Participación Ciudadana y Finjus

Organizaciones típicas de círculos de presión sin ninguna relación con la sociedad civil

 

Todo el mundo quisiera saber ¿por qué Participación Ciudadana y Finjus, así como esos organismos de servicios marginales, que se autoproclaman ONGs, se dicen y se otorgan la representación de la sociedad civil?, ¿qué relación podría existir que permitiera o haga posible tal representación?

En realidad no hay ninguna relación directa o íntima entre Participación Ciudadana y Finjus, de un lado, con la sociedad civil del otro lado, ya que se trata de que Participación Ciudadana es una organización típica de círculos de presión, manejada y compuesta por una entente de las iglesias católica y evangélica con la Embajada norteamericana en el país a través de su programa llamado de “Apoyo a las iniciativas democráticas”, es decir, que se trata prácticamente de un partido político de los jesuitas y la CIA. En cuanto a Finjus, ésta tiene el mismo carácter o idéntica naturaleza con la de grupos o círculos de presión, pero incluso en forma más limitada, puesto que se refiere no al campo general de la política, sino del derecho y la institucionalidad, pero que es más propiedad exclusiva del catolicismo, y particularmente, está vinculada al Banco Popular, como órgano de presión jurídica a favor de sus intereses, al Opus Dei y a la Ucamaima-jesuita. No son pues, parte de la sociedad civil, conforme al estricto significado del concepto sociedad civil.

El concepto sociedad civil es hasta cierto punto alejado a relativamente opuesto al de Estado Civil y partidos políticos, que son casi siempre, por no decir siempre, en nuestro medio, de carácter civil. Pero si los partidos políticos son algo que queda fuera de la sociedad civil, y hasta cierto punto, como lo corroboran los artículos y actividades de los Bienvenido Alvarez Vega y Juan Bolívar Díaz Santana, ¿por qué incluir dentro de la sociedad civil a los círculos o grupos de presión políticos, que son una forma de ser partidos políticos, pero no en forma franca y abierta, sino como organismos conspirativos? No existe argumento razonable alguno que dé paso ni justifique las pretensiones de los propagandistas ecuménicos del corporativismo eclesiástico-fascista o falangista.

 

Volver a la Página Principal