El gobierno y Latorre no pueden ocultar la realidad de la invasión yanqui actual ni la complicidad de Alburquerque y su pandilla del PRD
Los japoneses sin un soldado en el país entregan 52 escuelas y yanquis meten más de 5 mil soldados y tanques de guerra para 8 escuelitas de campo
¡Mentirosos y estafadores!
Hay un descarado maridaje político o podrida colusión, como parte de una conspiración antipopular y antinacional, de los tres principales partidos del sistema opresivo y explotador con el gobierno del agente yanqui Leonel Fernández a la cabeza, contra la nación y el pueblo, en la que la Iglesia Católica es la coordinadora de las acciones del citado maridaje y cuya máxima expresión lo representa su mancomunada aceptación y propiciamiento de la invasión militar norteamericana, que ya cuenta con una avanzada o cabeza de playa de 5 mil hombres en Monte Plata.
El gobierno montó la farsa de los 5 mil soldados presentándola como una acción de colaboración del imperialismo norteamericano para la construcción de 8 escuelitas de campo. Y, al efecto, utilizó la figura indigna de la mal llamada secretaria de Educación, Ligia Amada Melo de Cardona, de triste recordación para todos los que fueron sus alumnos en el Liceo Juan Pablo Duarte. Y todos saben por qué lo decimos. De ahí que nada nos extraña su falta de pudor para bendecir la presencia de tropas invasoras.
Ante la imbatible denuncia de fácil comprobación hecha por nuestro Partido (PACOREDO) y por este periódico, primero apareció en la T.V. el señor Ramón Alburquerque, propiciador de la invasión, con un programero mercenario llamado Miguel Hernández, tratando de pintarse como un santón ingenuo incapaz de servir de agente para una potencia extranjera. Beodo y con su vicio a cuestas, se esforzó para hacer una especie de 4 por T.V., donde con palabras y forzada ecuanimidad pretendía dar cuenta de su sobriedad. Pero sus infantiles y disparatosos argumentos ridículos daban cuenta de su carencia de talento hasta para tejer tan ingenuas mentiras. Es falso lo dicho por Ramón Alburquerque de que nunca se juntarían en Monte Plata cinco mil soldados, sino que la mayor cantidad no pasaría de 350. De igual modo, con estropajosa lengua no logrará pasar de contrabando ni convencer a nadie de su absurda y bestial teoricucha de que son los pueblos los que hacen la guerra, y que son ellos los que crean los ejércitos opresores suyos y demás disparates por el estilo. Afirmaciones incoherentes con las que pretendió ese sábado de mayo echar encima del pueblo dominicano su condición de lacayo inveterado, nutrida en miserias humanas personales.
Ahora es Latorre, el lacayo yanqui secretario de Asuntos Exteriores del agente yanqui que ocupa la Presidencia de la República Dominicana, o encargado de acatar lo que al respecto ordena el gobierno norteamericano quien, dándosela de muy sabihondo, simula inclinarse por no darle mayores créditos a la justa denuncia de la invasión actual (silenciosa) contra República Dominicana, de los EE.UU. con tropas, y para esto recurre al truco de querer juzgar al imperialismo yanqui a la luz del follón elaborado por el agente imperialista Juan Bosch titulado "Pentagonismo sustituto del imperialismo". No reparando en que, al tomar ese atajo, sólo esclarece la naturaleza contrarrevolucionaria de todo lo dicho y hecho por Bosch en su infame existencia.
Así, Latorre formula una estúpida teoría, propia de un imbécil y a la que sólo los imbéciles entreguistas pueden dar crédito. Dice Latorre que con la modernidad tecnológica, los EE.UU. no requieren de bases militares aquí.
Esa es una estúpida teoría, propia de imbéciles exactamente. Basta y sobra saber que los EE.UU. no es un militarismo ni un pentagonismo de por sí ni por simple amor al arte, como estafadoramente quisiera meter de contrabando Juan Bosch en su condición de traficante de engaños para los pueblos con su panfletón: "El pentagonismo .", sino que es un imperialismo, cuya esencia económica es el poder de los monopolios internacionales, que tiene como cometido fundamental la expoliación y saqueo de todos los países del mundo, en especial los atrasados de Africa, Asia y América Latina, objetivos para los cuales, en determinadas circunstancias, recurre a la acción militar. Pero que no desperdicia en propiciar y crear situaciones que le permitan establecer bases militares de agresión y chantaje armados, lo que sí es constante y permanente, como se corrobora actualmente en el mundo entero, para sus objetivos económicos y políticos ulteriores.
Y para rematar las estúpidas explicaciones del imbécil ministro de Exteriores, Latorre, del gobierno lacayo de Leonel Fernández, que quiere hacer uso del cuento de corte boschista de que los norteamericanos estacionados en Monte Plata y que se mueven libremente por todo el país, son tropas que están en plan de cooperación con lo de las construcciones de las 8 escuelitas de campo. Comparemos sus indignantes palabras con la realidad de que el gobierno de Japón, sin un soldado japonés pisoteando la soberanía nacional, entregó el pasado 11 de mayo, cosa de que informa la prensa el día 12, nada menos que la última llave de un total de 52 escuelas en todo el país.
Para construir 8 escuelitas o para una cooperación desinteresada con la República Dominicana, es insólito hablar y mucho menos que se les acepten 5 mil soldados invasores a los EE.UU. No cabe duda, los planes del gobierno no son otros que sentar las bases para destruir la nación dominicana.
Prosigamos denunciando la invasión y reclamando su retiro inmediato del territorio nacional, convirtiendo esta digna labor en una tarea de desenmascaramiento de estafadores y farsantes, tipo Latorre y Alburquerque.