Rafael Hipólito Mejía y los PPgatos reimplantan balaguerismo y ofenden las memorias de miles de mártires

¡¡No a tantas infamias!!

 

Sin que ya sorprenda a nadie, el gobierno perredeísta representado por Rafael Hipólito Mejía concurrió bien temprano a la tumba del tirano-alimaña el día del primer aniversario de su muerte, para abrazarse allí con sus socios allegados al déspota Joaquín Balaguer sobre cuyos hombros pesan la muerte, el dolor y el sufrimiento de dos o de dos y media generaciones de dominicanos, y por tanto Joaquín Balaguer, el tirano-alimaña, es responsable de la muerte, prisión, abusos y todo tipo de atropellos de centenares de miles de dominicanos.

Desde la llegada al país del PRD el 5 de julio del 1961 se hizo evidente que ese partido político no tenía por meta concluir la destrujillización de la sociedad dominicana ni del país, sino propiciar la permanencia y prolongación de la dictadura trujillista a lo largo del tiempo, tal y como ha ocurrido. Y no cabe la menor duda de que en este estricto sentido y constreñido a este específico marco, el PRD ha sido exitoso y muy coherente.

Los ejemplos y casos concretos como el de Rafael Hipólito Mejía ahora, y los otros gobiernos del PRD, el de Guzmán del 1978 al 1982 y el de Salvador Jorge Blanco 1982-1986, son el mejor testimonio que opera a favor de corroborar lo de la coherencia en las canalladas y la traición consustanciales con el perredeísmo y la consigna con que lo revistió su padre Juan Bosch de "borrón y cuenta nueva" como bandera inequívoca hasta el día de hoy de la impunidad y la traición.

Pero los pueblos, y el nuestro en particular, deben extraer como experiencia que sus opresores y explotadores emplean todo tipo de artimañas para llevarlos hasta el extremo último de la desesperación y así obligarlos a escoger con qué prefieren ser aplastados: con PRD, con PLD, con Partido Reformista Social Cristiano, escoja, pues, usted.

No cabe duda de que no pocos dominicanos han sido engañados, y siguen siendo engañados. Y en tanto, todavía se discute entre sociólogos si los pueblos son o no son culpables, de si a éstos se les debe o no eximir de culpa.

 

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