DE PEÑA GOMEZ

Que sus cómplices lo apoyen es normal

Son todos harina del mismo saco

 

No cabe la menor duda de que la noticia difundida por la agencia internacional de prensa AP, que pone al descubierto la condición de informante y agente de la Agencia Central de Inteligencia -entiéndase espionaje- (CIA) norteamericana del desclasado José Francisco Peña Gómez, ha resultado de un impacto demoledor en el pueblo, en el seno del PRD, en el mismo gobierno de Rafael Hipólito Mejía y los PPgatos que han tratado de vivir especulando con la supuesta honorabilidad, honradez y honestidad de las que viviera distanciado a lo largo de su azarosa existencia ese rufián y canalla delator y traidor José Francisco Peña Gómez.

Que cada uno de esos sectores trate ahora de proseguir en su desaprensiva labor se entiende aunque, claro está, tengamos que rechazarla y criticarla puesto que no podemos compartir tal desafuero contra un pueblo al que Peña Gómez trató de envilecer y convertir en un amasijo de seres tan despreciables como él, es decir, tan despreciables como el mismo José Francisco Peña Gómez.

Y es que ningún estamento dirigencial del Partido Revolucionario Dominicano en toda su trayectoria histórica estuvo ni ha estado al margen de esas sucias actividades de dicho personaje, entre otras cosas, por lo que su mismo profesor, el architraidor Bosch, le llamó durante largo tiempo como “el degenerado” o “el aberrado ese”.

Pero fue por esa condición de agente de la CIA y del Departamento de Estado norteamericano que Peña Gómez no vaciló en abrirle las puertas del PRD al hoy Presidente de su Poder Ejecutivo, Rafael Hipólito Mejía, quien laboró junto, y sigue siendo aún todavía íntimo colaborador del jefe de operaciones de campo de la CIA en el país, que es el nombrado Jerry Depui, ex director del Cuerpo de Paz y hoy esposo de Polita Barceló, con quien frecuentemente aparece fotografiado Rafael Hipólito Mejía.

Así se entiende que éste reaccione con la información internacional de la real condición de agente norteamericano y de la CIA de Peña Gómez como si le hubieren dado el golpe de bibijagua. Pero lo que es inaceptable desde cualquier ángulo o punto de vista es que este señor, Rafael Hipólito Mejía, pretenda echar mano a los mismos recursos del Estado y del pueblo dominicano para financiar una supuesta defensa en los Estados Unidos de la inexistente honorabilidad del desclasado lumpen llamado José Francisco Peña Gómez.

Y es que éste no tuvo honorabilidad, honradez ni decencia ni pública ni mucho menos personal. Y se la descontamos en este plano, puesto que un maníaco violador y estuprador sexual de infelices mujeres y pobres mujeres, como lo fue José Francisco Peña Gómez, no puede ser un hombre honrado, honesto, honorable ni decente, sino un pervertido canalla y aberrado en todo el sentido de la palabra. Estamos hablando de hechos concretos en los que participara otros de sus famosos compadres a raíz del Golpe de Estado en el año 1963 y su refugio en las cuevas de El Embajador, hoy “Guacara Taína”.

Que los perredeístas, peñagomistas y PPgatos de la Cámara de Diputados, lo mismo que de la Cámara de Senadores, declaren solemnemente que Peña Gómez fuera supuestamente honesto, que fuera supuestamente honrado, o supuestamente decente y supuestamente honorable es, simple y llanamente, que se trata de harina del mismo saco, y de ello es prueba que todos, sin excepción, esos que están en representación de los mismos intereses en esas cámaras son pájaros del mismo plumaje que Peña Gómez que cargan en sus espaldas acciones del mismo carácter que las que hoy sirven para evidenciar la verdadera catadura descompuesta de José Francisco Peña Gómez.

Esos, sin excepción, en su curtiembre en tales fechorías y correrías deleznables entienden que éstas son características de su “honorabilidad”, su “honradez”, su “decencia” y su “moralidad”. Nosotros preguntamos: ¿Acaso para un gángster puede ser deplorable lo que es su modo infame de vida?

Pero dentro del contexto del asunto de la comprobada condición de agente de la CIA de Peña Gómez y del Departamento de Estado norteamericano, hay que elucidar tanto lo de su labor en el período posterior al Golpe de Estado contra Bosch como en su actividad de tratar de sonsacar a los sectores de la juventud del 14 de Junio para que hicieran agitación en el seno del pueblo lanzando vivas a las FF.AA., bajo el alegato de que la Embajada Americana se sentiría complacida, según nos expresara él mismo, hoy comprobado agente de la CIA Peña Gómez, que así se lo había dicho el Embajador norteamericano en el país.

Como se hace impostergable con la luz que arroja la información de la Agencia de Prensa Internacional (AP) sobre a quién servía Peña Gómez y quién protegía a este Peña Gómez, que quede en claro que arrastró al Movimiento Popular Dominicano (MPD) y al mismo aventurero oportunista Maximiliano Gómez (El Moreno) a actuar como agentes de la CIA y de la Embajada yanqui en el seno del movimiento revolucionario y opositor a la dictadura yanqui-balaguerista en el período que va del 1966 al 1973. La información que ofrece la AP debe ser motivo de reflexión y autocrítica de parte de esos que fueron tan vilmente engañados con falsas líneas políticas y perniciosas concepciones anticomunistas extraídas del arsenal anticomunista de la CIA y del imperialismo.

