El escabeche con sangre y despojos humanos de Candelier e Hipólito

¿A quién le gusta?

Ha sido un verdadero escándalo la escabechina cometida por la Policía Nacional y su Jefe, Pedro de Jesús Candelier Tejada.

Más de 500 muertos, más de 1,000 jóvenes lisiados de tiros en la rodilla y en las piernas, más de 10,000 torturados en los cuarteles policiales. En realidad, la Policía Nacional y Pedro de Jesús Candelier, han convertido este país en un cementerio de hombres muertos en supuestos intercambios de disparos.

Pedro de Jesús (¡Que casualidad!, los que llevan el nombre de Jesús son terribles), se ha jactado de decir que él es un luchador intransigente contra los delincuentes, pero, ¿por qué el señor Pedro de Jesús Candelier y su escuadrón de la muerte, que tiene el bautizo del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, no aplica su mano dura con estos delincuentes gubernamentales de cuello y corbata?

¿Por qué es tan complaciente y tan sonriente con semejantes delincuentes?, puesto que vimos que cuando Víctor Tió estaba en el Servicio Secreto, supuestamente preso, se le permitía llamar a todas las redacciones de la prensa amarilla, así como de la radio y de la televisión del país.

¿Dónde está la imparcialidad de la Justicia?

¿Dónde está la moral de la Policía Nacional y de Pedro de Jesús Candelier Tejada, para decir que la Policía está para servir a la ciudadanía, tal y como consigna la Constitución, por encima del color de la piel, por encima de la posición económica y social, por encima de creencias religiosas o políticas?

Como se ve, estamos en un medio en donde solamente el pueblo tiene que confiar en sus fuerzas para luchar para implantar un régimen verdaderamente democrático donde todos seamos auténticamente iguales ante la ley, ante la Justicia y ante los que ostenten el Poder de gobernarnos.