en el país, mientras estuvo al frente de dicho Poder, junto a una legión de cínicos de la jauría que estupró los sueños e ilusiones de los dominicanos en la Justicia, tras el pueblo haber llegado equivocadamente a creer que dejaba atrás los tiempos ignominiosos del tirano alimaña Joaquín Balaguer y el despliegue de sus miserias y vilezas de crápula humana. Jorge Subero Isa simula, y no le importa, puesto que este incalificable sujeto jamás ha entendido lo que es tener moral o tener ética como normativa del comportamiento humano decente, honrado y honesto.

Y ciertamente que la Justicia, como expresión del Poder Judicial, es hoy más que nunca un cáncer en un cuerpo en su fase terminal. Todo el ejercicio de la Justicia durante los tiempos de Jorge Subero Isa y su jauría de la Suprema Corte de Justicia volvieron a ésta el baluarte de las injusticias, basado en la impunidad personal y la prostitución escandalosa del Derecho.

De este Jorge Subero Isa por ello dijimos que nunca ha sido otra cosa que un aldeano montaraz idiota y estúpido, pero por sobre todo un canalla.

Su pretensión de hacer de presidente vitalicio de la Suprema a través de una acción gangsteril de la peor y más baja estofa, con la complicidad de los oligarcas reaccionarios del patio, de la Iglesia Católica-Vaticano y los otros centros extranjeros, tipo la USAID, de la intromisión y desconocimiento de la soberanía e independencia nacionales, como de la autodeterminación del pueblo, vino a desempeñar el más funesto papel y terminó consagrándose como el peor de los estafadores, de inamovible a vitalicio; y así se volvió una epidemia como una peste con el caso Baninter y en particular el de Listín Diario y su exclusión de la acusación de lavado. Y no conforme con todo ese ignominioso manejo de la Justicia, pasó a pretender darle legitimidad, carácter constitucional y legal al adefesio antinacional y esclavista que es el Concordato, para lo que no tuvo ningún tipo de miramientos y suplantó el derecho civil y sus principios, bases de la Constitución de la República, por el amasijo de imbecilidades y estupideces de enajenados esquizofrénicos paranoicos que es el vademécum de supercherías conocido como derecho natural divino y su protocolo de código canónico, con el que suplantó específicamente la filosofía positiva de la Ilustración europea, base de la modernidad y fuente de los derechos y libertades, cosas que nunca ha podido aceptar la religión de estúpidos y culpables esclavistas que es el cristianismo en general y la Iglesia Católica-Vaticano en particular, etc., etc.

Llegando a proclamar con todo descaro y la más olímpica desvergüenza que su único papel era garantizarle sus capitales a los monopolios imperialistas, que a éstos se debía y a éstos se consagraba. Es insólito oírlo hablar de seguridad jurídica cuando, con su pervertida conducta gangsteril, terminó pervirtiendo todo el sistema jurídico dominicano.

El que la Corte Constitucional esté rechazando y anulando sentencias de la Suprema Corte se explica por uno de los cánceres creados por Jorge Subero Isa, que en su fase terminal están acabando con la Justicia en ejercicio en los tribunales, que consiste en que los jueces no actúan en base al espíritu de las leyes, sino de acuerdo al vicio de la íntima convicción personal e individual del juez, que bien puede resultar un esperpento de brujería y supersticiones, y con lo que corrompen todo lo que tocan, puesto que la íntima convicción está muy prostituida y se compra y se vende al mejor y más poderoso de los pretendientes, que es el dinero, el dólar.

¿De qué seguridad jurídica habla ese desgraciado canalla llamado Jorge Subero Isa? Es indudable, porque así lo confesó, que se refiere a la justicia como coartada y legitimación de la impunidad para los monopolios, los oligarcas y el parasitismo reaccionario de la Iglesia Católica-Vaticano. De este modo, la seguridad jurídica está sujeta al criterio de clase y de la lucha de clases.

 

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