Imperialismo
norteamericano demuestra que su naturaleza es el fascismo la expoliación
y la explotación Reconfirmada
la tesis le Lenin sustentada en la realidad del proceso del desarrollo
capitalista Todas
las teorías que han pretendido darle de lado a la tesis de Lenin sobre la
naturaleza inevitablemente expoliadora del imperialismo han resultado no sólo
fracasadas, sino que, cada vez más queda demostrado que el imperialismo
es, por naturaleza intrínseca, expoliador y explotador, así como opresor
de los pueblos y naciones, y que es intrínsecamente contrario a los
derechos humanos, representando y sosteniendo la más absurda negación de
la democracia. Pues,
como hemos dicho, es totalmente cierto que el imperialismo tiene como
expresión política y social el fascismo, que se sustenta en la violencia
directa contra las masas. Los publicistas, lacayos del imperialismo en
general y del yanqui en particular, que predominan en forma absoluta en
los medios de comunicación y propaganda amarillos, han pretendido engañar
al pueblo, diciéndole y haciéndole creer que el paraíso de la
democracia, de la libertad y los derechos humanos se encuentra en los
Estados Unidos, cosa que es desmentida por la vida misma y que los
emigrantes, por ejemplo, dominicanos, pueden comprobar tan pronto pisan y
respiran el aire en Norteamérica. Los
peores trabajos, que ni los negros norteamericanos aceptan; menores
salarios por igual trabajo que otros; pésimas oportunidades de atención
médica y casi ninguna en el orden hospitalario; una insignificante
calidad de vida sólo comparable a la miseria y marginalidad en que vive
la inmensa mayoría de haitianos en Haití o en la República Dominicana.
La discriminación y la represión policial estadounidense sobre los
emigrantes tercermundistas y la minoría negra afro-norteamericana ha
dejado decenas de saldos fatales, algunos de los que han estremecido la
falsa imagen de la tan ensalzada democracia norteamericana. Es
que, si toda ganancia en el sistema burgués en general, obtenida por los
capitalistas, es fruto de la explotación, resultado de los tiempos
trabajados y dejados de pagar a los obreros o trabajadores, en la fase
imperialista, dominada por los monopolios, esa apropiación por parte de
los capitalistas del tiempo trabajado y no pagado a los obreros llega a su
máxima expresión, estando concientes dichos capitalistas dueños de los
monopolios que esos obreros sufren hambre, estrecheces y miserias, y es
que los imperialistas capitalistas dueños de los monopolios, junto a sus
funcionarios bancarios, administrativos, políticos, policiales y
militares, están concientes de que de la despiadada explotación, saqueo
y expoliación de sus víctimas humanas y de sus naciones, de las que
provienen como emigrantes, es que surgen sus descomunales ganancias. Si
esos imperialistas empezaron a ser deshumanizados desde que empezara el régimen
burgués, hay que entender que el desarrollo, hasta alcanzar el nivel
imperialista de dicho sistema, conlleva al desarrollo, por igual, del
grado de envilecimiento y de la ambición de riquezas que les convierte en
monstruos capaces del exterminio total de los todos los seres vivos, si es
que ellos pudiesen seguir viviendo sin tener que seguir explotando a los
trabajadores. El
gobierno norteamericano, cualesquiera que sea, ya fuera del Partido Demócrata
o del Partido Republicano, es un instrumento de esos monopolios, y el
Estado norteamericano es la expresión del predominio absoluto del
conjunto de los consorcios imperialistas en toda la vida nacional de los
Estados Unidos. La
agresión a Irak y el genocidio que efectúan estaba decidido mucho antes
del 11 de septiembre. El primer gran genocidio y crimen con exterminio
masivo, enterrando vivos a más de 100 mil iraquíes, se efectuó durante
la Guerra del Golfo a inicios de la década del ‘90. Pero
debe saberse que a raíz de la primera invasión masiva de la soldadesca
yanqui al país nuestro, la República Dominicana, en el 1916, la tortura
estuvo a la orden del día y el adiestramiento y la creación del Ejército
y la Policía Nacional dominicanos no fue otra cosa que adiestramiento en
ejecución de torturas a la ciudadanía. Cayo Báez fue un ejemplo vivo y ha seguido siéndolo en el orden histórico, de cómo los norteamericanos imperialistas, siguiendo el ejemplo de los ingleses en primer lugar, que son sus ancestros, y luego heredando toda la experiencia de los colonialistas europeos, subyugan e imponen su civilización a otros pueblos y países, lo que en realidad no es más que la escenificación de exterminios masivos por los medios más feroces y despiadados hasta alcanzar el nivel de los genocidios.
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