Campaña "Contra el trabajo de la niñez" perversa confusión de abuso y explotación con trabajo

El trabajo fue lo que convirtió al mono en hombre

 

Con toda perversidad y la peor mala fe, hace tiempo que se está envenenando en forma sistemática la conciencia ciudadana, confundiendo deliberadamente abuso y explotación con trabajo. Y esto viene siendo el contenido de una aberrada campaña de organismos imperialistas, oficiales y clericales, que, igualando trabajo con explotación, reza así: “Contra el trabajo de la niñez”.

Mientras vemos a supuestos grupos de piadosos filántropos hablando “contra el trabajo de los niños” cuando deberían hablar “contra la explotación de los niños”, se da el monstruoso espectáculo de que casi 40 mil niños y niñas dominicanos son empleados en la prostitución infantil, y son vilmente explotados por desalmados e inescrupulosos.

Y aún así se quiere meter de contrabando que la holgazanería y el parasitismo pueden aportar frutos positivos para la sociedad.

El trabajo fue lo que convirtió al mono en hombre.

El trabajo es lo que permite que el hombre viva, se desarrolle y sea capaz de extraer riquezas de la naturaleza.

La educación de niño jamás ni en ninguna parte se logrará creándole animadversión hacia el trabajo. Pero, entiéndase bien, una cosa es el trabajo y otra la explotación. Con la explotación, que es la base del sistema capitalista, igual que del feudalismo, no se logra desarrollar todo el potencial de inteligencia y talento que encierran los niños. Pero si en este odioso y desgraciado sistema no se concibe el trabajo más que como forma de explotación del hombre por el hombre, eso es culpa del sistema que debe ser destruido.

Pero el trabajo es, ha sido y será la esperanza tanto de los adultos como para que, tomándolo como núcleo, se cree un nuevo hombre partiendo de la niñez.