La mano siniestra del gobierno operando a través DNI y sus agentes múltiples siguen saboteando trabajo JCE a fin de lograr manipulación proceso electoral

¿Qué pasa en relación a la Junta Central Electoral (JCE)? En realidad lo que sucede allí es más claro y sencillo de la cuenta. Es que la siniestra mano del gobierno y su presidente Leonel Fernández está operando a través del DNI (Dirección Nacional de Inteligencia), que dirige el alférez Pared, y que con sus agentes infiltrados desde siempre en todos los niveles de la JCE han implementado un sistemático programa de sabotaje de todo tipo en relación a los trabajos de la JCE, de modo que, trastrocado todo, a las gentes del gobierno se les haga fácil la manipulación del proceso electoral y su resultado final.

El llamado Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL), es una institución internacional que está en manos de los mismos grupos monopolistas que han hecho su agosto con el desgobierno del Pálido-Leonel Fernández y por igual acontece con el grupo de mercenarios Participación Ciudadana, que es un agrupamiento de mercenarios de las ONG plagadas de DNI, y los que no lo son están en venta en el mercado del soborno.

Además, no se debe olvidar la extensa labor de parte del gobierno de soborno y compra de todos los periódicos amarillos y de legiones enteras de plumíferos de a tanto por línea.

Basta y sobra observar la forma chapucera y complaciente asumida por el oportunista y tránsfuga buscavida de Wilfredo Alemany, que es el Director de Comunicaciones de la JCE, empeñándose por quedar bien con el gobierno que le facilita contratos de todo tipo y mediante los cuales devenga sumas cuantiosas de dinero. Con gente como Alemany en puestos claves, a la JCE se la llevará el mismo Satanás.

Por ejemplo, ante el caso de la alteración de un CD de la JCE, en un franco acto de sabotaje, Alemany ni siquiera espera el resultado final de la correspondiente investigación al respecto; como un desesperado se precipita a exculpar al gobierno de Leonel Fernández, propalando la especie, a todas luces amañada y encubridora, de que la JCE no tiene base para acusar al gobierno. ¿Por qué este empeño del mercenario Wilfredo Alemany tan favorable a quien todo el mundo sabe es que urde y teje cuantas tramas y sabotajes se puedan elaborar a fin de enturbiar el proceso de cedulación y con ello de las elecciones de mayo del 2000?

Se sabe que del centro de la JCE fueron robadas cerca de 300,000 cédulas electorales de las llamadas viejas, y que tal paso sólo le interesa a los que propician el desorden y el sabotaje contra los trabajos de la JCE, y que tales personajes no son otros que los del gobierno y, en particular, los DNI, que son los que tienen asignado el trabajo de sabotaje y torpedeo de las labores y al buen funcionamiento de la JCE.

CAPEL y Participación Ciudadana han quedado evidenciados como nidos de agentes al servicio de las peores causas, que se visten de santos para llevar a cabo sus diabluras conforme a su ley de mercado de trabajar y venderse al que mejor le paga, y quien en estos momentos paga es el gobierno de Leonel Fernández y el Pálido, que se saben de antemano derrotados en una contienda electoral limpia y transparente.