Las sorprendentes coincidencias entre dos plumíferos de a tanto por línea

Juan Bolívar Díaz Santana cruzado ecuménico católico del Opus Dei y Bienvenido Alvarez Vega exponente ecumenismo pagado por las ententes evangélico-protestante norteamericanas manejadas desde Embajada yanqui

 

Si Juan Bolívar Díaz Santana, como agente merodeador y mercenario del Opus Dei representa al ecumenismo católico, el rapaz Bienvenido Alvarez Vega, es el exponente del mendaz ecumenismo evangélico-protestante.

Si Juan Bolívar Díaz Santana salió deformado y aberrado del seminario católico para cura sin cumplir la meta, otro tanto hizo Bienvenido Alvarez Vega.

Bienvenido Alvarez Vega no tuvo empacho ni remordimientos para lanzarse a aplastar al tal Higinio Báez para que no confesara públicamente, cuando a título de “nuevo” dirigente del MPD, aceptaba en una autocrítica a medias que los comandos clandestinos del MPD fueron además de un grave error oportunista que sólo sirvió para facilitar que contingentes enteros de degenerados y antisociales lúmpenes desclasados, así como para la infiltración masiva de informantes y agentes policiales en las filas del MPD, y por esa vía acceder a otras formaciones “revolucionarias”, dañando y perjudicando gravemente la lucha del pueblo dominicano por sus objetivos políticos, económicos y sociales.

Mas aún, si Bienvenido Alvarez Vega no tuvo tampoco escrúpulos para recurrir al rejuego sucio de decir que Higinio Báez no podía admitir públicamente tal verdad histórica comprobada, so pretexto de que ello equivaldría a darle “la razón” a Joaquín Balaguer -como si éste no hubiese estado todo el tiempo consciente de eso, una vez que fuera el real creador de aquella vergonzosa situación-; por su parte Juan Bolívar Díaz Santana no solamente incurrió en la infamia canallesca de no respetar siquiera el secreto profesional para entregar los archivos suyos y del periódico “El Sol” a los cuerpos represivos de la dictadura yanqui-balaguerista de los 12 años, sino que, yendo al colmo de la impudicia, reclamó que todos los directores de periódicos entregasen formalmente sus archivos completos a dichos cuerpos de la persecución y el crimen políticos, así como de la violación de los derechos humanos, actividad en la que aún persisten.

Si Juan Bolívar Díaz Santana confesó su real catadura de mercenario de la pluma, o más bien su condición de plumífero de la prensa y lacayo contumaz de los capitalistas monopolizadores de los medios de prensa, atribuyéndole a la creciente concentración de dichos medios de prensa en manos de aquellos la condición de garantía de la libertad de prensa, otro tanto ha expuesto como ecuménico protestante el no menos mendaz y venal Bienvenido Alvarez Vega, quien no vive para informar a la opinión pública en forma libre y veraz, sino que vive de informar y manipular los hechos al acomodo y ventaja de Pepín Corripio, que es quien le paga como asalariado de a tanto por línea dentro de sus medios a ambos funestos personajes.

Si Bienvenido Alvarez Vega nunca se ha atrevido a confesar las razones de su abandono del seminario católico ni mucho menos a explicar su profundo cambio a la acera de enfrente dentro del marco de su alienante religiosidad, esto es, del catolicismo fanatizado al protestantismo obcecado, Juan Bolívar Díaz Santana tampoco ha dado explicación alguna a su abandono de lo que creía su vocación.

Entre ambos hay muchas y hasta infinitas cosas comunes más, algunas son públicas, como éstas que hemos enumerado, pero hay muchas que, de salir a la luz pública, dejarían a no pocas gentes con la boca abierta.

Si Juan Bolívar Díaz Santana es un cruzado ecuménico del Opus Dei, Bienvenido Alvarez Vega es un agente extremista al servicio del fanatismo luterano-calvinista, recuérdese que entre las muchas sorprendentes coincidencias entre cristianos católicos y cristianos protestantes no sólo están las que se dan alrededor de la fantástica trinidad creada por el pagano Tertuliano y usada como instrumento del crimen desde entonces por Agustín de Hipona, por Tomás de Aquino y la criminal Inquisición que durara formalmente 12 largos siglos, sino también alrededor de sus evangelios sinópticos y el de Juan, las Epístolas de Pablo, cuya inmensa mayoría no son de él, etc., etc., pero oficializadas todas por el monstruo criminal que fuera el emperador romano Constantino I y su Estado-policial, sino que su coincidencia se ensancha y amplía como parte del ecumenismo católico-protestante alrededor de una disparatosa y traída por los cabellos teoría absurda de la sociedad civil, a la que convierten en traje a la medida del corporativismo fascista y falangista, que, en efecto, tratan de recrear aquí, en República Dominicana, bajo la pomposa cruzada de la modernización del Estado.

 

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