Tres reportajes nuestros que recogen la radiografía completa de la tragedia de Jimaní y la responsabilidad del gobierno en ese desastre
I.- Por más que quiso la prensa amarilla ocultar la verdad de la irresponsabilidad de Rafael Hipólito Mejía y sus pepegatos en su abandono y deserción de la obligación de todo gobernante de tener que velar por el bienestar de la población, ha estallado el escándalo de los muertos a consecuencia de las aguas en Jimaní. No es verdad que son 100 ni 200 los muertos durante los días sábado 22, domingo 23 y lunes 24 de mayo. Las cifras de los muertos, conforme a fuentes fidedignas de la misma región consultadas por nuestros corresponsales, sobrepasan los 2,000 muertos. La posición asumida por el director de la Defensa Civil, el coronel de la Marina de Guerra Radhames Lora Salcedo, es un dechado exacto de irresponsabilidad, y sirve para demostrar que a nuestros militares les importa un carajo la suerte y el destino de la ciudadanía, frente a la que han sido amaestrados para reprimirla y despreciarla, conforme al punto de vista y los intereses del imperialismo norteamericano, sus asesores e instructores militares. Este hecho confirma que lo de la eficiencia y responsabilidad de los militares al asumir funciones públicas es una gran mentira, que ha servido de piedra angular del mito que busca en vano enaltecer a los militares, pretendiendo atribuirles una supuesta capacidad de dirección, lo que en el caso de Jimaní ha quedado desenmascarado como una farsa y una falacia.
II.- Ya es un hecho comprobado que la cantidad de muertos sobrepasa en mucho los dos mil de dominicanos y haitianos residentes hasta el momento de ser víctimas, en Jimaní, República Dominicana, de la previsible tragedia que a ninguna autoridad gubernamental le interesó evitar por estar demasiado dedicadas todas a enriquecerse desde el Estado o a ocultar las huellas de sus robos efectuados durante la gestión de Rafael Hipólito Mejía, ya que se avecina el cambio de gobierno. Las desinformaciones de la prensa amarilla, particularmente de "El Nacional", que dirige en su funesta labor Radhamés Gómez Pepín (Jack El Destripador) decían que eran cuatro los muertos; más adelante, Radhamés Lora Salcedo, el coronel de la Marina de Guerra que dirige la Defensa Civil, hizo un aguaje como siempre ha hecho y dijo que iba a decir la pura verdad y ofreció la cifra de 30 muertos. Y dizque 100 ó 200 los desaparecidos. Por nuestra parte, puestos al tanto por nuestros corresponsales de la zona, dijimos desde el mismo lunes 24 de mayo que los muertos eran más de dos mil, cuando menos. Y de inmediato empezaron las presiones y las amenazas por nuestra firme denuncia.
III.- Exactamente, como se puede comprobar, el corrupto funcionario Director del INDRHI, Silvio Carrasco, del círculo de íntimos de Rafael Hipólito Mejía, es el funcionario gubernamental sobre el que recae la responsabilidad directa por las muertes en el desastre de Jimaní, ya que este funcionario, verdadero personaje de las cavernas que debería si no estar preso, ser recluido en un centro de rehabilitación siquiátrica mental, tanto por su comprobada esquizofenia que lo caracteriza como un sicótico al igual que por su cleptomanía frente a los recursos y bienes del Estado, se dedicó supuestamente a crear una represa en las alturas donde nace el Río Blanco, todo esto con fines de promover la reelección de Rafael Hipólito Mejía. Almacenó en esas alturas grandes cantidades de grandes rocas usando máquinas pesadas para dicha labor. Y habiendo prometido que construiría un embalse con el cual garantizar un moderno sistema de reguío por goteo, en realidad todo era parte de la politiquería reeleccionista. Así, cuando el 16 de mayo resultó derrotado Rafael Hipólito Mejía y sus planes de continuismo reeleccionista, Silvio Carrasco, desaprensiva e indolentemente, aún conciente de los torrenciales aguaceros caídos en la zona, abandonó el cúmulo de grandes rocas sin amarres de las mallas o tela metálica con que se aseguran los llamados gaviones, y habiendo ordenado el retiro de todo el equipo pesado y dejar abandonado aquello, con la continuación de las aguas se produjo el desplome de peñascos, lodos, troncos y todo, que bajó arrasando con las aguas desbordadas destruyendo las viviendas y a la gente, a los animales, arrasando siembras y dejando en pie sólo la tragedia que ha costado al pueblo dominicano una cantidad tal de muertos que los más de dos mil que en principio denunciamos como la cantidad a partir de la cual había que contarlos, se ha quedado chiquita, pues los muertos son más de 4 mil en la actualidad. Lo que expresamos de que los funcionarios del gobierno de Rafael Hipólito Mejía no atendían los problemas relativos al bienestar de la población por estar dedicados al robo queda así claramente confirmado en estos detalles concretos de las causas de la tragedia.
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