Prensa amarilla escrita, radial o televisada verdadero atajo de canallas prostituidos

Su perversa labor es desinformar a la población y actuar como pantalla de los más sucios intereses contrarios masas del pueblo e intereses nación dominicana

 

Si gustáramos del uso infame del lenguaje para ocultar la verdad y, por lo tanto, para mentir, diríamos que la prensa amarilla, con su plumíferos que ostentan sus flamantes cargos de directores y jefes de redacción de sus respectivas letrinas, junto a sus legiones de cagatintas o cuartilleros de a tanto por línea, son un verdadero amasijo de hipócritas.

Pero lo suyo y su perversa labor, tanto de desinformar a la población como de actuar como pantalla de los más sucios y bastardos intereses contrarios a las masas del pueblo y a los intereses de la nación dominicana, hace de la prensa amarilla, o sea de la prensa comercial, escrita, radial o televisada, un verdadero atajo de canallas, cuyos protagonistas, como hemos dicho en reiteradas ocasiones, están prostituidos hasta un poco más allá del alma. Se venden al mejor postor, trafican con la vida y la suerte de las gentes del pueblo y, no conforme con todo eso, no pierden la menor oportunidad en buscar la forma de convertir en prestigio moral y ganancia económica los sufrimientos y padecimientos que con sus denigrantes conductas han contribuido a crear en perjuicio de la población.

Hace tiempo que acuñamos una práctica fórmula de exactitud casi matemática y que recoge, a la vez que refleja, no sólo el contenido sino la forma del tumor canceroso que es la llamada prensa amarilla o comercial, que sólo y únicamente responde los intereses de las clases explotadoras y opresoras.

Esa fórmula dice así: detrás de cada medio de prensa comercial o amarillo hay un banco, y detrás de cada banco o consorcio financiero, hay un gángster.

Desde esos medios amarillos de prensa se maneja la opinión pública, así como al mismo tiempo se trazan las pautas a los partidos del sistema y a los demás círculos de opinión y de presión. Pero a la vez hacen de instrumentos mercenarios al servicio de grupos particulares para extorsionar y chantajear al país y a la sociedad, a los que mantienen en la condición de rehenes.

Esos medios de prensa amarilla, con sus plumíferos mercenarios, carentes de escrúpulos y de pudor, ocultan las inmoralidades y crímenes más monstruosos o promueven las más grandes campañas de mentiras, engaños y calumnias. Algunas veces dicen verdades a medias para servir a los propios mezquinos intereses a los que están vendidos.

Un ejemplo de todo esto que afirmamos usted lo puede palpar en la forma en que distorsionan la verdadera realidad de los intereses espurios que encarna Rafael Hipólito Mejía como politiquero y su gobierno. Los intereses que lo vinculan desde la década del ’60 hasta la fecha a los antros más podridos del campo económico, político-militar e ideológico.

La forma en que guardaron silencio en torno a Pepe Goico y su larga trayectoria de rufianería y alta criminalidad.

Y como para comprobar lo de su manejo de las llamadas verdades a medias, limitaban sus hazañas a lo de las groserías y atropellos a esos mendaces cagatintas llamados cubre fuente o buscones de informaciones. Y en el mejor de los casos, mencionaban entre dientes, o entre líneas, lo del fraude a la Lotería y el caso Mazourka.

Esto ilustra de pies a cabeza lo que es la prensa amarilla, venal y comercial.

 

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