El
que se viste con lo ajeno lo dejan desnudo en plena calle Caso Zona Franca y Turismo Hay
un viejo refrán que dice que el que se viste con lo ajeno en la calle lo
desnudan. Así están haciendo los países imperialistas con las llamadas
Zonas Francas, traje de ilusión y falsedad que se inventaron para engañar
a nuestra realidad. El
refrán en cuestión lo traemos a colación con motivo del asunto de la
crisis de las llamadas Zonas Francas que están próximas a desaparecer, y
con ello se derrumba la falsa solución aplicada por el imperialismo
norteamericano y sus lacayos socialreformistas burgueses dizque para
resolver el problema del desempleo, de la miseria y la pobreza en los países
que más que en vías de desarrollo están en el camino de caerse a
pedazos. De
por sí las Zonas Francas nunca han llenado el cometido que se les atribuyó,
resultando todo el tiempo un atajadero de super-explotación y fuente de
miseria y de pobreza nunca visto. Pero
ahora las metrópolis imperiales anunciaron en la reunión de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) efectuada en la ciudad de Doha,
en el país llamado Qatar, que le quitarían a las empresas que operan en
las Zonas Francas los llamados incentivos y exenciones fiscales, esto es,
todos los privilegios y facilitadades con que operaban concedidos éstos
por las metrópolis imperiales. En
el curso de la reunión los gobiernuchos socialreformistas de nuestros
partidos del sistema se fajaron a gritar y a arrastrarse como limosneros y
pedigüeños sin dignidad, para que suspendieran esas medidas de pasarles
a cobrar impuestos legales y fiscales iguales que a todas las demás
industrias, esto es, colocarlas en pie de igualdad con sus iguales de esos
países desarrollados. El
gobierno de Hipólito Mejía envió a la reunión de la OMC a su ministro
de Industria y Comercio, Guilliani, que es un lacayo redomado de los
monopolios imperiales, y en la reunión fue tanto lo que gritó e imploró,
que los países imperiales, con el fin de no contemplar ese deplorable
espectáculo, le aplazaron la ejecución de la condena para el 2007. Pero
a partir de ahí, ni un día más, dijeron. Así
parece que ha llegado el momento de la sepultura para ese falso
desarrollo, inventado para las masas explotadas, como el agua de azúcar a
que recurren las madres para engañarle el estómago a sus criaturas
hambrientas. Y
nuestros gobernantes son tan lacayos, que presentan eso como un triunfo
obtenido en esa reunión. ¡Barbarazos! Esto
se llama, limosneros internacionales, tal y como les enseñó José
Francisco Peña Gómez. |