Nunca propugnaron Marx y Engels por apoyar a un tiburón enfrentado a otro tiburón

Su divisa fue una y bien clara:

Cuando los ladrones se pelean entre sí los hombres honrados se alegran y salen ganando

y II

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"Marx, después de 1857 se sentía feliz como revolucionario. Según lo había previsto, la nueva crisis fue la causa principal de una serie de movimientos revolucionarios en un gran número de países. En América la abolición de la esclavitud se planteaba como un problema imperioso: en Rusia la supresión de la servidumbre estaba en la orden del día. Inglaterra debía hacer grandes esfuerzos para sofocar una insurrección inmensa en la India oriental; y el occidente europeo estaba en efervescencia. La revolución de 1848 dejó sin resolver una cantidad de problemas. Italia quedaba dividida, con la mayor parte de las provincias del norte en poder de Austria, que había conseguido, con la ayuda de las tropas rusas, dominar a Hungría. Alemania seguía siendo un conglomerado de principados y estados muy desiguales, entre los que Prusia y Austria aspiraban por separado a establecer su hegemonía sobre la confederación germánica.

"En 1858 se manifiesta, en los Estados de Europa Occidental, un movimiento de oposición revolucionaria que coloca sobre el tapete todas las cuestiones pendientes. En Alemania se robustece la opinión en favor de la unificación, avivándose la lucha entre el partido pangermánico, que aspiraba a la unión completa de Alemania, comprendida Austria, y el partido moderado, que sostenía a Prusia en primer término, pretendiendo que todos los estados se unieran a su alrededor, con exclusión de Austria.

"En Italia se asiste igualmente al despertar de las aspiraciones nacionales. En Francia, donde la crisis de 1857 había arrastrado a la quiebra a numerosos establecimientos y tenido la más desastrosa repercusión en la industria textil, la oposición pequeño-burguesa se desarrolla, y las organizaciones revolucionarias clandestinas, sobre todo los grupos blanquistas, entran nuevamente en actividad. El movimiento obrero, decaído por completo después de la derrota de junio, se reanimó, particularmente en las ramas de la construcción y del mueble. En Moscú, muchas casas de comercio se declaran en bancarrota y el gobierno se encamina poco a poco hacia las reformas liberales. Para sustraerse a las dificultades internas, los gobiernos europeos, el francés en primer término, se esforzaban por desviar la atención popular hacia la política exterior. Luis Bonaparte, a quien el atentado revolucionario del italiano Orsini, en enero de 1858, hizo recordar que la política no es todopoderosa, tuvo que preocuparse por la agitación creciente, y con aquel propósito lanzó la consigna de la liberación de Italia del yugo austríaco. Ese mismo año -1858- celebró un acuerdo secreto con Cavour, ministro del rey de la Cerdeña. Así como en Alemania dividida, Prusia era el estado más fuerte, en Italia era Cerdeña el reinado más poderoso y se convirtió en el centro en torno del cual se unificó el país. La prensa oficial clamaba ruidosamente por la unidad de Italia, pero el acuerdo que comprometía la ayuda de Luis Bonaparte a la Cerdeña tenía en realidad otro alcance: no se trataba de unificar Italia sino de extender las posesiones de la Cerdeña con la prometida anexión de Lombardía y Venecia. En compensación, Luis Bonaparte recibía, además, la promesa de no tocar las posesiones del Papa y el condado de Niza y la Saboya. Debatiéndose como estaba entre la oposición de la izquierda y el partido clerical, no quería malquistarse con el Papa y por eso estaba contra la verdadera unificación de Italia. Esperaba, por otra parte, satisfacer a los patriotas franceses con la incorporación de esas dos nuevas provincias. De esta suerte, vino a suscitarse una nueva cuestión política que agitó mucho a Europa y sobre todo a los revolucionarios de los distintos países.

"¿Qué posición debían adoptar los revolucionarios socialistas? ¿Apoyar a Luis Bonaparte, que desempeñaba casi un papel revolucionario sosteniendo el derecho de Italia a disponer de sí misma, o colocarse del lado de Austria, que representaba el despotismo oprimiendo a Italia y Hungría? El problema era muy importante y exigía una táctica determinada que nos recuerda ahora la situación de 1914. Veremos qué posición asumieron Marx y Engels y cuál adoptó Lassalle.

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"En Alemania la cuestión se complicaba más por el desacuerdo que dividía a los partidos pangermánico y alemán moderado; el primero quería la unidad de toda Alemania, comprendida el Austria, y estaba, en consecuencia, de parte de ésta, mientras los moderados inclinados hacia Prusia declaraban que Austria debía desenvolverse por sí sola. Entre una y otra tendencia había diversos matices de opinión, pero no modificaban sensiblemente el cuadro general. ¿Qué posición adoptaron en esta cuestión, Marx y Engels de una parte, y Lassalle de otra? Marx y Engels abogaban por el camino independiente de parte de las masas, mientras que Lassalle se dedicó a apoyar a los junkers de Bismarck, es decir, a la clase gobernante de Alemania. En sus artículos y folletos, Marx y Engels demostraban que Alemania no necesitaba de la Italia septentrional para defender el Rin y que podía consentir sin riesgo que Austria restituyera a Italia unificada todas las provincias italianas. Sostenían que tomar partido por Austria en interés de Alemania no era otra cosa que un compromiso con el despotismo austríaco.

"Pero, por otra parte -y es éste uno de los rasgos característicos de su posición- Marx y Engels criticaban con igual violencia a Luis Bonaparte, que a la reacción austríaca y prusiana (alemana). El peligro de una victoria completa de Luis Bonaparte (rey de Francia) les parecía menor que el de una victoria austríaca.

"Engels demostraba que después de vencer al Austria, Luis Bonaparte atacaría a Alemania, y planteaba por eso esta tesis: Italia y Alemania deben unificarse por sus propias fuerzas internas; en la cuestión italiana los revolucionarios no deben favorecer ni a Luis Bonaparte ni a Austria y sí solo tener en vista el interés de la revolución proletaria, esto es, el desarrollo de la acción política e independiente de parte de las masas de trabajadores."