RHM soborna con más 3,000 millones altas instancias católicas Mientras pueblo es aplastado por la más espantosa miseria su dinero está destinado a enriquecer élites parasitarias
En tanto los hospitales públicos han sido transferidos y puestos en manos de los negociantes capitalistas de la salud por parte del gobierno de Rafael Hipólito Mejía, creando éste una desatención espantosa respectos a los padecimientos de salud de la gente del pueblo y dejando huérfana a la población más pobre y necesitada tanto de los medicamentos primarios y hasta de una cama en los hospitales del Estado; o bien con un cuadro del infame abandono de la educación pública que lleva a cabo Rafael Hipólito Mejía; si no del área del correo público, cuyos empleados tienen de nuevo 6 quincenas que no reciben el sueldo, etc.; en tanto acentúa el dichoso gobierno éste de Rafael Hipólito Mejía todos los males del país y el pueblo, so pretexto de que no hay dinero, o, como chabacanamente se le oye decir saturado de vulgar cinismo: "¿Y de dónde voy a sacar esos cuartos? ¿eh? ¿eh?", tenemos que, para sobornar, Rafael Hipólito Mejía siempre tiene de dónde sacar sumas realmente multimillonarias, como se puede comprobar en las entregas, a título de regalos y donaciones, a los altos jerarcas eclesiásticos católicos. Tan sólo en los últimos días les ha dado Rafael Hipólito Mejía a los jerarcas de la Iglesia Católica, y en particular al odioso, arrogante, prepotente y mañoso cardenal Nicolás Hildelbrando Borgia López Rodríguez, RD$2.5 millones a De la Rosa Carpio, así como una yipeta de 1.5 millones de pesos; RD$3 millones y una guagua de 60 pasajeros de 2 millones más a un grupo de brujas llamadas monjas; la Zona Colonial al mismo cardenal Nicolás Hildelbrando Borgia López Rodríguez mediante una ley hecha aprobar al vapor sin recabar la opinión de la población mediante consultas o vistas públicas en las cámaras legislativas y la aprobación de un préstamo por 50 millones de dólares con el Banco Mundial, equivalentes a casi 1,200 millones de pesos dominicanos; la mansión que fuera de Trujillo en Elías Piña al Arzobispado de San Juan de la Maguana; el edificio de convenciones en Santiago se lo regaló Rafael Hipólito Mejía a Utesa, que es propiedad en realidad del empresario de cristo Agripino Nuñez Collado y que está valorado, dicho edificio, en por lo menos 200 millones de pesos, etc., etc. Si por el lado del gobierno de Rafael Hipólito Mejía se confirma que son él y su gobierno las fuentes políticas vivas de la corrupción administrativa, no menos cierto es que, por parte de la Iglesia Católica, queda comprobado que dicha institución es y opera como un gran negocio de prostituida voluntad que, cual ramera, se vende al mejor postor, que es siempre el gobernante de turno, que se presta a expoliar al pueblo al tiempo que soborna con oro, privilegios e impunidad a las altas instancias clericales que, a cambio de esos sobornos, le entrega sus favores de acentuar su labor de distribuidores de opio del pueblo, presentando a esos gobernantes como de carácter divino e hijos de la voluntad de su dios.
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