NOTAS EXPLICATIVAS POR SER NECESARIAS

Nuestra postura respecto a cómo juzgar con apego a la ciencia histórica a Francisco Alberto Caamaño Deñó no es cosa nueva ni de último momento.

La postura de nuestro Partido al respecto arranca de la sostenida con toda entereza y apego al materialismo histórico y la práctica político-social por nuestro líder y jefe, Luis Montás. Este punto marca una línea demarcatoria ideopolítica fundamental en la historia del PACOREDO.

De ello son testimonio las palabras nuestras respecto a la postura de parte de las fuerzas de la opresión y la explotación asumida por su hijo Alberto Caamaño para la huelga-palé del 11 y 12 de noviembre de 1997. A raíz de esto escribimos:

"La estrella ‘nueva’, la debutante, sería la del llamado Alberto Caamaño, hijo del coronel de los cuerpos represivos del dictador Trujillo y de sus amos imperialistas yanquis, llamado Francisco Alberto Caamaño Deñó, que a su vez fue hijo del sanguinario, criminal y general de horca y bayoneta, Fausto Caamaño.

"Bien. Se trae a escena, y de qué manera tragicómica, a uno de los vástagos de Caamaño Deñó, para tratar de seguir con el engaño que éste representó, pero quien se mete al ruedo a apoyar al imperialismo y a traficar con engaños, que se prepare a aguantar cajeta y a tener que oír verdades truculentas que rodean la historia de quien pretende él usar como bandera para su asqueante y repulsiva labor. Verdades que tendrá que oír aunque sus oídos y sus allegados no quieran que se las digan. Precisamente, aparece ahora para salir en acción bajo la condición de agente defensor del gobierno títere yanqui, de los intereses de sus monopolios, y en aras de que prosigan éstos su labor de parásitos en las espaldas de las masas. Hijo de gato caza ratón.

"Y, en efecto, para que se vea hasta dónde pretende llegar el hijo de su padre, escupió para arriba, y según dice el mismo redactor: habló ‘Alberto Caamaño, quien sostuvo además, que el movimiento que convoca la huelga no es revolucionario porque carece hasta de ideología’.

Bastaría una sencilla pregunta: ¿Pensó Francisco Alberto Caamaño Deñó, o cualquiera de los aventureros y mercenarios que le acompañaron y prosiguen en sus desafueros, dentro y fuera de este gobierno, como vasallos del capital, tener algún día algo, un jirón cuando menos, de concepción marxista-leninista siquiera? Ese muchacho es, desde ya, se puede asegurar, tan bruto como su padre. Y sólo en insensatez e infamia puede llegar lejos.

"De este jovenzuelo, que no tiene reparo en actuar como un carajete buscavida y sin dignidad, no podemos decir más que, de tal palo, tal astilla.

"Sin embargo, no vamos a desperdiciar la oportunidad para reafirmar que en verdad su padre, Francisco Alberto Caamaño Deñó, no fue más que el más relevante representante del movimiento neo-trujillista, en quien no hubo ni seña ni pizca de creencias, convicciones ni siquiera imágenes de ideas socialistas marxista-leninistas, como en otra gran estafa y estratagema de engaño, se ha querido pasar de contrabando. Jamás se puede confundir el verse envuelto en una crisis histórica por accidente o casualidad con la condición de revolucionario por convicción".

("El PACOREDO apoya palé del 11 y 12", Noviembre 4 de 1997).

Y ahora, cuando jugando con dos barajas, cosa que nos inclinamos a describir como prostitución política e ideológica, los caamañistas que son parte del gobierno neoliberal y entreguista del Pálido-Leonel Fernández, sin tapujos ni escrúpulos, difunden una rastrera seudo evaluación de Francisco Alberto Caamaño Deñó, de neto carácter propagandístico a favor del trujillismo rancio y de viejo cuño, hemos reafirmado esa nuestra evaluación de Caamaño como el representante típico militar y político del neo-trujillismo, por lo menos hasta la fecha de su abatimiento a manos de sus antiguos compañeros de armas y parte del viejo trujillismo.

La razón que nos impulsó a hacer público este esfuerzo evaluatorio de dicho personaje, así como de los que están con la jugarreta del desagravio, fue que, además de que esto es un deber que nunca hemos rehuido, los caamañistas-gobiernistas, empleando el escenario del Club Mauricio Báez, lo mismo que las aulas de la escuela que allí funciona, desde el día 24 de abril estuvieron difundiendo la más descarada y pestilente apología a favor del trujillismo.

Niños de apenas 7, 8 y 9 años de edad llegaron a sus hogares mostrando esa perversidad hecha panfleto diciendo: "esto me lo dio la profesora o el profesor", tal y como aconteció, por ejemplo, con los del 4to. A de la tanda matutina y en todo el plantel.

Si los que tienen amnesia, indolencia y complicidad deliberada con la dictadura criminal de Trujillo y los gobiernos anti-nacionales posteriores como los de Balaguer, los del PRD y el actual, se sienten con derecho a llenar de oprobio la conciencia de miles y miles de víctimas de aquella infausta dictadura, nosotros nos sentimos, con más razón, con el derecho de refutarlos de cara al sol.

Esos que abusaron de su condición magisterial para transgredir la verdad histórica y la ley que prohibe las actividades y propaganda trujillista, aun bajo la perversa e hipócrita forma del caamañismo, tienen que aceptar que nosotros ejerzamos el derecho de difundir, con apego a la verdad, la justa y objetiva evaluación de todos los aspectos atinentes envueltos en el problema.

Como se puede apreciar, fue más de 10 días después de esa afrentosa ofensiva ideológica política inmoral de loas al trujillismo, que nuestro Partido reaccionó y produjo el documento que aquí reproducimos. En esto, si esos que hipócritamente se encubren por el carácter espúreo de sus fines lo ignoran, les decimos, el orden de los factores altera el producto.

Con más hipocresía que un pedo de monja han reaccionado los que se sienten aludidos y han pretendido desatar una caza de brujas anticomunista y anti-PACOREDO.

Los niños hijos de los comunistas cuyos padres fueron víctimas del trujillismo y los que se identifican con la evaluación del PACOREDO, están siendo sometidos a presiones sicológicas y discriminaciones por sujetos descalificados por su bajo nivel y cuestionable actitud en el sagrado oficio del magisterio.

Pretextan que por acusar nosotros al señor Leo Corporán de ser funcionario medio gubernamental y parte del comité de "desagravio" al asesino dizque converso Francisco Alberto Caamaño Deñó, hemos ofendido a dicho señor Corporán que ellos en su "elevación" defienden como del barrio y exponente del barrio de Villa Juana. De Leo Corporán dijimos y reiteramos: "Leo Corporán, funcionario subalterno del gobierno de Leonel Fernández en la mal llamada Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD)".

Sinceramente que aquí cabe lo de "no me defienda compadre", pues si algo eleva al señor Corporán es tratarlo como funcionario medio del gobierno, aunque sea éste un maldito y azaroso gobierno, como es al que sirve, y no como a un tíguere de barrio. Sin embargo, hay sujetos que diciéndose "maestros" y "profesores" no tienen reparos en sublimizar el barrio y el producto de los barrios. ¡Al lumpen, de alguna manera hay que pararlo!

¿Cómo es posible que todavía aparezcan quienes desde el magisterio defiendan la condición de barrio?

En realidad es que nada es más audaz que el ignorante, sobre todo, cuando a ésta se le trata de investir de la dignidad profesoral. Y aquí se usa el magisterio para las labores más deleznables, y sobre todo para enlodar y embarrar (ensuciar) la verdad.