La Junta Central Electoral y sus jueces sólo garantizan un gran desastre y hasta la ocurrencia de lo peor

Jueces carentes de idoneidad, son huérfanos de aval moral y como profesionales son dechados de mediocridad y corrupción

 

Conforme al sospechoso punto de vista que regula la conducta de la Junta Central Electoral, que tiene como piedra angular que de los estatutos internos de los partidos y organizaciones políticas tiene validez lo que se corresponda con las leyes aprobadas por el Congreso, y lo que dentro de esos estatutos choque con una ley de ese Congreso no tiene absolutamente ninguna validez. Tal es el caso, por ejemplo, de la reelección.

Esto significa que según la Junta Central Electoral, los partidos políticos son y tienen que ser apéndices del Estado de las clases gobernantes, lo que de hecho le da a la Junta Central Electoral (JCE) la condición equivalente al DNI o la Policía Nacional en su acción dentro del contexto social imperante. Eso es lo que se denomina bonapartismo, o sea, una manera clara y concreta de echar a rodar por el suelo el sentido democrático de una disposición constitucional para ponerla exclusivamente al servicio del interés de los círculos del Poder imperante, como resulta en el caso que criticamos con respecto a la libertad ideológica y de creencia en cualquier materia, que está consignada en la Constitución de la República.

Así, dicha Junta Central Electoral, que todo el mundo sabe está como 7 u 8 a 2 ó a 1 a favor de los PPgatos, del vandalismo del hampa política que está en el Poder y que encabeza, que nadie se engañe, ese señor calvo llamado Rafael Hipólito Mejía, toma decisiones además de con el carácter parcializado ya mencionado, en la forma que siempre y cuando favorezcan los intereses reeleccionistas y continuistas de este señor.

Ya ha salido a la luz pública la forma inescrupulosa y desaprensiva con que, acorde con la composición de la Junta Central Electoral (JCE) todos los jueces, particularmente los del PPH, que son casi los 6 de la mayoría más Rafaelina Peralta, actúan con descaro y sin comedimiento de ningún tipo. Es que para estos sujetos, que sólo se les puede definir con el concepto de lúmpenes sociales, no es posible asumir los cargos para obrar acorde con una plataforma ciudadana alrededor y para hacer realidad el ejercicio libre y soberano del sufragio electoral, puesto que como lúmpenes sociales están intrínsecamente inhabitados para actuar en una forma tal en que sus bajos instintos y bastardas pasiones queden relegados a un segundo plano.

Y la pregunta tan sencilla como simple de: ¿Y por qué eso?, le da la respuesta a cada uno de nosotros, pues la única respuesta lógica es que: Los miembros de la Junta no son en realidad ciudadanos, sino individuos o especímenes cuyo nivel es el mismo que los animales salvajes, tal es el resultado de ser lúmpenes sociales, esto es, desclasados y desarraigados sociales, por lo que no están al nivel ni en condiciones de actuar acorde con las demandas ciudadanas, sino que están en la JCE por haber sido escogidos por los politiqueros reeleccionistas PPgatenses del Senado y por orden expresa de Rafael Hipólito Mejía que, siendo Presidente, no tiene el nivel propio de un verdadero ciudadano, sino de un individuo primario, igual a lo de que este mismo sujeto no es ingeniero agrónomo, lo que le daría cierto nivel académico universitario, cosa que nunca ha alcanzado Rafael Hipólito Mejía, sino que apenas es perito agrónomo, que es un práctico al que se le ha apenas alfabetizado en el uso y preparación del suelo, en la naturaleza y empleo tanto de los químicos pesticidas como abonos, así como en el proceso de siembra, cuidado y cosecha de los cultivos. O bien que tiene un nivel equivalente como el requerido para que usted, por ejemplo, pueda ir a Obras Públicas y examinarse y obtener la licencia para conducir vehículos de motor, esto es, para ser chofer de carros públicos o privados.

Así es, con individuos semejantes, pero que tienen encima el agravante de que están comprometidos por la vía del apandillamiento y el soborno de Rafael Hipólito Mejía y los PPgatos en sus planes continuistas y reeleccionistas, que está integrada la JCE, por lo que la suspicacia y las fundadas sospechas cunden en la población respecto a la honradez y limpieza de sus actuaciones y lo mismo respecto al venidero proceso electoral del 16 de mayo próximo.

Por ejemplo Rafael Díaz Vázquez (Atilanito) es el abogado de los negocios de Rafael Hipólito Mejía.

Y preguntamos. ¿De dónde va a sacar independencia de voluntad para actuar desde su cargo como ciudadano libre de ataduras de quien desde hace cerca de 10 años es el que le paga y que se llama Rafael Hipólito Mejía?

Nelson Gómez, es primo de Rosa Gómez, la mujer de Rafael Hipólito Mejía y tenida por Primera Dama del gobierno de éste.

Salvador Ramos es un realengo de la barriada de Cristo Rey, un mediocrísimo estudiante de la UASD, ya cualquerizada, involucrado en todo tipo de rufianerías propias de los códigos civil, penal y criminal, que ahora como ejemplo o retrato de lo que es, para lo que da, de lo único que saber y de lo único en que ocupa su maleada mentalidad, está el hecho amoral (recuérdese que Engels en el prólogo a su Lucha Campesina establece definiendo lo que es el lumpen social, que se trata de un elemento amoral de los pies a la cabeza) de colocar, en complicidad con los demás individuos de esa Junta, a su hijastra, llamada Joaquina Hilario, en lugar de la nombrada Mayra Goris, que el PLD y el PRSC exigían fuera destituida del cargo de Directora del Registro Electoral por sospechas legítimas y comprobadas.

José Luis Tavárez y Tavárez, un juez que como parte de la Magistratura Nacional de puesto en Moca se empeñaba sólo en favorecer lo que al PRD le fuera conveniente, como lo comprobó poniendo en libertad a los acusados de haber matado a varios ciudadanos y herido de balas de armas de guerra a más de una docena de ciudadanos durante la campaña electoral del 2000.

Luis Arias amoral, amoral, desclasado, desclasado e inepto en grado superlativo, que como profesional o académico sólo podría ser juzgado por el libro sobre Derecho Internacional que, sacando de otros textos, publicara como de su autoría original sin en realidad serlo, y, sobre esto, sacar capítulos de ese libro, que es un mamotreto copiado de textos hasta contradictorios entre sí, y ponerle un título, encuadernarlo y mandarlo a imprimir con unas palabras de introducción y ya ha hecho otro libro. Así lleva 2 más sobre el primero. En lo personal, la polaca, que era su esposa y profesora de la Alianza Francesa, tiene la palabra.

Ramón Hernández Domínguez (El Cometa). Expediente por asesinato. Primo de Rafael Hipólito Mejía. Irresponsable e incumplidor de arriba abajo como profesor de la UASD, pero puntual el día de cobrar el cheque sin descuentos por inasistencia, ya que como parte de la mafia de Salvador Ramos y Franklin García Fermín, igual que Luis Mera, el suplente de Morel Cerda, los demás integrantes del grupo o clan manifiesto lo ponían presente aunque los estudiantes ni lo conocían. ¡Ah!, pero eso sí, a todos los pasaba, o sea que era o es un gran y brillante profesor. ¿No es así?

La Peralta. ¿No fue ésta la que pidió una exoneración para un carro y Rafael Hipólito Mejía y Guido Gómez Mazara le mandaron un carro, sacado de la caja, con matrícula y seguro full a su nombre?

 

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