No sería casual que los servicios de espionaje de la CIA movilizaran a sus agentes para salir de Maximiliano Gómez en Bruselas, lo mismo que tampoco sería casual que Héctor Aristy, compadre de Peña Gómez y con vínculos con la CIA desde Santo Domingo desde el 1961, reforzado por la vía de su cuñado general de Pakistán y jefe allí del Servicio Secreto de ese país, donde imperaba para entonces una feroz dictadura militar de derecha, estuviese involucrado en preparar la trama usando a agentes dominicanos que tenían acceso a laboratorios químicos, farmacéuticos en Bruselas por medio de haber contraído uno de ellos matrimonio con una hija de una familia dedicada, precisamente, a la producción de fármacos. En próximas publicaciones ya les ofreceremos nombres, apellidos y descendencias.

Peña Gómez, Héctor Aristy y sus patrones de la CIA, en coordinación con los matones del tirano-alimaña Joaquín Balaguer capitalizaron en favor de sus planes las miserias humanas de la base social lumpen de Maximiliano Gómez (El Moreno) y su entorno donde estaban los Manolo Plata, los Pocholo Sánchez Soriano (hoy de las gentes de Chaljub Mejía, Salazar y Virtudes Alvarez), Juan Pablo Gómez (de la tropa de choque de Peña Gómez y los comandos clandestinos, agente de los servicios secretos, hermano de la hoy diputada perredeísta, “La Chica Terremoto” Felipa Gómez) y otros de esa podredumbre social.

Así se cerró ese capítulo aplicando la CIA y sus agentes, con Peña Gómez a la cabeza, la máxima de: exprimido el limón hay que echar el gollejo cuanto antes al zafacón.

Nuestro Partido Comunista (PACOREDO) siempre ha asegurado, tras un ponderado y sereno análisis de múltiples datos acumulados tras sistemáticas investigaciones, que las agresiones y asesinatos de que fueron objeto nuestros camaradas se llevaron a cabo por el MPD y eran obra tanto de agentes contrarrevolucionarios como de la labor de agentes de espionaje norteamericano tipo Peña Gómez, tipo Hatuey Decamps, tipo Milagros Ortiz Bosch y de tantos otros más.

Ya Fafa Taveras, Moisés Blanco Genao, los Virgilio Bello Rosa, los Arismendy Díaz Santana, los Winston Vargas (alias Platón) y otros se han evidenciado que eran agentes de agencias yanquis, y hoy son funcionarios pagados por las fundaciones financieras y los monopolios cobertura de dominio imperialistas como la AID en el país.

En cuanto al desagravio de que hablan Rafael Hipólito Mejía, Milagros Ortiz Bosch, Guido Gómez Mazara, Hatuey Decamps y demás, hay que observar que pretenden reducir el problema en cuestión a si Peña Gómez estaba o no conectado con el narcotráfico, lo que para nosotros, reiteramos, es algo indiscutible y harto evidente, pero también de menor importancia frente a la condición de agente de la CIA y del Departamento de Estado de José Francisco Peña Gómez. Eso es lo que se debe poner en primer plano, y eso es lo que se debe discutir y a eso es a lo que esa parvada de Rafael Hipólito Mejía, de Milagros Ortiz Bosch, Guido Gómez Mazara, Hatuey Decamps, y tantos otros debe dar respuesta y dejarse de estar yéndose por las ramas. Que sepan que ni con todas las aguas juntas del Ozama, Yaque del Norte, Yaque del Sur, el Río Camú, el Higuamo y todos sus afluentes se lavaría la supuesta honra de Peña Gómez. Lo que sí es seguro es que esos ríos y el mar en que desemboquen quedarían contaminados.

A nuestro entender lo más espurio y pestilente de todo es la condición tanto de Peña Gómez como de los que pretenden dizque desagraviarlo de agentes de la CIA, del FBI, del Departamento de Estado norteamericano y de sus intereses monopolísticos en el país. ¿Acaso pueden negarlo?

Lo que exigimos es que Rafael Hipólito Mejía no use los fondos del Estado dominicano ni del pueblo dominicano para tratar de desagraviar a quien su vida misma fue un agravio a la dignidad del pueblo dominicano.

Tanto Rafael Hipólito Mejía, Milagros Ortiz Bosch, Guido Gómez Mazara, Hatuey Decamps, Andrés Bautista y los reformistas, si quieren, por agradecimiento, que usen de todos los recursos personales multimillonarios que con el padrinazgo de Peña Gómez en su desenfrenada ambición, lograron acumular de una u otra manera, y con esos recursos de “sus” peculios personales deben financiar ese lavado de honra que tanto necesita Peña Gómez y que al parecer tanto necesitan ellos que lo defienden igual que el difunto.

Pero hay algo que no deben olvidar que desde Benito Craxi de Italia, Felipe González y Mario Guerra de España, el rufián, ladrón y asesino Carlos Andrés Pérez de Venezuela, Mario Monge de Costa Rica, los sandinistas en Nicaragua, y en particular ese granuja Borges, todos han estado vinculados no sólo al espionaje contrarrevolucionario, sino a la corrupción y al contrabando. ¿No creen los radioyentes y lectores de “¡Despertar!” que son demasiado coincidencias? Y si el gobierno norteamericano dice que Peña Gómez no fue su agente, nosotros preguntamos ¿quién del pueblo dominicano será tan ingenuo para llegar a creerle?

 

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