La complacencia de la directiva ADP con el desastre de la educación es por cuestión común a los del PRD

 

Basta y sobra pasar revista al continuo deterioro que se percibe en el sector educativo, para que las gentes se den cuenta de que este gobierno, en lo que se refiere a mejorar las condiciones de vida y educativas, sobre todo de las escuelas públicas, es un verdadero desastre.

Si la actual directiva de la ADP se mantiene callada es por los vínculos de complicidad que tienen sus integrantes con el PRD y con los círculos gubernamentales. El actual presidente del Comité Ejecutivo de la ADP, Cuello, es un perredeísta peñagomista cuyas únicas metas claras son: Primero: encubrir y darle impunidad al robo que los perredeístas encabezados por Olimpia González llevaron a cabo contra los fondos de la ADP. El desfalco suma más de 20 millones de pesos y el mismo se efectuó junto con las gentes del Patrado de González Espinosa y del PcT-Miuca de Chaljub Mejía y Manuel Salazar, y en segundo lugar, esa directiva, ese Comité Ejecutivo de la ADP tiene como meta silenciar y apoyar la acentuación del abandono y la descomposición imperantes en el sector educación pública, cuya responsabilidad recae directamente sobre el gobierno de Hipólito Mejía-Milagros Ortiz Bosch-PRD.

Tómese, por ejemplo, la comunidad de la provincia Barahona, de la que es senador el oportunista González Espinosa que del Patrado se ha vendido traidoramente al PRD. Es claro que este sujeto, que repite como senador por segundo período consecutivo y que es uno de los promotores de la falaz idea de extender su período actual hasta el 2004, nada ha hecho en la educación a favor de la provincia de Barahona, lo mismo que en cualquier otro aspecto.

En Barahona de nuevo hay paralización, hay huelgas y hay protestas. Ahora mismo, en el plantel escolar del sector Las Flores, hay paralización por el mal estado del rancho en que se imparte precariamente clases.

Lo mismo sucede en Los Blancos, sección del municipio de Enriquillo. Allí, la EDESUR ha colocado cables de alta tensión por encima del precario plantel oficial con la anuencia de las autoridades gubernamentales y de la Secretaría de Educación.

Profesores que no reciben paga de sus salarios, falta de locales o la ausencia de locales aptos, falta de butacas, falta de pizarrones, falta de tiza, etc. Este es el cuadro con que el gobierno de Hipólito Mejía-PRD lleva la educación pública a la sepultura.