El destino común de los partidos del sistema su descomposición y aislamiento del pueblo
Ya es un hecho que el destino de los tres partidos del sistema, Partido Revolucionario Dominicano, Partido Reformista Social Cristiano y Partido de la Liberación Dominicana, es su descomposición, hasta llegar a su total desintegración. Y es hacia esa meta que empujan los grupos directivos de esos partidos politiqueros. Lo único que piden a cambio esos estamentos dirigenciales de los Rafael Hipólito Mejía, Hatuey Decamps, así como sus recuas por el PRD, Leonel Fernández, Danilo Medina y demás malas yerbas por el PLD, o bien los herederos del difunto Balaguer por el PRSC, es que se les facilite su enriquecimiento ilimitado a costa de los restos mortales del país y los despojos del pueblo dominicano. Pero que nadie se engañe y vaya a pensar que estamos diciendo que estos partidos politiqueros abandonarán sus ambiciones de subyugar a la sociedad y al país, o que dejarán a un lado sus perniciosos afanes por explotar al país. No, lo que estamos diciendo es que ellos son parte de la estrategia que busca crear las condiciones para que las FF.AA. se adueñen del poder político y se conviertan en gobierno directo en este país. Y que conste que no estamos especulando ni mucho menos inventando. Y para ello he aquí dos preguntas: ¿Acaso en Venezuela no desaparecieron de hecho los adecos de Carlos Andrés Pérez (socialdemócratas), así como la gente del COPEI (socialcristiano) dando entrada al gobierno de Chávez? ¿O acaso no fue esto lo que pasó en Perú con el APRA y el Partido Popular, el primero perteneciente a los herederos del socialdemócrata pro-imperialista Haya de la Torre y el segundo del conservador Belaúnde Terry recientemente fallecido? Eso de que el poder del gobierno lo asuman las FF.AA. tras una confrontación social y en medio de un clima de ingobernabilidad a nombre de salvar la sociedad y a la nación, dándose un disfraz de salvadores supremos del pueblo que ellas han mantenido en medio de la opresión, es tan viejo como el liberalismo y corresponde a la denominación de bonapartismo. El hecho de que las FF.AA., con la claque neotrujillista de Soto Jiménez, estén montando la farsa de decir que buscan un acercamiento con la sociedad y que las FF.AA. ya están limpias de su participación al lado de la opresión y complicidad con la dictadura de Trujillo, es parte de la preparación del ambiente social y propagandístico para sus propios fines. Lo mismo que con la grosera actuación de la P.N.; se equivocan los que aprecian que esa actuación desaprensiva frente a la Constitución, a las leyes y los derechos ciudadanos de esa institución, es un hecho casual o al margen del proceso que se está cocinando. En realidad hay que subrayar que todos los estudiosos de la problemática nacional existentes en el país concuerdan, independientemente de sus creencias ideológicas, en que la P.N. no tiene un carácter civil, sino que más bien es una institución militar, o bien, que es un apéndice, aún con sus particularidades propias, de las FF.AA. Se oculta ese carácter de la P.N., como apéndice real de las FF.AA., para evitar que el descrédito de esa P.N., por sus actuaciones y su comprobada vinculación con toda la delincuencia, que es cada vez mayor, recaiga sobre las FF.AA., puesto que de suceder esto, estas FF.AA. no podrían entonces desempeñar el papel que les ha sido asignado por los estrategas del bonapartismo, que en este caso está manejado por los fascistas gobernantes de los EE.UU. bajo el gobierno de George Bush. La población trabajadora y toda la ciudadanía debe cerrar filas alrededor de la lucha por sus derechos, por la supervivencia de la República Dominicana para los dominicanos y no para los extranjeros monopolistas, por la obtención de trabajo, comida, medicina y educación, esto es, por condiciones humanas de vida. Por ello, el pueblo debe profundizar su rechazo y condena a la politiquería, al engaño y el entreguismo de los tres partidos politiqueros del sistema.
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