La unidad del pueblo no puede ser con sus enemigos

 

El pueblo dominicano, bajo ningún concepto puede darle crédito a las hipócritas y perversas palabras del cardenal Nicolás Hildelbrando Borgia López Rodríguez de que "todo el pueblo debe unirse para enfrentar la crisis", siempre y cuando conlleve a preconizar, o sea, a propiciar que el pueblo se una con gente como el cardenal Nicolás Hildelbrando Borgia López Rodríguez, que ha hecho carrera a costa del parasitismo de los recursos del pueblo trabajador y sacado incalculables beneficios de los crímenes, abusos y todo tipo de opresión de los capitalistas, de los terratenientes y reaccionarios contra ese mismo pueblo.

Nicolás Hildelbrando Borgia López Rodríguez, igual que la Iglesia Católica y las instituciones vaticanistas, lo mismo que los evangélicos cristianos, no han hecho otra cosa que desempeñar el papel de agentes defensores del opio que envenena, paraliza y hace infame y canalla a la gente; opio del pueblo, que no otra cosa es el cristianismo, tenga el matiz de secta o iglesia que sea.

Nicolás Hildelbrando Borgia López Rodríguez ha propiciado el neoliberalismo, que ha causado inenarrables penurias y sufrimientos al país, que le ha ocasionado la pérdida de su patrimonio nacional, así como la privatización de la energía eléctrica, igual que los servicios médicos y hospitalarios de los centros de salud, etc.

Además, ese mismo cardenal Nicolás Hildelbrando Borgia López Rodríguez es quien ha propiciado la implantación de los fusilamientos y ejecuciones policiales contra ciudadanos, disposición terrorista y de carácter tanto ilegal como inconstitucional, que ha devenido en la oficialización de la actuación de reales escuadrones de la muerte que desde el 1998 hasta la fecha ha propiciado la ocurrencia de casi 2,000 fusilamientos. Todo bajo su bendita y azarosa disposición fascista-mussolinista de mano dura contra los delincuentillos barriales pero impunidad para los grandes criminales transgresores consuetudinarios de todas las normas morales y legales que han de regir un Estado de Derecho.

¡Que el Cardenal Nicolás Hildelbrando Borgia López Rodríguez se vaya para otro lado con su caza-bobo, el pueblo no puede unirse a sus opresores ni a sus verdugos!

 

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