Los prohombres de los corrup-partidos del sistema Balaguer, Bosch y Peña Gómez se demuestra que no eran más que enanos espirituales y lacayos sirvientes redomados
La causa esencial, más importante, y el factor decisivo del sufrimiento y el incremento, tanto de la pobreza como de la miseria, que cada vez que concluye su período uno de estos gobernantes títeres y lacayos del imperialismo son mucho mayores en vez de haber disminuido, estriba en que estos gobernantes proceden de uno de tres, sino de 2 y hasta de 2 y medio de los corrup-PRD, corrup-Pálido o archi corrup-PRSC, que se unen, se desunen y se reparten entre sí el pastel del pueblo, y sus plataformas programática y político-práctica son las mismas, y su contenido es uno solo, reduciéndose al punto básico de ser lacayos y títeres de los monopolios imperio-capitalistas en su modelo neoliberal y acorde con la globalización de éste, o en cualquier otro modelo capitalista, contando siempre con la comunión, bendición y la confirmación de la infame iglesia cristiana, católica y protestante, y de todo tipo de religión que, al fin y al cabo, son una y la misma cosa: opio o droga para el pueblo. Desde ya, los que forman el grupo neoliberal Pálido-Leonel Fernández, que ocuparán la Presidencia de la República a partir del 16 de agosto próximo, están difundiendo que es imposible la reducción inmediata del costo de la vida, de los alimentos, de los medicamentos, transporte, educación escolar, etc., so pretexto de que el petróleo sigue subiendo y que el dólar no hay manera tampoco de hacerlo bajar. Esto fue el sambenito de los pepegatos y del mismo derrotado Rafael Hipólito Mejía. Por su parte, los discípulos del fenecido tirano alimaña no se cansan de hablar y hablar, sin ir a las causas y raíces históricas en las que subyacen las infames conductas en el orden del lacayismo del entreguista déspota, del alza del dólar, de los aumentos en la deuda externa y del aumento del precio del dólar. Sin embargo, nadie puede asegurar que éstos sean los únicos y los principales componentes del desastre económico, político y social general que ha convertido al 80% de los dominicanos en indigentes de hecho o en la antesala inmediata de llegar a serlo. Ni tampoco nadie, ninguno de estos sepulcros blanqueados, puede decir que estos factores son obra de la "generación" espontánea ni frutos de la simple casualidad. ¿Es que en 45 años los pretendidos prohombres del desastre que es el país y su sistema capitalista ultra-dependiente de los consorcios imperio-capitalistas no pudieron crear un sistema o modelo de éste que le garantizara por lo menos la comida, la salud y la poca educación que se ofrece a la población para la simple supervivencia? Pero si Joaquín Balaguer, Juan Bosch o Peña Gómez eran tan grandes, tan inteligentes, ¿cómo es que no aportaron nada duradero para el país ni para el pueblo para sólo garantizar esa miserable supervivencia? Es que en realidad ninguno por separado ni los tres juntos iban más allá de su asquerosa condición de lacayos redomados y sirvientes sumisos; es que eran verdaderos enanos espirituales. La causa principal consiste en que esos círculos económico-sociales y sus formaciones políticas partidarias, los corrup-PRD, PRSC y PLD, junto con su prensa amarilla y sus legiones de técnicos y especialistas, formados por los consocios imperio-capitalistas y, como tales, sus lacayos diplomados incondicionales, han atado el destino, la situación y la suerte del pueblo y el país dominicanos al funesto carro sin control del modelo neoliberal y su globalización, en aras de la supervivencia y continuidad del sistema capitalista. Durante los días de la campaña electoral, Frederic Emán-Zadé Gerardino, que con poco suena como Madame Sagá, le envió una carta a Andy Dauhajre y a Aristy Escuder con motivo de rumores puestos a circular por éstos en contra de la lucidez y preparación académica del primero, en la que, como la cosa más natural y hasta "moral" del mundo, este sujeto, que es de los principales asesores y consultores económicos del neoliberal