Complicidad FBI, CIA y Bush con actos terroristas del 11 de septiembre
A raíz de los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001, en los que, mediante acciones suicidas ciudadanos originarios de los países árabes residentes en los EE.UU. tomaron dos aviones de pasajeros y los estrellaron en pleno vuelo contra las famosas Torres Gemelas de Nueva York, que simbolizaban el poder imperial financiero norteamericano, respecto a esos actos afirmamos en más de una ocasión, como podrán recordar los radioyentes del programa "La Voz del Partido Comunista (PACOREDO)", o los lectores fijos del periódico "¡Despertar!", que esas acciones sólo podían haberse realizado contando con la tolerancia o negligencia cómplice de los organismos de seguridad e inteligencia de los EE.UU. Y, en efecto, hace poco se armó tremendo terremoto investigativo que escandaliza la opinión pública norteamericana en torno a que se ha comprobado que, efectivamente, hubo complicidad y negligencia de parte del FBI y de la CIA y otros organismos de espionaje y represión, así como del Pentágono, puesto que esos organismos tenían informes de sus similares europeos de que grupos árabes adversos a los intereses norteamericanos, tenían en marcha un plan de carácter terrorista a efectuarse dentro de los EE.UU. Es más, hasta el mismo agente árabe Mubarak de Egipto se lo había advertido. Ha quedado en claro que la negligencia de parte de los altos mandos del FBI, de la CIA y demás obedeció a un plan de parte de los monopolios, el gran capital financiero y los círculos políticos de ultraderecha de favorecer acciones terroristas dentro de EE.UU. para así estimular el resurgimiento y la reinstauración del fascismo hacia el interior de la sociedad norteamericana, a la vez que se estimulaba la industria de guerra (las agencias internacionales informan del crecimiento descomunal de la fabricación de bombas de guerra en industrias del ramo militar de EE.UU.) y agresión contra los países y pueblos del mundo, pues ésta, y no otra, es la real catadura inhumana y criminal del imperialismo, como fase última y particular del capitalismo.
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