Rafael Hipólito Mejía le dijo loco a Rogelio Cruz por persistir éste en las protestas e identificarse con los que padecen hambre, miseria y sufrimientos en este país que se cae a pedazos, y en el que los perros realengos para ladrar se tienen que recostar de un palo o de una pared para no caerse muertos de hambre.

Acusó a Rogelio Cruz de estar para siquiatra, igual que a la mayoría de los que auspician y respaldan junto a Rogelio Cruz las protestas del pueblo. Rogelio Cruz le respondió adecuadamente, y le enrostró que probablemente o es casi seguro que Rafael Hipólito Mejía hace una proyección psicológica sobre él de su propia situación personal, esto es, de la situación psicológica o siquiátrica de Rafael Hipólito Mejía. Y reiteró que éste es un dictador y que además carece de la mínima formación necesaria para ocupar la Presidencia del país. ¡Bien por Rogelio Cruz!

Pero Rafael Hipólito Mejía quiso hacer una carambola al decirle loco y a la vez llamarle Mao Tse Tung a Rogelio Cruz. Las personas como Rafael Hipólito Mejía no tienen miramientos ni comedimientos frente a nada ni con nadie, son sicóticos, puesto que para tratar de denigrar a Mao Tse Tung pretendiendo llamarle loco o insinuar tal cosa, primero el sujeto que lo quiera hacer debe lavarse la lengua con todo el cloro que soporte y después mucho jabón de cuaba, pues Mao Tse Tung no llevó a China a la bancarrota, sino a su liberación y emprendió el camino en firme para incorporar como están hoy en día incorporados, a un tercio de la humanidad (a 1,300 millones de chinos) a la civilización y a la vida propiamente humana. El que quiera que lo respeten, que empiece por respetarse a sí mismo respetando a los demás. La República Dominicana está hoy con el peso devaluado en un 100% y hasta el diablo le gana una encuesta a Rafael Hipólito Mejía, mucho a poquito.