La
memoria de las víctimas del vuelo 587 merece y exige que las autoridades
dominicanas se pronuncien por la aclaración del hecho trágico En
sucesivas ocasiones hemos reiterado que es curiosamente notorio que ni
Rafael Hipólito Mejía, en representación del Poder Ejecutivo, ni
ninguno de los incumbentes de los otros órganos del Estado, como el
Legislativo o el Judicial, se hayan pronunciando solicitando una
investigación de la catástrofe del vuelo 587, donde perecieron más de 2
centenares de dominicanos. Hemos
creído que la memoria de esas víctimas, así como la conciencia de sus
familiares, merecen la satisfacción de conocer la verdad, toda la verdad,
del siniestro hecho que les enlutara la vida a miles de dominicanos. Rafael
Hipólito Mejía, en su jerga, con la que se comunica y con la que maneja
este país como un macho hace con una plantación, según dice una
periodista gringa, ha querido subrayar que él, como Presidente, no está
para proteger a sus gobernados –y recién el jueves 14 de diciembre del
2001 dijo que él no era policía para cuidar a nadie-. Sabe
lo que oculta, así como de la responsabilidad que evade. Y
es que lo de la turbulencia, como causa del hecho en cuestión del vuelo
587, no resiste ningún análisis y nadie la acepta. Es
un hecho comprobado que el avión 587 de American Airlines explotó a los
4 minutos de haber despegado vuelo. Y que explotó en el área de sus 2
motores y de la cola trasera al mismo tiempo. La
única explicación aceptable es que el avión 587 de American Airlines
fue derribado por dos misiles de las fuerzas militares estadounidenses, en
forma deshumanizada y criminalmente discriminatoria. Hubo
problemas con el chequeo de todos los pasajeros. Hubo retraso en la salida
del avión. ¿Hubo hasta un rumbo que apuntaba parar cerca de la Casa
Blanca? Ante lo imprevisto, parece que se procedió a usar medidas
extremas, atendiendo a que el gran grueso de los pasajeros eran
hispanos-dominicanos. Una
turbulencia no arranca dos motores con cientos de tornillos especiales, ni
al mismo tiempo arranca la cola, por más viejo que sea el avión. Las
víctimas y sus familiares requieren una satisfactoria explicación de lo
acontecido. Rafael
Hipólito Mejía debe proceder a solicitar que el gobierno y las
autoridades norteamericanas expliquen lo acontecido. |