Inversiones españolas representan capital negrero en el país
Hace poco en este mismo espacio expusimos con mucha precisión que las inversiones españolas en el país representan la presencia aquí del capital negrero, que es un capital dedicado a las actividades de explotación más brutales y sucias dentro del sistema capitalista, y que encarna directamente una alta peligrosidad para la institucionalidad democrática a consecuencia de que los portadores del capital negrero carecen de vocación para respetar leyes, constitucionalidad y derechos ciudadanos. Para corroborar nuestra afirmación la misma prensa española nos trajo, con motivo del llamado día de los derechos humanos, un somero informe de la deplorable situación que ese capital negrero ha impuesto hacia el seno de la misma sociedad española donde existen, según aceptan, cerca de 300,000 esclavos al estilo de la antigüedad, y no al modo del esclavo moderno, como distorsionó deliberadamente en el país la letrina amarilla "Hoy" de Pepín Corripio y la transnacional católica franquista o falangista Opus Dei. Ese reportaje a que hacemos mención fue titulado en nuestra letrina "Hoy" del patio de manera acomodaticia para los capitalistas negreros españoles y dice así: "Denuncian miles de esclavos modernos en España" (letrina "Hoy" del martes 10 de diciembre, Pág. 17-B). Esclavos modernos son todos los obreros a los que Carlos Marx y Federico Engels, en el Manifiesto del Partido Comunista, con certeza definieron como la clase de los esclavos asalariados, esto es, de los proletarios modernos. Lo que se denunció no fue la existencia de 250 mil esclavos modernos, sino cerca de 300 mil esclavos a la usanza antigua, esto es, correspondientes a la forma antigua de la esclavitud. La denuncia aparecida en España da cuenta de que esos 300 mil esclavos a la antigua están compuestos por inmigrantes legales e ilegales que son contratados por la burguesía y la pequeña burguesía españolas, incluidos sus representantes políticos, sin ningún tipo de derecho y reducidos a la vil condición de simples animales de carga. Pone de relieve la denuncia que todo español se ha topado todos los días en las mismas calles de Madrid, Barcelona, etc., con esos esclavos aún sin saber que son tales. Del mismo modo, resalta que en España suman más de 3 millones de ciudadanos españoles víctimas del más bestial racismo, por ser hijos de españoles con padres o madres del Tercer Mundo. Ya se conoce, por ejemplo, cuál es la actitud del gobierno español de Aznar y del fantoche Juan Carlos, al que llaman su rey, frente al pueblo vasco, que es oprimido y subyugado por España, la cual le niega su libertad e independencia. Otro tanto se supo del comportamiento de esas fuerzas españolas frente al pueblo-nación de Marruecos. Y por aquí conocemos las formas propias de un rinoceronte que ha exhibido la embajadora de ese país, la franquista-falangista López Figa, quien se niega en sus expresiones a reconocer a los dominicanos y a la dominicanidad, empleando siempre expresiones que disuelven la dominicanidad en lo que ella llama los iberoamericanos, lo que de por sí es puro racismo discriminatorio, tal y como consta en la revista "¡Hola!". El comportamiento en el exterior de los españoles es reflejo de su comportamiento hacia el seno del pueblo español, allí es negrero y aquí es colonialista y negrero.
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