electo Leonel Fernández, confesaba su condición de agente de la Agencia Internacional de Desarrollo (AID), al igual que le reconocía a los otros dos igual condición; y esto es suficiente para ilustrar a lo que nos referimos. Con el sonsonete de los elevados precios del petróleo, de las alzas de la prima del dólar y del pago de la deuda externa, ya los del futuro gobierno de Leonel-Pálido difunden a todo vapor su coartada para sólo dedicarse a continuar aplicando la misma política económica del actual gobierno pepegato-Rafael Hipólito Mejía-PRD, y reafirmar así su imborrable condición de lacayos de los monopolios y de los EE.UU. Es que el neoliberalismo y los consorcios monopolistas imperio-capitalistas son los que disponen que los gobiernos títeres y lacayos, encabezados por los Rafael Hipólito Mejía o por los Leonel Fernández, si no, si fuera el caso, por un seguidor siquitrillado e impensante en el sentido sano del tirano alimaña Joaquín Balaguer, no atiendan las responsabilidades que les caen en las manos a cada gobierno lacayo y títere, como lo confesara en su perversa sinceridad y su grotesca franqueza Rafael Hipólito Mejía, pero cuya condición es la misma que la de Leonel Fernández, aunque éste prefiera ser un lacayo y títere tan o más redomado que Rafael Hipólito Mejía, pero de formas hipócritas y siniestras, respecto a la educación pública con la escolaridad, textos gratuitos, locales y un profesorado capacitado y devengando un nivel de salario que le permita la satisfacción de las necesidades suyas y de los suyos; del mismo modo, son esos monopolios y el neoliberalismo que sustentan los Estados Unidos y la Unión Europea, los que imponen que el Estado y sus gobiernos títeres, llámense Rafael Hipólito Mejía o Leonel Fernández, que al fin y al cabo es el mismo paquete con diferente envoltura, desatiendan y abandonen a la población en sus necesidades de medicamentos, de atención médica y centros hospitalarios adecuados. En estas dos áreas de la vida real, en las de la alimentación y calidad de vida, y en cuyos escenarios es que se desenvuelven los derechos de la población y en los que se evidencia la falta o carencia de éstos, esos consorcios monopolistas imperio-capitalistas disponen que tanto la ignorancia como las enfermedades sean elevadas a la condición de negocios para ellos, cosa que es consignada por el neoliberalismo y aceptada a pie juntillas por los tres corrup-partidos del sistema y todos sus corifeos; y si convierten en sus negocios la ignorancia y las enfermedades, no hay que hablar de las magnitudes que para ellos adquieren la tarea de contrarrestar con la cultura la ignorancia y con medicamentos y hospitales, devolverle la salud a los que la pierden. Todo son sus negocios con exorbitantes dividendos en ganancias. Otro tanto sucede con el hambre. El neoliberalismo y la globalización la erigen hacia el seno de la población en su más jugoso negocio; así, la provocan y sacan jugosas ganancias; luego que se impone la urgencia de satisfacer las necesidades del hambre y la miseria, entonces es que se convierte en el más grande negocio para dichos consorcios monopolistas imperio-capitalistas. En cualquier esfera se repite el mismo panorama y el mismo cuadro. Es que en realidad la causa de las alzas, del incremento de la pobreza y de la miseria, que de hecho son asuntos económico-sociales, tiene carácter político e ideológico, puesto que es la condición de lacayos y títeres del neoliberalismo y su naturaleza de sirvientes al servicio de los países imperio-capitalistas, como los Estados Unidos o de la Unión Europea, lo que ha atado al país a este atolladero. La población tiene que tener conciencia de que la democracia es un arma de doble filo, puesto que por medio de ésta toda la responsabilidad del desastre y sus resultantes adversas pasan a recaer sobre la población, puesto que con las elecciones, al pueblo se le pone a elegir en la trampa de un menú, en el que se disputan la elección entre uno muy malo y otro peor.
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